La sentencia que obliga a revertir el Teatro Romano cumple un año sin respuesta
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090103/vida-ocio/sentencia-obliga-revertir-teatro-20090103.html
El Tribunal Supremo exigió retirar las placas de mármol, pero Cultura resolvió no hacerlo
Un año sin saber cuál será su futuro. De esta guisa se encuentra el Teatro Romano de Sagunto, construido en el siglo II a. C y primer Monumento Nacional de España. Un año después de que el Tribunal Supremo determinara que la reversión de la obra era inevitable, nada ha cambiado. Para bien o para mal, el monumento escénico sigue sin saber cuál será su destino tras otros 365 días de silencio, al menos, en cuanto a una actuación concreta.
Este litigio, que no ha tenido ni un momento de descanso, volvió a ocupar las portadas el pasado dos de enero de 2008 cuando el Tribunal Supremo corroboraba el fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) por el que obligaba a la Generalitat Valenciana a devolver el monumento a su estado original en un plazo máximo de 18 meses.
Pero hoy, justo un año después, las cosas están totalmente paralizadas. El ente público no formalizó los planes de obra. Fue una comisión de expertos la que determinó, tras meses de estudios y análisis de informes, que la reversión de las obras efectuadas por Grassi y Portaceli no podían llevarse a cabo alegando su "imposibilidad legal".
Mientras, el padre de este largo proceso jurídico, el abogado Juan Marco Molines, ha luchado contra viento y marea para que se acatara la sentencia, elevando al Tribunal la petición de que la Conselleria resolviera el caso de una vez por todas.
Espacio museístico
Cultura solicitó la inejecución de la sentencia después de que Molines decidiera optar por la vía penal si no se iniciaban las obras para acometer la reversión.
Por tanto, desde el Consell abogan por finalizar la obra que dejaron a medio terminar los arquitectos Grassi y Portaceli para adecuar este Monumento Nacional, al tiempo que quieren dotarlo de un espacio museístico que guarde en su interior todas las piezas, de incalculable valor histórico, que todavía hoy se conservan en uno de los museos de Sagunto. "No sé si es inconsciencia o ignorancia porque, de momento, las obras del Teatro Romano de Sagunto de Grassi y Portaceli son ilegales", recalcó Molines ayer a LAS PROVINCIAS.
Imposibilidad legal
La Generalitat informó al Tribunal de la resolución de la Dirección General de Patrimonio de presentar el "incidente de inejecución de la sentencia" alegando imposibilidad legal, problemas técnicos y principio constitucional de eficiencia en el gasto público.
Esta inejecución es la herramienta jurídica que se plantea desde el Consell para no retirar las gradas y parte del muro de escena y mantener y "sacar el máximo partido y potenciar el uso social del teatro".
La fecha límite para ejecutar la sentencia es el próximo mes de julio, que es cuando concluyen los 18 meses establecidos por el Supremo.
Pero las demoras en este sentido han sido constantes y no parece que la situación pueda resolverse en breve, tal y como exige el letrado Marco Molines para dar carpetazo a un proceso que dura ya más de 18 años. Si bien, quien avisa no es traidor, y el abogado ya ha dejado claro que pedirá la correspondiente ejecución forzosa y responsabilidades penales por no haber acatado un fallo judicial.
Este ex diputado del PP no ha dudado en arremeter contra el Gobierno de la Generalitat por lo que considera una causa "justa" y ha subrayado que la situación es "indignante" y que sólo espera que finalicen estos días festivos "para ponerme de nuevo manos a la obra y emprender el proceso. La sala que lleva el caso, aunque es muy lenta, también es muy competente por lo que espero que se haga justicia", ha asegurado el abogado a LAS PROVINCIAS. Sin duda alguna, una de las representaciones más importantes de este monumento histórico de Sagunto no ha hecho más que empezar a ver la luz al final del túnel. La recta final empieza ahora y 2009 se convertirá en un año que pasará a la historia por esclarecer cuál será el futuro de uno de los monumentos más emblemáticos de la Comunitat Valenciana.
Opiniones contrarias
Por su parte el arquitecto Manuel Portaceli aseguró en su momento que "no entendía" el fallo del Tribunal Supremo que obligaba a derribar el proyecto que los dos arquitectos iniciaron a mitad de los años 80. "Hay que buscar una solución si se puede que no sea la dramática de retirar el mármol", manifestó Portaceli.
Para este arquitecto, el hecho de que se reviertan las obras de rehabilitación supondría "privar a la ciudadanía" de los usos habituales del monumento y aseguró que las obras que pide el Tribunal Supremo "serían muy costosas".
La polémica ha levantado opiniones para todos los gustos entre los vecinos de Sagunto. El Col·lectiu pel Patrimoni Històric de Sagunt ha defendido siempre que el Teatro Romano permanezca tal y como está para promover su utilidad cultural y social. De hecho, esta asociación vecinal puso a la venta más de 6.000 bonos con el que recaudar fondos para emprender más acciones de protesta y evitar la reversión.
Un año después del fallo, la portavoz de esta plataforma, Conxa Cardo, asegura que esperan "que no pase nada, aunque somos conscientes de que es el juez quien tiene que decidir qué hacer con el Teatro".
Por su parte, uno de los arquitectos más destacados de Sagunto y propuesto por el abogado Marco Molines para llevar adelante la redacción del proyecto de reversión de las obras, Francisco Muñoz Antonio, ha pedido al nuevo año que "se cumpla la sentencia".
El arquitecto local no entiende este retraso porque "es el Supremo, nada más y nada menos, el que obliga a la Generalitat a acometer este fallo". Muñoz Antonino ha recordado que si no lo cumplen, "tendrán que asumir sus responsabilidades. No hay que esperar a que pase el tiempo, porque esa sentencia está más que consensuada".
El Tribunal Supremo exigió retirar las placas de mármol, pero Cultura resolvió no hacerlo
Un año sin saber cuál será su futuro. De esta guisa se encuentra el Teatro Romano de Sagunto, construido en el siglo II a. C y primer Monumento Nacional de España. Un año después de que el Tribunal Supremo determinara que la reversión de la obra era inevitable, nada ha cambiado. Para bien o para mal, el monumento escénico sigue sin saber cuál será su destino tras otros 365 días de silencio, al menos, en cuanto a una actuación concreta.
Este litigio, que no ha tenido ni un momento de descanso, volvió a ocupar las portadas el pasado dos de enero de 2008 cuando el Tribunal Supremo corroboraba el fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) por el que obligaba a la Generalitat Valenciana a devolver el monumento a su estado original en un plazo máximo de 18 meses.
Pero hoy, justo un año después, las cosas están totalmente paralizadas. El ente público no formalizó los planes de obra. Fue una comisión de expertos la que determinó, tras meses de estudios y análisis de informes, que la reversión de las obras efectuadas por Grassi y Portaceli no podían llevarse a cabo alegando su "imposibilidad legal".
Mientras, el padre de este largo proceso jurídico, el abogado Juan Marco Molines, ha luchado contra viento y marea para que se acatara la sentencia, elevando al Tribunal la petición de que la Conselleria resolviera el caso de una vez por todas.
Espacio museístico
Cultura solicitó la inejecución de la sentencia después de que Molines decidiera optar por la vía penal si no se iniciaban las obras para acometer la reversión.
Por tanto, desde el Consell abogan por finalizar la obra que dejaron a medio terminar los arquitectos Grassi y Portaceli para adecuar este Monumento Nacional, al tiempo que quieren dotarlo de un espacio museístico que guarde en su interior todas las piezas, de incalculable valor histórico, que todavía hoy se conservan en uno de los museos de Sagunto. "No sé si es inconsciencia o ignorancia porque, de momento, las obras del Teatro Romano de Sagunto de Grassi y Portaceli son ilegales", recalcó Molines ayer a LAS PROVINCIAS.
Imposibilidad legal
La Generalitat informó al Tribunal de la resolución de la Dirección General de Patrimonio de presentar el "incidente de inejecución de la sentencia" alegando imposibilidad legal, problemas técnicos y principio constitucional de eficiencia en el gasto público.
Esta inejecución es la herramienta jurídica que se plantea desde el Consell para no retirar las gradas y parte del muro de escena y mantener y "sacar el máximo partido y potenciar el uso social del teatro".
La fecha límite para ejecutar la sentencia es el próximo mes de julio, que es cuando concluyen los 18 meses establecidos por el Supremo.
Pero las demoras en este sentido han sido constantes y no parece que la situación pueda resolverse en breve, tal y como exige el letrado Marco Molines para dar carpetazo a un proceso que dura ya más de 18 años. Si bien, quien avisa no es traidor, y el abogado ya ha dejado claro que pedirá la correspondiente ejecución forzosa y responsabilidades penales por no haber acatado un fallo judicial.
Este ex diputado del PP no ha dudado en arremeter contra el Gobierno de la Generalitat por lo que considera una causa "justa" y ha subrayado que la situación es "indignante" y que sólo espera que finalicen estos días festivos "para ponerme de nuevo manos a la obra y emprender el proceso. La sala que lleva el caso, aunque es muy lenta, también es muy competente por lo que espero que se haga justicia", ha asegurado el abogado a LAS PROVINCIAS. Sin duda alguna, una de las representaciones más importantes de este monumento histórico de Sagunto no ha hecho más que empezar a ver la luz al final del túnel. La recta final empieza ahora y 2009 se convertirá en un año que pasará a la historia por esclarecer cuál será el futuro de uno de los monumentos más emblemáticos de la Comunitat Valenciana.
Opiniones contrarias
Por su parte el arquitecto Manuel Portaceli aseguró en su momento que "no entendía" el fallo del Tribunal Supremo que obligaba a derribar el proyecto que los dos arquitectos iniciaron a mitad de los años 80. "Hay que buscar una solución si se puede que no sea la dramática de retirar el mármol", manifestó Portaceli.
Para este arquitecto, el hecho de que se reviertan las obras de rehabilitación supondría "privar a la ciudadanía" de los usos habituales del monumento y aseguró que las obras que pide el Tribunal Supremo "serían muy costosas".
La polémica ha levantado opiniones para todos los gustos entre los vecinos de Sagunto. El Col·lectiu pel Patrimoni Històric de Sagunt ha defendido siempre que el Teatro Romano permanezca tal y como está para promover su utilidad cultural y social. De hecho, esta asociación vecinal puso a la venta más de 6.000 bonos con el que recaudar fondos para emprender más acciones de protesta y evitar la reversión.
Un año después del fallo, la portavoz de esta plataforma, Conxa Cardo, asegura que esperan "que no pase nada, aunque somos conscientes de que es el juez quien tiene que decidir qué hacer con el Teatro".
Por su parte, uno de los arquitectos más destacados de Sagunto y propuesto por el abogado Marco Molines para llevar adelante la redacción del proyecto de reversión de las obras, Francisco Muñoz Antonio, ha pedido al nuevo año que "se cumpla la sentencia".
El arquitecto local no entiende este retraso porque "es el Supremo, nada más y nada menos, el que obliga a la Generalitat a acometer este fallo". Muñoz Antonino ha recordado que si no lo cumplen, "tendrán que asumir sus responsabilidades. No hay que esperar a que pase el tiempo, porque esa sentencia está más que consensuada".
No hay comentarios:
Publicar un comentario