24 de noviembre de 2007

Villanueva delRio - Sevilla

Una ciudad romana escondida en la dehesa

http://www.diariodesevilla.es/203688_ESN_HTML.htm

EN las primeras estribaciones de la Sierra Morena de Sevilla, a unos 8 kilómetros hacia el norte de lo que hoy es el municipio de Villanueva del Río y Minas, hace más de veinte siglos se levantaba la ciudad bética de Munigua (Municipium Flavium Muniquense), una de las ciudades romanas más bellas, ricas e insólitas de toda la Península Ibérica. Hoy, Munigua aún conserva los vestigios y restos de un pasado esplendoroso, de una comunidad rica por sus yacimientos en cobre y hierro, que no escatimó en engrandecer la zona con un gran número de edificios religiosos y civiles, símbolos del majestuoso imperio romano. Sobre todos ellos destaca el Santuario, llamado popularmente Castillo de Mulva por su estructura simétrica y su situación sobre una cima dominando toda la ciudad. Alrededor del mismo, una muralla cobija la ciudad dejando abierta una única zona a modo de puerta imaginaria que invita a descubrir el interior.

Una vez dentro, en el centro de la urbe, todavía hoy se puede visitar el foro, construido a mozo de plaza, y sobre él, en una especie de escenario, se levanta el Templo del Podium, que aún hoy conserva sus cuatro columnas de la fachada y el tejado. Alrededor del templo, centenares de vestigios nos descubren las siluetas y dimensiones de lo que fue una Basílica (centro jurídico y comercial de la ciudad) o las Termas, cuyas paredes aún conservan los paneles decorados con rectángulos rojos y líneas amarillas. Por último, de entre los restos de edificios se pueden diferenciar seis casas sobre el suelo, con sus habitaciones en torno a un patio central y la Necrópolis, con sus enterramientos y un gran Mausoleo.

Para quien esté más interesado en conocer los distintos restos arqueológicos hallados en la zona, se podría completar el día con una visita al Museo Arqueológico de Sevilla, donde se expone una maqueta de la ciudad romana y varios restos de los instrumentos de trabajo de sus habitantes, con el principal material subterráneo de la zona, el hierro.

SENDERISMO ENTRE DEHESAS Y LA RIBERA DEL HUÉZNAR

Pero sí ya la antigua ciudad de Munigua merece una visita por sí sola, más meritoria resulta aún la ocasión por el espectacular paraje natural que la rodea y por lo recóndito de su ubicación y las dificultades que la misma ruta ofrece para que casi nadie se acerque, algo que ha convertido el lugar en un paraje misterioso y sorprendente. Sobre una colina, Munigua se alza de repente, sin esperarla, entre las dehesas de la Sierra Norte de Sevilla, como si el paso del tiempo hubiera querido reservarle un sitio solitario, oculto, donde sus restos puedan "descansar en paz". Su acceso, a través de una finca privada, puede convertir la visita en una agradable ruta de senderismo o cicloturismo donde la dehesa, los verdes prados, las reses bravas y los riachuelos se conviertan en los auténticos protagonistas de la excursión.

Los ocho kilómetros que separan Villanueva del Río y Minas de las ruinas se recorren a pie en algo más de dos horas y media, y en bicicleta de montaña en menos de dos horas. Existen dos vías de acceso a Munigua: "la de abajo" y "la de arriba". La visita habitual consiste en alcanzar el Santuario por abajo y volver al pueblo por arriba y puede durar más de seis horas. La ruta discurre a la salida del pueblo por entre pinos, olivos y eucaliptos tras cruzar el Guadalquivir y la Ribera del Huéznar. Conforme el senderista se adentra en la ondulada orografía de la Sierra Norte, alcornoques y encinas rodean su paseo. El camino discurre entre el vallado que protege las fincas privadas, donde cerdos y vacas muchas veces se cruzan en la senda, por lo que es una oportunidad también para contemplar el ganado propio de la zona.

RUTA POR LA VÍA DE FERROCARRIL Y LAS ANTIGUAS MINAS DE CARBÓN

Si se dispone de menos tiempo la excursión se puede reducir a un pequeño recorrido circular de un kilómetro de extensión que toma como punto de partida el esbelto puente con que el ferrocarril Sevilla-Mérida atraviesa el río Ribera de Hueznar a su paso por Villanueva del Río y Minas. Desde ahí, salvando el Arroyo Tamohoso prácticamente en su desembocadura, se asciende dejando a la derecha la antigua presa que surtía de agua al complejo minero de la zona. En el trayecto hasta las ruinas se atraviesa parte de una finca particular en la que pasta ganado vacuno de carne, por lo que habrá que tener cuidado con las reses.

Una vez visitada Munigua, abandonamos la zona arqueológica por el lado contrario al de llegada, para encontrarnos con el ya mencionado Arroyo Tamohoso, que discurre al pie del Santuario y que se puede cruzar sin dificultad salvo en época de crecida por lluvias. A partir de aquí el camino asciende hasta las ruinas de la estación de Arenillas, del ferrocarril antes citado, en la que los trenes ya no se detienen, por lo que hay que continuar andando por una pista recientemente semiasfaltada que siguiendo prácticamente el curso de la línea férrea nos devuelve a Villanueva, no sin antes disfrutar de la vista de un magnífico prado en el que pacen reses bravas, y del lago en que se ha convertido la corta de la que en los últimos años de explotación se extraía el carbón a cielo abierto. En las paredes de la misma podemos observar el único ejemplo de afloramiento de una veta de carbón que sobresale al exterior de toda Andalucía.

TURISMO ACTIVO, CAZA Y PESCA EN LA ZONA

El tramo de la Ribera del Huéznar que atraviesa el pueblo es un paraje que con el tiempo se ha convertido en uno de los principales símbolos de la zona. Destacan sus dos puentes, el Puente de Hierro y el viejo Puente de Madera, muy apropiados para efectuar deportes alternativos como puenting, tirolinas, rappel, escalada, etc... En su orilla existe una Escuela de Piragüismo y la sede de la Asociación de deportes de la Naturaleza Montagua, que organiza excursiones y actividades por la zona.

"La Ribera" es también un espacio privilegiado para la pesca, siendo el único coto truchero de la provincia de Sevilla, que cuenta además con muchas otras especies acuáticas como barbos, bogas de rio y carpas, y algunas otras introducidas en los embalses con fines deportivos, como el lucio o el black-bass y las anguilas.

Asimismo, por su situación y recursos naturales, la zona cuenta con una gran actividad de caza con cortijos dedicados al turismo cinegético, entre ellos, para caza mayor: Fuenteluenga, El Fijo, Palmilla, Majadal alto y Gamonosa; y para caza menor: Miraflores, Monteorcaz, Quitapesares, Mulva, Mesa de las Viñas, Huerto Pino, Miramonte, Jaralejos y Sardinero. Como especies existentes en el municipio podemos citar las siguientes: ciervos, muflones, gamos, jabalíes, conejos, liebres, perdices, palomas torcaces, tórtolas, zorzales, codornices y zorros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario