Jóvenes arqueólogos por unos días en la villa romana de la Llosa
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Once jóvenes cambrilenses están estos días aprendiendo a ser arqueólogos, y no lo hacen detrás de una mesa y con el lápiz entre los dedos. Su trabajo es duro: sacar tierra a base de pico y pala con el objetivo de descubrir la historia de los que habitaron el poblado romano de la Llosa.
Núria Plana tiene muy claro que de mayor quiere ser arqueóloga. Este curso empezará segundo de Bachillerato. A sus 17 años, ella sabe que cursará arqueología en la URV puesto que desde siempre le han fascinado «los misterios que se encierran bajo los restos arqueológicos». Ella es una de las integrantes del taller de arqueología local que por segundo año se organiza desde la concejalía de Cultura en colaboración con el Museu d'Història de Cambrils. El director de las excavaciones de la empresa especializada Códex, Josep Francesc Roig, comenta que «la mayoría de los alumnos de este campo de trabajo repiten». Muchos de ellos ya formaron parte del primer taller Romans vora el mar, que en esta ocasión trabaja en el área 3.000, en la zona norte del yacimiento.
«Estamos excavando los niveles de derribo de un edificio del siglo II dC que supuestamente sufrió un incendio a mediados del siglo III dC». El director del taller explica que hay una teoría relacionada con la destrucción de esta villa romana: «Creemos que, con la invasión de Tarragona, los francos saquearon la Llosa. Está claro que sucedió en una época de inestabilidad, en una crisis que tuvo lugar en el declive del Imperio Romano. No sólo pasó en Cambrils, también está documentado en otras villas, como Els Munts (Altafulla) o Centcelles (Constantí)».
Al ritmo de su música
Las tareas de los chavales no son fáciles, puesto que trabajan bajo un sol de justicia con el pico, la pala y la carretilla. La única concesión es el hilo musical que suena para animar el ritmo de la excavación. «Cada día elige uno la música con la que hay que trabajar», decía Roig.
Y la verdad es que, a pesar del buen ambiente que se respiraba en el campo de trabajo, los alumnos no perdían el tiempo. «A medida que vamos encontrando restos, les explicamos la cronología de las cerámicas por el color de las arcillas, de los bronces o de las cenizas», añade el responsable de las excavaciones.
Un sueño de infancia
«Viendo una película de dinosauros, cuando era pequeña, les pregunté a mis padres quiénes se encargaban de buscar sus huesos. Ellos me contestaron que los arqueólogos, y entonces les dije que yo estudiaría eso». Así que Arrate, con 15 años, tiene claro que su futuro será el de excavar entre las piedras y tratar de descubrir el pasado. Este taller titulado Romans vora el mar tendrá continuidad en la segunda quincena de agosto con otro grupo de cambrilenses ávidos de conocer la historia local más antigua.
23 de agosto de 2007
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