3 de mayo de 2006

Miranda de Ebro

La Junta promete «colaborar» en la conservación y promoción del yacimiento romano de Arce
Patrimonio apuesta por suscribir un convenio con Ayuntamiento y los propietarios del suelo
La Junta de Castilla y León ha desvelado por fin esta semana su posición ante el yacimiento de Arce Mirapérez, los restos arqueológicos de la antigua ciudad romana de Deóbriga donde se había previsto construir el polígono industrial de Rottneros. La institución se limitará a colaborar. Es al menos el término que escogió el director general de Patrimonio, Enrique Sáiz, el pasado viernes en las Cortes regionales, y que ha transmitido el PP de Miranda a través de un comunicado de prensa.

Participación que, eso sí, será de «índole económica» pero a la que acompa?a de una condición que ata?e conjuntamente al Ayuntamiento y a Rottneros, como empresa propietaria del suelo. «Siempre que el titular de los terrenos y el Ayuntamiento de la ciudad presenten el correspondiente proyecto de investigación y gestión del yacimiento» y que tenga «una óptica de sostenibilidad y mantenimiento», a?ade el comunicado.

Ley de Patrimonio

El documento asegura que se está a la espera de ambas partes para suscribir con ellas el correspondiente convenio de colaboración, tal y como ha hecho en otras localidades.

El Partido Popular aclara que la actual Ley de Patrimonio sólo responsabiliza a la Junta de la «conservación y protección» de los restos arqueológicos localizados en la región y a?ade que, en este caso, ha cumplido con la elaboración de la documentación y un estudio en Arce. «De igual modo que cuando se ejecutaron las obras de la depuradora se procedió a proteger y a consolidar los restos aparecidos», especifica.

El PP recuerda que las entidades locales son las que «tienen la obligación de proteger y promover la conservación y el conocimiento de los bienes del patrimonio que se ubique en su término municipal», según la normativa regional. Asimismo, a?ade que la Junta sólo tiene «gestión directa» en los yacimientos que son Patrimonio de la Humanidad, en concreto en el burgalés de Atapuerca y el leonés de Las Médulas.

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