Descubren un yacimiento arqueológico de 2.000 a?os con 72 fosas para cultivar plantas
Las excavaciones en la roca tienen forma rectangular y del tama?o de una tumba, pero «no se trata de una necrópolis», afirma el arqueólogo responsable
eivissa | j. ll. ferrer
Las obras de ampliación que se están llevando a cabo en la calzada que va desde Sant Rafel hasta su encuentro con la carretera de Santa Eul?ria han dejado al descubierto un gran yacimiento arqueológico, consistente en un conjunto de 72 fosas excavadas en la roca y que, pese a su apariencia de necrópolis, tenían la función de hoyos para la plantación de cultivos en la Eivissa de hace 2.000 a?os.
El arqueólogo Jonathan Castro, contratado por el Consell para realizar el seguimiento arqueológico de esta obra viaria, adjudicada por la institución pitiusa, informó a este periódico que este yacimiento corresponde al periodo altoimperial romano, del siglo I dC.
Castro agregó que está completamente descartada la posibilidad de que se trate de una serie de tumbas, «a pesar de que al verlo cualquier persona pueda creer que se trata de una necrópolis. No lo es, son zanjas de cultivo excavadas en la roca».
Las zanjas han aparecido agrupadas justo al lado de la actual carretera, a medio kilómetro de distancia en línea recta del hipódromo de Sant Rafel. Parte de estas excavaciones fue afectada en su día por las obras de construcción de la actual calzada, que data de los a?os sesenta.
110 metros de longitud
Las fosas forman varias hileras que corren paralelas a la carretera, y en una longitud total de 110 metros, según detalló el arqueólogo, quien a?adió que su disposición es NO-SE y cada una de ellas tiene una longitud de 1,80 metros, por 30 ó 40 centímetros de ancho y una profundidad de medio metro, aproximadamente.
Jonathan Castro a?adió que el hecho de no haber encontrado resto óseo alguno corrobora la tesis de que no se trata de tumbas, «que tenían otra forma y otras características».
Este arqueólogo indicó que este tipo de estructuras se habían descubierto ya con anterioridad en la isla de Eivissa, pero no con la abundancia y extensión de este caso. Preguntado sobre la oportunidad de conservar dichos restos, pese a estar afectados por el trazado de la nueva carretera, respondió que «lo importante es documentarlos bien, su conservación corresponde a la Comisión de Patrimonio».
Por su parte, el conseller insular del Patrimonio Histórico-Artístico, Joan Marí Tur, explicó que ha encargado un informe que está redactándose en la actualidad para decidir sobre el futuro de este yacimiento arqueológico y elevar una propuesta concreta a la Comisión del Patrimonio, que tiene previsto reunirse próximamente.
eivissa | j. ll. ferrer
Las obras de ampliación que se están llevando a cabo en la calzada que va desde Sant Rafel hasta su encuentro con la carretera de Santa Eul?ria han dejado al descubierto un gran yacimiento arqueológico, consistente en un conjunto de 72 fosas excavadas en la roca y que, pese a su apariencia de necrópolis, tenían la función de hoyos para la plantación de cultivos en la Eivissa de hace 2.000 a?os.
El arqueólogo Jonathan Castro, contratado por el Consell para realizar el seguimiento arqueológico de esta obra viaria, adjudicada por la institución pitiusa, informó a este periódico que este yacimiento corresponde al periodo altoimperial romano, del siglo I dC.
Castro agregó que está completamente descartada la posibilidad de que se trate de una serie de tumbas, «a pesar de que al verlo cualquier persona pueda creer que se trata de una necrópolis. No lo es, son zanjas de cultivo excavadas en la roca».
Las zanjas han aparecido agrupadas justo al lado de la actual carretera, a medio kilómetro de distancia en línea recta del hipódromo de Sant Rafel. Parte de estas excavaciones fue afectada en su día por las obras de construcción de la actual calzada, que data de los a?os sesenta.
110 metros de longitud
Las fosas forman varias hileras que corren paralelas a la carretera, y en una longitud total de 110 metros, según detalló el arqueólogo, quien a?adió que su disposición es NO-SE y cada una de ellas tiene una longitud de 1,80 metros, por 30 ó 40 centímetros de ancho y una profundidad de medio metro, aproximadamente.
Jonathan Castro a?adió que el hecho de no haber encontrado resto óseo alguno corrobora la tesis de que no se trata de tumbas, «que tenían otra forma y otras características».
Este arqueólogo indicó que este tipo de estructuras se habían descubierto ya con anterioridad en la isla de Eivissa, pero no con la abundancia y extensión de este caso. Preguntado sobre la oportunidad de conservar dichos restos, pese a estar afectados por el trazado de la nueva carretera, respondió que «lo importante es documentarlos bien, su conservación corresponde a la Comisión de Patrimonio».
Por su parte, el conseller insular del Patrimonio Histórico-Artístico, Joan Marí Tur, explicó que ha encargado un informe que está redactándose en la actualidad para decidir sobre el futuro de este yacimiento arqueológico y elevar una propuesta concreta a la Comisión del Patrimonio, que tiene previsto reunirse próximamente.
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