El informe de los técnicos sobre la Muralla pide que se hagan sondeos en todo el perímetro J. M. P. |
http://www.diaridetarragona.com/dtgn/noticia.php?id=11224&sec=1
El informe que han elaborado los arquitectos que trabajan en la restauración de la Catedral sobre las causas del derribo de un tramo de la Muralla romana fue entregado al arzobispo Jaume Pujol el pasado viernes. Los técnicos plantean la necesidad de realizar sin demora catas en todo el perímetro para averiguar a ciencia cierta qué tipo de material sirve de relleno entre las dos paredes de piedra, y hasta qué profundidad, para plantear una solución definitiva.
El arquitecto Joan Figuerola explicó que el alud de piedras se debió al «desventramiento del núcleo de la muralla». El muro defensivo está formado por dos paredes u «hojas» de piedra. El relleno original construido por los romanos estaba formado por piezas de cerámica sin cocer, que mantenían un tama?o estable y no presionaban a las paredes.
Pero en etapas posteriores, sobre todo en épocas de paz, la muralla era colonizada por la ciudad. Ahora el núcleo está compuesto de tierras y esto, según Figuerola, «ha producido los tres deslizamientos de que tenemos constancia a lo largo del siglo XX»: junto a la Torre de Minerva, a principios de siglo pasado, y otros dos durante los a?os treinta, uno en el tramo del antiguo Escorxador (actual Rectorat de la Universitat Rovira i Virgili), y en la parte exterior de la Baixada del Roser. «Siempre se produjeron después de fuertes lluvias, y en las fotos antiguas se aprecia exactamente la misma imagen que tuvimos que lamentar en el desmoronamiento de la semana pasada», detalló el arquitecto.
Los técnicos han repasado todo el perímetro de la muralla, pero desconocen las dimensiones del núcleo de tierras que, al empaparse, aumenta de volumen y presiona las venerables paredes de piedra. «Es obligatorio hacer una prospección en todo el paso de ronda», concluyó Figuerola.
El responsable del informe quiso tranquilizar a los ciudadanos, pero no dejó de advertir que es urgente hacer catas para fundamentar las posteriores soluciones técnicas, porque «en cualquier momento se puede producir otro colapso». De momento, se ha apuntalado provisionalmente el tramo de muralla que se derrumbó junto a la sede del Arquebisbat, antes de extraer las tierras bajo el control de los arqueólogos para analizar el tipo de material.
Figuerola no quiso aventurar soluciones definitivas a la Muralla «hasta que no sepamos qué hay en su interior, aunque apuntó que «sería necesario proteger del agua todo el paso superior de ronda», el camino que recorre las murallas. Una vez estudiada la composición del núcleo, «podrían plantearse la consolidación estructural», siempre con el asesoramiento y el control de los responsables arqueológicos.
El informe que han elaborado los arquitectos que trabajan en la restauración de la Catedral sobre las causas del derribo de un tramo de la Muralla romana fue entregado al arzobispo Jaume Pujol el pasado viernes. Los técnicos plantean la necesidad de realizar sin demora catas en todo el perímetro para averiguar a ciencia cierta qué tipo de material sirve de relleno entre las dos paredes de piedra, y hasta qué profundidad, para plantear una solución definitiva.
El arquitecto Joan Figuerola explicó que el alud de piedras se debió al «desventramiento del núcleo de la muralla». El muro defensivo está formado por dos paredes u «hojas» de piedra. El relleno original construido por los romanos estaba formado por piezas de cerámica sin cocer, que mantenían un tama?o estable y no presionaban a las paredes.
Pero en etapas posteriores, sobre todo en épocas de paz, la muralla era colonizada por la ciudad. Ahora el núcleo está compuesto de tierras y esto, según Figuerola, «ha producido los tres deslizamientos de que tenemos constancia a lo largo del siglo XX»: junto a la Torre de Minerva, a principios de siglo pasado, y otros dos durante los a?os treinta, uno en el tramo del antiguo Escorxador (actual Rectorat de la Universitat Rovira i Virgili), y en la parte exterior de la Baixada del Roser. «Siempre se produjeron después de fuertes lluvias, y en las fotos antiguas se aprecia exactamente la misma imagen que tuvimos que lamentar en el desmoronamiento de la semana pasada», detalló el arquitecto.
Los técnicos han repasado todo el perímetro de la muralla, pero desconocen las dimensiones del núcleo de tierras que, al empaparse, aumenta de volumen y presiona las venerables paredes de piedra. «Es obligatorio hacer una prospección en todo el paso de ronda», concluyó Figuerola.
El responsable del informe quiso tranquilizar a los ciudadanos, pero no dejó de advertir que es urgente hacer catas para fundamentar las posteriores soluciones técnicas, porque «en cualquier momento se puede producir otro colapso». De momento, se ha apuntalado provisionalmente el tramo de muralla que se derrumbó junto a la sede del Arquebisbat, antes de extraer las tierras bajo el control de los arqueólogos para analizar el tipo de material.
Figuerola no quiso aventurar soluciones definitivas a la Muralla «hasta que no sepamos qué hay en su interior, aunque apuntó que «sería necesario proteger del agua todo el paso superior de ronda», el camino que recorre las murallas. Una vez estudiada la composición del núcleo, «podrían plantearse la consolidación estructural», siempre con el asesoramiento y el control de los responsables arqueológicos.
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