Segovia descubre nueva pieza para su puzzle romano
La rehabilitación de un edificio muestra una casa del siglo I
De la ciudad romana que Segovia fue hace más de dos mil años el signo más evidente es su Acueducto, pero hay restos dispersos por muchos lugares, sepultados bajo reminiscencias de pobladores posteriores.
La historia de la humanidad está escrita en piedras; ya sean petroglifos, menhires, catedrales góticas o palacios modernistas.
Además, hay ejemplos de civilizaciones y momentos tan contundentes que no permiten pensar en vestigios aislados: Un Acueducto de varios kilómetros de trazado desde la sierra a la ciudad, no podía estar de adorno. "Alguna vez tendrá que cerrarse el mapa de la Segovia romana, hasta ahora incompleto", afirman los arqueólogos.
Hubo un tiempo en que el subsuelo de Segovia no arrojó datos de aquella vida sobre la que se edificó el Acueducto; allá por el siglo I después de Cristo, en época de los emperadores Flavios: Vespasiano, Tito y Domiciano, o su posterior Trajano.
En los últimos lustros han ido apareciendo tímidos hallazgos romanos –"todavía escasos"– ; desde fuentes y restos de baños públicos (en la Plaza de los Huertos) a edificios palaciegos de gran significación (Plaza de Guevara) o vidrios y monedas en los mismos pilares del Acueducto.
Los últimos hallazgos, aparecidos durante el estudio arqueológico previo a la rehabilitación de un conocido edificio (antiguo Hotel Victoria) de la Plaza Mayor segoviana, tienen pocos días y certifican que Segovia disfrutó de un importante caserío romano, sobre todo en la época de su "'boom urbanístico' coincidente con la terminación y posterior restauración del Acueducto".
Así lo señala la arqueóloga Clara Martín Esteban que explica la importancia de los restos recién encontrados y catalogados: "Se trata de un edificio de uso doméstico, una domus clásica, similar a cualquier casa típica con su patio central rodeado de un peristilo o patio de columnas y sus habitaciones y fuente o estanque para recoger el agua", señala.
La empresa de servicios arqueológicos, Arex, no lo ha tenido fácil al no ceñirse los restos estudiados a la época romana, ni detenerse siquiera en los primeros siglos del Alto Imperio.
Además de los restos romanos estudiados minuciosamente, los técnicos encontraron un edificio del siglo XVII que, también, descubre sus columnas neoclásicas.
Ahora, la excavación acaba de tropezar con otro muro de vivienda celtíbera que el director de los trabajos, José Miguel Labrador, termina de catalogar. La estratigrafía de época romana es "bastante completa", según señalan los arqueólogos, e incluye fragmentos de una pintura mural datada entre los siglos I y II después de Cristo: Justo cuando el Acueducto daba servicio de agua a la ciudad y aproximadamente cuando colocaba la inscripción, cuyas huellas aún se contemplan en el sotobanco del monumento.
No está claro –según señalan algunos expertos– si el año 98 del siglo I, que aparece en esa inscripción, hace referencia a la terminación del monumento o a alguna pequeña restauración que necesitara y concluyera con el emperador Trajano, cuyo nombre lució en letras de bronce. Las mismas que dejaron las huellas estudiadas en los últimos años. El puzzle romano va soltando sus piezas sin prisa, pero, paulatinamente, acabará dibujándose la Segovia romana.
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