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Alejandro Magno, Marco Antonio o Nerón son algunos de los personajes representados en las treinta y dos piezas rescatadas por Caja Mediterráneo de los fondos del Museo Arqueológico Nacional para la exposición ‘Rostros de Roma’. Esta muestra, de incalculable valor histórico y cultural, permanecerá en Ses Voltes desde el 14 de enero hasta el 22 de marzo.
Estatuas, bustos, cabezas y sarcófagos creados entre el siglo I a.C. hasta el siglo III de nuestra Era componen esta muestra, que constituye una oportunidad inigualable para apreciar la importancia del retrato como elemento esencial de la cultura romana, tanto para mostrar la imagen del poder, como para trasmitir el modo de vida y costumbres de otras clases sociales, generalmente acomodadas, según destaca la organización en un comunicado.
La exposición ‘Rostros de Roma’, producida por el Museo Arqueológico Nacional y organizada por Caja Mediterráneo y el Ayuntamiento de Palma, está formada por un excepcional conjunto de 15 retratos imperiales, representantes de las más importantes dinastías reinantes del Imperio Romano, la dinastía Julio Claudia, la de los Flavios, Antoninos y la de los Severos. A ellos se suma un conjunto de 15 retratos privados, entre los que se incluyen piezas relacionadas con el ámbito funerario, como sarcófagos y estelas.
La muestra está estructurada en tres grandes capítulos, el dedicado a los Monarcas y filósofos, con ejemplos de un arte que marcó un punto de partida del género en el mundo griego, sobre todo por la importancia que supone que, por primera vez en el arte, surja el retrato fisonómico aunque, eso sí, sujeto a las estructuras idealistas del mundo clásico. En esta época se inmortaliza a autores trágicos, poetas y filósofos aunque, la mayor novedad es la creación del retrato oficial monárquico, magníficamente ilustrado por las efigies de Alejandro Magno que imaginó el escultor griego Lisipo, quién, por decreto, era el único que podía esculpir el busto del legendario conquistador.
La segunda parte de la muestra está dedicada a la Historia Augusta y presenta los retratos de emperadores y miembros de distintas familias imperiales. En este periodo aparece la primera industria de la imagen política, los primeros ejemplos de propaganda gubernamental personificados.
Por último, la exposición muestra también un importante número de obras agrupadas en la sección denominada Cives Romani, y que muestra como en la época de la República el retrato romano privado cobra importancia con la doble función de honrar a los ciudadanos que habían destacado en el servicio a la ciudad mediante esculturas en bronce que poblaban los espacios públicos, y mantener viva la memoria de los difuntos de las familias ilustres gracias a las diferentes representaciones de arte funerario.
PROCEDENCIA DE LAS PIEZAS
La procedencia de las piezas del Museo Arqueológico es diversa, algunas forman parte de los fondos de la institución desde su fundación en 1867; otras, se sumaron a la colección tras la expedición que en 1871 realizó la Fragata Arapiles por todo el Mediterráneo para adquirir objetos de valor para el Museo.
En otros casos, las obras provienen de yacimientos de Tiermes (Soria) o de Mérida y de diversos lugares de la antigua Hispania, o de colecciones privadas como la del Marqués de Salamanca, adquirida por el Estado en 1874 a este potentado, amante de la arqueología, que logró la concesión para construir las vías férreas en parte de Italia y autorización para quedarse con los restos arqueológicos que surgieran en las excavaciones para la instalación de la infraestructura.
Alejandro Magno, Marco Antonio o Nerón son algunos de los personajes representados en las treinta y dos piezas rescatadas por Caja Mediterráneo de los fondos del Museo Arqueológico Nacional para la exposición ‘Rostros de Roma’. Esta muestra, de incalculable valor histórico y cultural, permanecerá en Ses Voltes desde el 14 de enero hasta el 22 de marzo.
Estatuas, bustos, cabezas y sarcófagos creados entre el siglo I a.C. hasta el siglo III de nuestra Era componen esta muestra, que constituye una oportunidad inigualable para apreciar la importancia del retrato como elemento esencial de la cultura romana, tanto para mostrar la imagen del poder, como para trasmitir el modo de vida y costumbres de otras clases sociales, generalmente acomodadas, según destaca la organización en un comunicado.
La exposición ‘Rostros de Roma’, producida por el Museo Arqueológico Nacional y organizada por Caja Mediterráneo y el Ayuntamiento de Palma, está formada por un excepcional conjunto de 15 retratos imperiales, representantes de las más importantes dinastías reinantes del Imperio Romano, la dinastía Julio Claudia, la de los Flavios, Antoninos y la de los Severos. A ellos se suma un conjunto de 15 retratos privados, entre los que se incluyen piezas relacionadas con el ámbito funerario, como sarcófagos y estelas.
La muestra está estructurada en tres grandes capítulos, el dedicado a los Monarcas y filósofos, con ejemplos de un arte que marcó un punto de partida del género en el mundo griego, sobre todo por la importancia que supone que, por primera vez en el arte, surja el retrato fisonómico aunque, eso sí, sujeto a las estructuras idealistas del mundo clásico. En esta época se inmortaliza a autores trágicos, poetas y filósofos aunque, la mayor novedad es la creación del retrato oficial monárquico, magníficamente ilustrado por las efigies de Alejandro Magno que imaginó el escultor griego Lisipo, quién, por decreto, era el único que podía esculpir el busto del legendario conquistador.
La segunda parte de la muestra está dedicada a la Historia Augusta y presenta los retratos de emperadores y miembros de distintas familias imperiales. En este periodo aparece la primera industria de la imagen política, los primeros ejemplos de propaganda gubernamental personificados.
Por último, la exposición muestra también un importante número de obras agrupadas en la sección denominada Cives Romani, y que muestra como en la época de la República el retrato romano privado cobra importancia con la doble función de honrar a los ciudadanos que habían destacado en el servicio a la ciudad mediante esculturas en bronce que poblaban los espacios públicos, y mantener viva la memoria de los difuntos de las familias ilustres gracias a las diferentes representaciones de arte funerario.
PROCEDENCIA DE LAS PIEZAS
La procedencia de las piezas del Museo Arqueológico es diversa, algunas forman parte de los fondos de la institución desde su fundación en 1867; otras, se sumaron a la colección tras la expedición que en 1871 realizó la Fragata Arapiles por todo el Mediterráneo para adquirir objetos de valor para el Museo.
En otros casos, las obras provienen de yacimientos de Tiermes (Soria) o de Mérida y de diversos lugares de la antigua Hispania, o de colecciones privadas como la del Marqués de Salamanca, adquirida por el Estado en 1874 a este potentado, amante de la arqueología, que logró la concesión para construir las vías férreas en parte de Italia y autorización para quedarse con los restos arqueológicos que surgieran en las excavaciones para la instalación de la infraestructura.
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