Armuña - Segovia

El azud de Carbonero preocupa a los arqueólogos de la villa romana de Armuña

http://www.nortecastilla.es/20080912/segovia/azud-carbonero-preocupa-arqueologos-20080912.html

Los investigadores del yacimiento rechazan la construcción de lainfraestructura porque destruirá los restos descubiertos

La localidad de Armuña esconde un gran tesoro bajo su tierra. A simple vista, y sobre el terreno, nada hace pensar que a unos centímetros por debajo del suelo, se encuentra un poblado romano que data del siglo I después de Cristo. La Villa de los Casares es uno de los yacimientos arqueológicos más grandes de la Península, ya que supera los 2.500 metros cuadrados de superficie y está situada cerca de la ribera del Eresma, a medio camino entre Coca y Segovia, por donde discurría la vía romana que unía ambas ciudades.
Desde hace unos años la construcción de un pantano en la zona amenaza la conservación de este yacimiento único. En un principio, el desarrollo de la presa de Bernardos preveía la inundación de toda la villa romana, pero fue rechazado por parte del Ministerio de Medio Ambiente debido a sus negativos efectos. La nueva preocupación de los investigadores del yacimiento es el azud de Carbonero. Esta infraestructura llevaría el agua a muy pocos metros de los restos arqueológicos y «la humedad afectaría directamente a la villa, porque está compuesta por materiales muy porosos, que permiten que el agua traspase con facilidad», según indicó el director de las excavaciones y profesor de Arqueología en la Universidad Complutense de Madrid, Jacobo Storch.
El grupo de arqueólogos de la Villa de los Casares se encuentra a la espera de que el Ayuntamiento de Carbonero responda a sus alegaciones, en las que han expresado su rechazo total a esta construcción. En un principio la solución al problema podría ser bajar el nivel del río a su paso por esa zona, aunque de momento sólo el tiempo dirá que ocurre finalmente.
El descubrimiento de la villa se remonta a hace varias décadas. Los únicos documentos que probaron la situación de la villa fueron las fotografías áreas que Alonso Zamora y Julio del Olmo tomaron en 1989 y1995, respectivamente, aunque entre los vecinos del pueblo era de sobra conocida su existencia. Incluso los agricultores propietarios de la finca, Ángel Fuentes y Antonio Sobrado, en varias ocasiones notaron que las maquinas agrícolas se trababan en la tierra y, desde entonces, colaboran de forma activa y sin poner impedimentos al desarrollo de las excavaciones. Además, una práctica habitual entre los vecinos del pueblo era la búsqueda de algún resto arqueológico que el paso del tiempo ha dejado sobre la superficie de la tierra.
El método científico que los arqueólogos suelen emplear en sus trabajos parte de tomas aéreas porque sólo es posible observar la distribución de las construcciones desde el aire, sobre todo, cuando más alto está el cereal que crece sobre los muros, que destaca más que el resto. Con el sol bajo de la tarde, las sombras que proyecta la parte más alta sobre la más baja marcan las líneas claramente.
Finalmente, en el 2005, gracias a la iniciativa de Eloisa Antón y a la colaboración de la Obra Social de Caja Segovia un grupo de arqueólogos comenzó la investigación de la zona. Con las primeras excavaciones, descubrieron teselas disgregadas en torno a una construcción rectangular que, por su posición, parecía el estanque central de una residencia señorial, y que en la segunda campaña de excavaciones, llevaron hasta un mosaico posiblemente construido en el siglo IV después de Cristo.
Los escombros descubiertos en el fondo del estanque apuntan a que la villa romana desapareció por un incendio, que provocó el derrumbamiento de este poblado que vivía de las explotaciones de cereal. Además, probablemente, la casa señorial de la villa fue un importante palacio que pudo estar relacionado directamente con el emperador Teodosio I el Grande (379-395), nacido en Coca en el 347, aunque hay restos muy anteriores.
El director de las excavaciones confía en que algún día «todo el mundo pueda disfrutar de este fantástico lugar». Para ello, considera indispensable que la Administración colabore con el proyecto.