16 de mayo de 2008

Sagunto - Valencia

La malla que debió proteger las ruinas del Teatro Romano está perforada e impide la reversión

http://www.lasprovincias.es/valencia/20080516/vida-ocio/malla-debio-proteger-ruinas-20080516.html

Los informes revelan que los restos de piedra, ladrillo y mortero de las obras están mezclados


"Con la aplicación de la sentencia en ningún caso se devolvería al Teatro Romano al estado en que se encontraba antes de la intervención de Grassi y Portaceli". Esta afirmación, una de las conclusiones del dictamen de la comisión de expertos sobre el monumento de Sagunto, desmiente el principio de reversibilidad que ha regido la rehabilitación. Tanto los responsables de Cultura de la época del presidente Joan Lerma, como los arquitectos responsables del proyecto avalaron que las obras del Teatro Romano eran reversibles, es decir, que el monumento podría volver a su estado anterior. La comisión ha dictado lo contrario.

¿Qué ha pasado para que lo que hace 17 años era reversible ahora no lo sea? La respuesta está en los informes arqueológicos de la comisión. La malla geotextil que se instaló para cubrir las ruinas del monumento, que ya no eran de la época romana sino del siglo XX, como matizó el pasado miércoles la directora de Patrimonio Valenciano, Paz Olmos, está perforada. Además, el tejido entre la obra nueva y los restos no es impermeable.

Estas dos resoluciones, a las que concluyen catas arqueológicas de Cultura (algunas realizadas por georradar en 1996) e informes de la Universidad Politécnica de Valencia, harían muy complicado sino técnicamente imposible retirar el mármol. La legislación sobre actuaciones en bienes del patrimonio artístico e histórico establece la necesidad de cubrir las ruinas, sean de la época que fueran, con tejido protector.

El informe de la Politécnica elaborado en su día por el profesor Bernardo Perepérez, a petición de la Conselleria de Cultura, ponía el dedo en la llaga. El problema de la intervención de Grassi y Portaceli fue que entre la malla y el hormigón no se extendió ninguna capa de arena o de otro material similar para evitar que llegara a la piedra. Además, según el mismo estudio, el tejido geotextil tiene pequeños agujeros por los que se ha introducido el hormigón.

Esta circunstancia explica las palabras de Paz Olmos del pasado miércoles respecto a que, si se retirara el mármol, quedan mezclados diversos materiales: ladrillo, mortero, piedra y hormigón.

Expertos en Patrimonio consultados por LAS PROVINCIAS y conocedores de las catas arqueológicas señalaron que, pese a que desconocían si en las obras se introdujo arena, "si se hubiera hecho no habría servido para nada puesto que el tejido protector está perforado".

Otro punto de vista muy diferente sostiene uno de los tres arquitectos propuestos por el abogado precursor de la sentencia, Juan Marco Molines, para acometer el proyecto de reversión de las obras del Teatro Romano, el saguntino Francisco Muñoz Antonino. El arquitecto señaló que durante el litigio judicial se presentaron informes elaborados por expertos en Patrimonio en los que se "determinaba que la reversión sí era posible. Esos estudios se presentaron y fueron tenidos en cuenta en la resolución final".

El experto recordó que antes de colocar las placas de mármol de la cávea "se instaló una malla plástica sobre una base de arena. Así lo determinan esos informes y así se publicó en aquel momento". Por lo tanto, revertir la cávea "sería muy fácil pues no habría que recurrir ni siquiera a métodos algo agresivos como los chorros de agua caliente. Se podría retirar la cubierta con agua a temperatura normal. Los restos que hubiera debajo no sufrirían ningún daño".


Unanimidad política
Pese a las cuestiones técnicas, la unanimidad en el Teatro Romano ha tardado en llegar 17 años. Los partidos políticos escenificaron ayer el cierre de filas con el Gobierno valenciano, que solicitará un "incidente de ejecución de sentencia" para evitar cumplir con el fallo del Supremo que obliga a revertir el monumento de Sagunto.

El PSPV y EU ofrecieron ayer el apoyo al Consell en su decisión de no desmontar la rehabilitación. El monumento ha de quedar tal y como está ahora. Así quedó constancia durante la comparecencia en les Corts de la consellera de Cultura, que se esperaba desde el pasado 5 de enero. Aquel día Trini Miró debía dar explicaciones de cómo se iba a ejecutar la sentencia del Supremo, pero ayer comunicó el dictamen acordado por la comisión de expertos. Repitió que por imposibilidad legal, por problemas técnicos y por el principio constitucional de eficiencia en el gasto público, el Consell solicitaría no ejecutar la sentencia que obliga a retirar el mármol de las gradas y a demoler el muro de cierre de la escena hasta la cota + 1,20.

La diputada socialista Ana Noguera mostró su "sincera satisfacción" por la determinación del Gobierno valenciano de no revertir el Teatro Romano. A su juicio, es una decisión de "lógica política" y "sentido común".

"No me duelen prendas a la hora de apoyar al Consell en este asunto", resaltó Noguera, quien destacó que lo importante ahora es "mirar al futuro, revitalizar la comarca y no marginar en inversiones a Sagunto". Noguera, que afirmó que manteniendo la rehabilitación "se salva el Teatro Romano", mostró su deseo de que el dictamen "sea el último" sobre el monumento.

La diputada de EU, Glòria Marcos, exigió un poco más a la consellera. Trató de arrancar un "compromiso político de que Marco Molines no pida de nuevo la ejecución de la sentencia", algo que Miró dijo no poder garantizar.

Marcos defendió que, "independientemente de que a uno le guste o no la estética del Teatro Romano, lo más importante es recuperar el uso social del espacio", por lo que calificó los últimos 17 años de "conflicto estéril", "despilfarro de recursos" y "pérdida de inversiones en Sagunto". Por eso, solicitó que el dinero que se iba a destinar a ejecutar el fallo del Supremo se invierta en un plan integral de recuperación del patrimonio valenciano.

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