http://www.hoy.es/20080414/mas-actualidad/sociedad/resurgir-teatro-metellinun-200804141053.html
La revalorización del yacimiento se deberá articular en el auténtico motor de la dinamización económica y turística de la zona
El sol de primavera calienta suavemente las gradas del teatro de Metellinum. Hoy se representa la Medea de Eurípides y son pocos los habitantes de la colonia y sus alrededores que quieren perderse esta afamada obra. Abajo, en los asientos más cercanos a la escena, los patricios y demás personajes destacados de la colonia charlan despreocupadamente e incluso deambulan por la orchestra esperando el comienzo de la obra. Mientras, en las caveas superiores, las clases menos pudientes se afanan por conseguir el mejor asiento para disfrutar de la representación. El teatro luce sus mejores galas, todos los accesos han sido cuidadosamente adornados por guirnaldas de laurel y al fondo, la imponente escena con sus columnas recubiertas por molduras de estuco acanaladas, los capiteles y cornisas decorados con relieves vegetales y las grandes estatuas de mármol que se distribuyen por el frente escénico despiertan la admiración de todos; incluso la de algunos patricios emeritenses que, aprovechando su estancia de descanso en la cercana villa campestre de unos amigos metelinenses, se han desplazado a la urbe para asistir a la representación…”
La revalorización del yacimiento se deberá articular en el auténtico motor de la dinamización económica y turística de la zona
El sol de primavera calienta suavemente las gradas del teatro de Metellinum. Hoy se representa la Medea de Eurípides y son pocos los habitantes de la colonia y sus alrededores que quieren perderse esta afamada obra. Abajo, en los asientos más cercanos a la escena, los patricios y demás personajes destacados de la colonia charlan despreocupadamente e incluso deambulan por la orchestra esperando el comienzo de la obra. Mientras, en las caveas superiores, las clases menos pudientes se afanan por conseguir el mejor asiento para disfrutar de la representación. El teatro luce sus mejores galas, todos los accesos han sido cuidadosamente adornados por guirnaldas de laurel y al fondo, la imponente escena con sus columnas recubiertas por molduras de estuco acanaladas, los capiteles y cornisas decorados con relieves vegetales y las grandes estatuas de mármol que se distribuyen por el frente escénico despiertan la admiración de todos; incluso la de algunos patricios emeritenses que, aprovechando su estancia de descanso en la cercana villa campestre de unos amigos metelinenses, se han desplazado a la urbe para asistir a la representación…”
Hasta aquí lo que podría ser una escena habitual de un día de teatro en el Medellín de hace dos mil años. Un asentamiento cuyos orígenes se remontan a la prehistoria y que fue de vital importancia en el proceso de romanización del territorio extremeño. Fundado por el cónsul Quinto Cecilio Metelo en el año 79 a.C. antes de Jesucristo sobre el estratégico cerro de Medellín, que además de dominar el vado del Guadiana por esta zona, permitía asegurar el control de las riquezas agrícolas y mineras de La Serena y las explotaciones metalíferas de Logrosán a través del valle del río Ruecas. Poco a poco este esplendor inicial se fue agotando conforme la colonia de Metellinum iba cayendo en decadencia por la pujanza administrativa y económica de la capital Emérita Augusta. Así, lo que antaño fueron magníficos edificios, quedaron paulatinamente convertidos en ruinas, testigos mudos de un pasado esplendoroso. Entre ellos, el teatro, cuyo frente escénico quedó reducido a un amasijo de elementos arquitectónicos y escultóricos caídos en su mayor parte sobre la antigua escena de la que ya únicamente quedaba el hueco donde se ubicaba la tramoya y los elementos auxiliares, un espacio en su día era cubierto por un entarimado de madera sobre el que deambulaban los actores.
El devenir histórico provocó que durante la época visigoda el cerro quedara prácticamente deshabitado, un acontecimiento excepcional desde el punto de vista arqueológico, pues este abandono favoreció la conservación de las ruinas, que no fueron sometidas a expolios y reutilizaciones sistemáticas en nuevas edificaciones, sino que poco a poco fueron quedando ocultas por las tierras procedentes de los procesos naturales de erosión y sedimentación, acentuados en este caso por la propia orografía del terreno.
Durante la etapa musulmana se vuelve a reactivar la ocupación del emplazamiento. Era evidente que a pesar del abandono, Medellín seguía siendo un enclave estratégico de primer orden en el proceso de conquista y control del territorio extremeño y así lo entendieron las huestes musulmanas que erigieron en lo alto del cerro un imponente castillo, cuyos restos quedaron muy enmascarados por reformas posteriores, pero en el que aún es visitable un magnífico aljibe abovedado de este período. Sobre las laderas y al amparo del castillo se edificaron múltiples viviendas que en buena medida, aprovecharon las estructuras que aún eran visibles de los grandes edificios públicos romanos.
La reconquista cristiana prácticamente no alteró el proceso de ocupación. El castillo, aunque reformado sustancialmente (se llegó incluso a construir una iglesia en su interior: Sta. María del Castillo), se mantuvo como una importante plaza estratégica. No obstante el paisaje habitual del cerro se vio notablemente alterado con la edificación de otras dos iglesias; la de San Martín, en la zona más baja, donde años más tarde recibiría las aguas bautismales uno de los vecinos más relevantes de la villa: Hernán Cortes conquistador de Méjico, y la de Santiago edificada a media ladera junto a los restos arruinados del teatro.
La villa actual poco a poco fue alejándose para asentarse en zonas más llanas, quedando estas tierras como zonas de labor o de asentamientos secundarios de carácter agropecuario. Tan sólo las etapas de conflicto vuelven a reactivar la ocupación del cerro pero ya de forma esporádica y puntual. De este modo las guerras napoleónicas o la propia guerra civil dejaron su huella en forma de trincheras o nidos de ametralladoras.
RECUPERACIÓN DE UN YACIMIENTO SINGULAR
La evidente riqueza arqueológica de Medellín no pasó desapercibida para los arqueólogos. Los primeros trabajos bajo la dirección de Martín Almagro se centraron en las ocupaciones protohistóricas evidenciando que Medellín puede considerarse uno de los asentamientos orientalizantes (siglos VIII-V a.C) más importantes de la región. Buena prueba de ello son las magníficas piezas halladas en este yacimiento, procedentes del comercio con el mítico reino de tartessos y que actualmente podemos contemplar en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz: peines y objetos de marfil, escarabeos, vasos griegos, bronces, etc.
Los restos romanos tampoco pasaron desapercibidos para los investigadores. Entre otros debemos destacar entre la década de los 70 y 80 los trabajos de Salvadora Haba y Mariano del Amo, este último, además de posibilitar la adquisición de los terrenos por parte del Ministerio de Cultura, llegó incluso a realizar excavaciones en la zona del teatro y a restaurar parcialmente parte del graderío. Posiblemente la falta de medios y recursos fue lo que le impidió seguir avanzando las excavaciones hacia la zona de la escena lo que posibilitó que esta permaneciera prácticamente inédita hasta la intervención actual.
Con el traspaso de competencias, la administración autonómica bajo la coordinación de la Consejería de Cultura y Turismo ha ido realizando durante los últimos años diversos trabajos de conservación y revalorización en los diferentes elementos patrimoniales del cerro: trabajos de restauración en el castillo, recuperación de la iglesia de Santiago y creación del Centro de Interpretación del Castillo de Medellín. Es en este marco de actuaciones institucionales parala revalorización del patrimonio cuando surge el proyecto “Patrimonio crea empleo”, una iniciativa de la Consejería de Igualdad y Empleo desarrollada por la Dirección General de Formación para el Empleo en coordinación con la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura. Se crea de este modo el TECO (Taller de Empleo y Casa de Oficio) de Medellín, organismo autónomo dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la zona cuyo primer objetivo era el recuperar los itinerarios tradicionales de visita en el cerro del castillo de Medellín e intervenir sobre las ruinas de la iglesia de Sta. María del Castillo. No obstante dada la potencialidad y capacidad de actuación del TECO y la flexibilidad del propio programa, se planteó por iniciativa de los técnicos de la Consejería de Cultura y Turismo una intervención arqueológica en la escena del teatro romano que contaría además con el asesoramiento y el apoyo científico del Instituto de Arqueología de Mérida, organismo de investigación que además venía desarrollando un proyecto I+D sobre este edificio desde el año 2003. Los trabajos comenzaron a principios del 2007 pero en la zona del teatro no se intensificaron hasta el verano. En un primer momento nada hacía sospechar el alcance que posteriormente iba a tener la excavación, pero tras ir retirando poco a poco las estructuras de ocupación medievales que se habían asentado sobre la escena del teatro, se fue desvelando ante nuestros ojos una imagen que nos remontaba un siglo atrás y que nos situaba en un escenario similar al que se desarrolló en los primeros momentos de la excavación del teatro romano de Mérida. Las columnas, capiteles, relieves y decoración escultórica del frente escénico del teatro salían nuevamente a la luz, las ruinas cobraban vida gracias en parte a un proceso de excavación excepcional desarrollada por los arqueólogos responsables de la excavación, Santiago Guerra y Yolanda Picado y en parte por el esfuerzo conjunto de diversas instituciones extremeñas en pos de la recuperación del patrimonio arqueológico.
MEDELLÍN: UN PASEO POR LA HISTORIA
El redescubrimiento del teatro de Medellín ha marcado un hito en el devenir no solo de la población de Medellín, sino de toda la comarca. Nunca antes un proyecto “Patrimonio crea empleo” se ha ajustado tanto a los objetivos que define su propia denominación. La revalorización del yacimiento se deberá articular en el auténtico motor de dinamización económica y turística de la zona en el que evidentemente quedarán vinculados múltiples sectores empresariales, con especial relevancia el sector servicios. Y es que la visita a Medellín no dejará a nadie indiferente. En poco más de una hora cualquier persona que se acerque hasta aquí podrá subir a una particular máquina del tiempo que le permitirá pasear entre las ruinas de la antigua colonia romana, visitar el Centro de Interpretación de la Iglesia de Santiago, deambular por uno de los castillos mejor conservados de Extremadura, penetrar en un impresionante aljibe musulmán, contemplar la pila bautismal donde recibió bautismo Hernán Cortés o descubrir una de las mejores vistas del Guadiana coronado por el magnífico puente medieval que da acceso a la población actual.
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