19 de noviembre de 2007

Talavera La Vieja - Caceres


INUNDADA HACE 40 AÑOS POR VALDECAÑAS
La vieja Talavera emerge de las aguas




HOY recorre las calles Talavera La Vieja -inundada hace cuatro décadas por las aguas del pantano de Valdecañas- de mano de dos de sus antiguos vecinos

La historia de hoy no es alegre. Es triste. Especialmente para aquellos que al leer estas líneas se identifiquen con alguno de los protagonistas del reportaje, que junto a cerca de 2.000 vecinos se vio obligado a abandonar su amada Talavera La Vieja. Atrás quedaron no solo sus viviendas, sino parte de su infancia, de sus recuerdos y de su historia. Y con ellos se hundieron cerca de 3.000 años de antepasados que pasaron por Augustóbriga, como así se la conocía en la época romana.

El motivo no fue otro que la construcción del pantano de Valdecañas, que supuso la inundación del fértil valle y uno de los más prósperos pueblos de la comarca. Corría la década de los sesenta y en la dictadura franquista no cabía la protesta. Llenos de congoja y sin ánimos para mirar atrás, cada cual eligió su camino para abandonar un pueblo al que muchos no volverían jamás.

Entre éstos se encontraban Antonio Castillo y Felipe Rubio, con quienes visitamos los restos de las calles, casas, cuadras y campos que les vieron crecer, aprovechando el descenso en el nivel del agua fruto de las escasas precipitaciones registradas en los últimos meses. Rubio apenas puede contener las lágrimas al bajar del coche y acercarse a lo que en su día fueron las eras de trillar, cuyo suelo está perfectamente conservado gracias a la meticulosidad con que en su día se colocaron las piedras. Como telón de fondo, el trazado urbano de Talavera La Vieja, ahora acechado por un pantano que continuan subiendo gradualmente. Se encuentra totalmente derruida, pero las calles son perfectamente visibles al estar libres de escombros y restos de piedras, concentradas en las plantas de los edificios.

La historia de Felipe

Felipe Rubio nació el 17 de julio de 1947 y se autodefine como «talaverino hasta la muerte». Hijo del que fuera secretario de la Hermandad Sindical Mixta (Cámara Agraria), Melecio Rubio, abandonó el pueblo al tiempo que la gran mayoría, coincidiendo con la llegada del agua en septiembre del año 1963.

Hasta aquella fecha residió junto a su familia en el número 1 de la calle Duque de Peñaranda. Recuerda que la noticia «sentó muy mal», pero que se acató «porque no quedaba otra». Recorrer las calles junto a este vecino es sinónimo de revivir los tiempos de esplendor de Talavera. De hecho las piedras parecen volver a su estructura original al escuchar sus palabras. «Aquí estaba la casa del abuelo, y aquí el taller de carpintería de mi tío Eufemio Nuevo Pineda, aunque también hacía pan ya que tenía licencia para ello. Aquella era la casa de don Isaac, el médico, que era de los que más perrillas tenía... y aquí lo que queda del Ayuntamiento. Más allá está la oficina de mi padre. ¿Madre mía cuantos recuerdos!», acaba lamentando.

A pesar de la gran carga sentimental del momento, Rubio llega a recordar algunas anécdotas ciertamente singulares, como aquella vez que estaba jugando a las canicas y vio llegar un automóvil de grandes dimensiones, como nunca se había visto en el pueblo. «Vi como se bajaban Cary Grant, Frank Sinatra y Sofía Loren... ¿Ay, Dios mío, al ver aquellas piernas tan largas, tan guapísima,...!. Salí corriendo a llamar a mi padre. Hubo fiestas en el pueblo y todo», señaló. El motivo de la visita -explica- era la búsqueda de escenarios para rodar la película 'Orgullo y pasión', atraídos por el Puente del Conde. No obstante finalmente no fructificó ya que estaba en ruinas y se filmó en otra localización.

Más animado Rubio comenzó a recordar otros hechos aunque ciertamente luctuosos. Entre ellos que narró los acaecidos el 16 de julio de 1956, cuando al párroco local le explotaron tres bidones de gasolina que había traído desde Navalmoral para alimentar los motores de regadío. «Al oir la explosión y ver tanto humo nos acercamos. Salió alguien casi en llamas, con todo quemado y sin ropa ni nada. Yo, que solo era un niño, eché a correr, pero me sujetó con la mano y me dijo que no huyera, que era Don Julio el cura», rememora. Antes de morir el clérigo le pidió que pusiese a salvo tres cuadros de Domenico Theotocopuli (El Greco) que guardaba en un armario. El joven Felipillo (así le llamaba el cura) cogió las pinturas y las trasladó a casa de sus padres, que se encontraban al cruzar la calle. Aun hoy se lleva las manos a la cabeza al tomar conciencia (entonces no lo sabía) del valor de las obras de arte que portó en sus manos. Se trata de 'Coronación de la Virgen', 'Apóstol San Andrés' y 'Apóstol San Pedro', actualmente expuestos en el Monasterio de Guadalupe.

Por último, lamenta algo que aun hoy considera «un engaño». Además de los recuerdos y propiedades, Felipe dejó en Talavera el cuerpo de su difunta madre. Los responsables de la obra de la presa les aseguraron que una losa de cemento sobre la tumba bastaría para que el agua no usurpase los restos y que cada vez que el pantano bajara podrían visitar el sepulcro. Sin embargo, la fuerza del agua arrancó la losa y con ella lo único que le quedaba de su ma- -dre, que falleció muy joven. Similar suerte corrió el resto del cementerio, que pocas veces logra emerger. «Esa es una de las penas más grandes que todavía tengo», concluye.

Hijo de un pescador

La historia de Antonio es similar, si bien su marcha se produjo antes de la inundación, debido al traslado de su familia por motivos laborales. Nació el 2 de abril de 1934. Su padre, que era pescador, viajó a Plasencia en el año 1.942, donde trabajó en una fábrica de corcho. No obstante recuerda que siempre mantuvo el contacto con Talavera La Vieja, volviendo cada 27 de agosto «con motivo de las fiestas de San Agustín, que estaban muy bien y había mucha gente», recuerda.

En el patio de una de las viviendas, junto a uno de los numerosos pozos con que contaba el pueblo y que a pesar de la bajada del nivel del pantano permanecen llenos de agua, rememora el carácter afable de sus gentes. «Casi todas las casas contaban con un pozo que a su vez compartían con la casa de al lado, ya que estaba hecho justo entre ambos patios y por allí se saludaba la gente. Además me acuerdo que las primeras cervezas que llegaron a Talavera, cuando no había ni neveras, las enfriábamos metiéndolas dentro de los pozos», afirma.

Finalizado el recorrido y con un sinfín de recuerdos en la libreta, Junto a Antonio y Felipe montamos en el coche y encaramos el camino de regreso a Navalmoral, tal y como hicieran hace ya 44 años. Continúan hablando y recordando vivencias, pero al igual que entonces, a paso lento pero continuo, ninguno vuelve la vista atrás. Sigue siendo duro. «Hasta el año que viene, Talaverilla».


Muestra sobre el tesoro orientalizante de Talavera La Vieja


http://www.hoy.es/20071119/sociedad/muestra-sobre-tesoro-orientalizante-20071119.html

El asomo de los restos de Talavera La Vieja coincide en el tiempo con la exposición sobre el tesoro hallado en este enclave hace más de una década, aprovechando la sequía que atravesaba no solo la cuenca del Tajo, sino toda la península.

Bajo el título 'El tesoro orientalizante de Talavera La Vieja', la Fundación Concha de Navalmoral de la Mata acoge diversos hallazgos arqueológicos cuya importancia se explica asimilando su valía -guardando las particularidades de cada uno- con el también denominado 'tesoro' de Aliseda. Para su presentación los arqueólogos de la Junta de Extremadura Javier Jiménez y Carlos Morán se desplazaron a Navalmoral, desgranando las características y procedencia de las piezas encontradas, en cuya localización e incautación participó una unidad especializada de la Policía Nacional.

Restos funerarios

La mayor parte de estos minúsculos vestigios son joyas de oro y plata, depositadas en el interior de una vasija junto a restos de huesos quemados, probablemente procedentes de varias incineraciones pertenecientes a seis cadáveres: un individuo adulto masculino, cuatro femeninos y uno infantil, lo que hace presagiar una familia al completo sin descartar un posible sacrificio ritual.

Volviendo a las joyas, se trata de varias arracadas (grandes pendientes que se colgaban de la parte superior de la oreja) realizadas tanto en oro como en plata, colgantes, brazaletes, anillos, puntas de lanzas, fragmentos del broche de un cinturón y de un peine de marfil, agujas de hueso, cuchillos y dos escarabeos, entre otros.

Especial reseña merecen estos últimos por su singularidad. Estos amuletos con forma de escarabajo contenían sendas inscripciones de geroglíficos egipcios, que vienen a significar 'Favorito de la Dorada' y Amado de Amon-Ra y Maat'.

Varias civilizaciones

Tras el análisis por separado de cada pieza, los investigadores han fijado el paso de varias civilizaciones por Augustóbriga. Además de la Romana -obvio por los numerosos restos constructivos- los objetos nos remiten a ocupaciones más antiguas. Entre ellas los arqueólogos citaron el Bronce Final (siglo IX-VIII a.C.) y el Periodo Orientalizante (siglos VI-V a.C.).

Sobre las singularidades de las piezas también destacaron la existencia de conchas que en su estado natural únicamente se encuentran el las costas de África Central, entre Liberia y Namibia, con toda probabilidad traídas por los fenicios tras algunos de sus periplos por el continente africano.

Intensa vida social

De igual forma, los arqueólogos subrayaban la gran entidad y la ingente vida social que concentraba Talavera La Vieja en la época romana, como así lo atestiguan sus numerosas construcciones de gran calidad, termas, canales para el agua y las cloacas, sus áreas funerarias, los restos de lápidas y piedras encontradas con inscripciones de todo tipo, etcétera.

La muestra permanecerá en la Fundación Concha hasta finales de mes y puede ser visitada de lunes a viernes en horario de mañana y tarde y los sábado por la mañana.
Nota de CH: Una web interesante sobre estas ruinas http://www.paseovirtual.net/talaverilla/augustobriga.htm

2 comentarios:

  1. Anónimo11:06 p. m.

    Hola paisanos, amigos y simpatizantes del pueblo de Talavera la Vieja: Soy un descendiente del pueblo, que como todos tuvimos que salir de el a la fuerza. Mi padre fue Guarda Jurado de la Hermanda Sindicar y Ayuntamiento de Talavera La Vieja, durante veinticuatro años consecutivos.
    Ahora quiero decir que no solo nos quitaron el pueblo sino que también quieren quitarnos la identidad.

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    Hola familiares paisanos y amigos: Quiero expresar en este lugar de acogida para los recuerdos de los Talaverinos, un sentir muy desafortunado, para todos los nativos de nuestro querido Pueblo, Talavera la Vieja. Todos los que vivan y hayamos nacido antes del año 1980, pues resurta que ya no pertenecemos al pueblo que nos vio nacer, ahora somos de Navalmoral de la Mata, la que siempre fue, nuestra cabeza de partido.¡ Menos mal que por lo menos nos cambian a uno más grande.! Pongo el asunto recibido. Ministerio del Interior: OFICINA DEL CENSO ELECTORAL. Francisco Jiménez García: Sexo: V = Fecha de nacimiento: 30/01/41 Municipio: Navalmoral de la Mata (Cáceres), ahora resulta que mi D. N. I. pone que nací en Talavera la Vieja (Cáceres.) Yo no quiero pertenecer nada mas que a mi pueblo, y ese es Talavera la Vieja, de la provincia de Cáceres. No tengo nada en contra de Navalmoral, pero quiero mi identidad de toda la vida y la de mis antepasados, no quiero que ahora, un atajo de inexpertos quiera cambiar el sentir de un pueblo, que nunca debió de desaparecer para el bien de unos pocos. Desaparecerá España entera si esto sigue como el rosario de la Aurora, y luego nos parará igual que a los gitanos, que no seremos de ninguna parte. Un saludo, Francisco Jiménez.

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  2. Anónimo8:47 p. m.

    Hola amigos: Nuevamente podemos pisar las calles de nuestro pueblo y visitar los que fueron nuestros aposentos, pues el pueblo esta casi todo descubierto, y como en otras ocasiones, empiezan a verse varios buscadores de tesoros en nuestras ruinas. Creo que se debe de intentar por parte de todos los talaverinos, descendiente y amigos, que todo aquello que se encontrase y tenga algo de valor histórico o arqueologico, fuese entregado en un lugar que sirviese como Museo, y tenerlo protegido para que todos lo pudiesen ver y disfrutar de las cosas que había y teníamos, las cuales nadie intento protegerlas.
    Es lamentable que tantas cosas de valor incalculable, estan esparcidas por todas partes, sin que se haya tomado ninguna medida para conservar dicho tesoro.
    Saludos de un talaverino amante de su tierra que mientras viva, no olvidara Francisco Jiménez.

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