Cabalgando en el pasado
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LA singularidad de la Antigua Roma amaneció ayer en Iruña Veleia. Este yacimiento arqueológico alavés, situado entre Víllodas y Trespuentes, agitó su pasado y revivió un bullicioso día de finales del siglo IV. A las puertas de la ciudad, los mercaderes no perdieron oportunidad para intentar vender sus telas, a la vez que daban la bienvenida a miles de visitantes. "¡Señora, le ofrezco la mejor de las sedas, no encontrará otra igual!", aseguró un embaucador romano.
La VI jornada de reconstrucción histórica Ludi Veleienses, celebrada ayer bajo un intenso sol, consiguió superar las previsiones de asistencia, llegando a recibir unas 17.000 personas. Según informaron desde la organización, las novedades introducidas en el programa "han funcionado" y el esfuerzo de quienes entregan su tiempo "por amor al arte" ha recibido sus frutos.
Los niños romanos fueron los más madrugadores, porque ayer en Iruña Veleia era día de escuela. Minuciosamente observados por los visitantes más pequeños, siguieron con seriedad las palabras de su maestro y abrieron sus libros para zambullirse en el latín. Caras de sorpresa y simpatía se acercaban a los miembros de la Asociación Arkiz, encargados de recrear escenas de la vida cotidiana de la urbe. Cerca del colegio, varias hilanderas trabajaron sin descanso, ante la extrañeza de los más pequeños.
La comida y la bebida romana fue una de las novedades más exitosas de la jornada. Empapados ya del ritmo matinal de Iruña Veleia, muchos visitantes no dudaron en probar el vino romano. Aunque algunos dudaron del efecto de un caldo , elaborado, entre otros ingredientes, con miel, esta bebida triunfó entre las asistentes. Para comer, pudieron elegir entre pastel de queso (sala cattabia), puré de lentejas a la menta (aliter lenticula), o cerdo a la miel (sus in mele elixo).
EXHIBICIÓN DE CAZA
La caballería y la artillería romana irrumpió en la atención de ciudadanos y foráneos. Una ofrenda a Júpiter precedió las lecciones de caza de la Cohors I Gallica, grupo alavés que desplegó sabiduría e ilusión en Iruña Veleia. Tal y como repetían antes de una batalla o una cacería, estos romanos pidieron ayuda a su dios, un rito que arrancó los primeros aplausos de los visitantes.
Antes de mostrar al público las réplicas de artillería romana, los miembros de la agrupación mostraron su habilidad en la caza mayor. Un improvisado ciervo avanzó asustado ante el ruido provocado por los golpes de las lanzas en los escudos y cayó, sin compasión, en la red que la Cohors I Gallica había colocado al final del recorrido. Una vez atrapado, sólo bastó una lanza para darle muerte. Minutos más tarde, la atención se centró en la muestra de diferentes tipos de armas arrojadizas, hondas y arcos, manejadas magistralmente por los romanos de Iruña Veleia.
Sobre las 13.00 horas, la destreza se acopló a la velocidad en la caballería Turma I Nova Victoria. Diez jinetes asombraron a niños y mayores, con vistosas prácticas de la hípica romana. Saltos, cruces y habilidad con la espada pusieron fin a la vuelta a la antigüedad de Iruña Veleia por unas horas.
17 de septiembre de 2007
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