Sevilla

Cultura aprueba que las termas romanas de Placentines se integren en un restaurante

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El suelo del local estará acristalado para dejar ver estos restos de la antigua Híspalis romana.
Se cree que fueron construidas en torno al siglo II y que pertenecían a un edificio de mayores dimensiones.
La conservación de este hallazgo arqueológico supone la pérdida de varias plazas en el aparcamiento proyectado por la empresa.

La Comisión de Patrimonio Histórico, adscrita a la Delegación provincial de la Consejería de Cultura, ha dado su visto bueno al proyecto promovido para integrar en un restaurante del casco histórico de Sevilla las termas romanas descubiertas en la calle Placentines, concretamente entre los números 8 y 14, tras las obras impulsadas para la construcción de dicho negocio hostelero.

El arqueólogo coordinador de las excavaciones realizadas bajo el subsuelo de los números 8 y 14 de la calle Placentines, Florentino Pozo, informó de que el proyecto de integración de las termas, cuya conservación fue ordenada por la propia Comisión de Patrimonio Histórico, ha sido ya aprobado por dicho organismo, que no obstante solicitó información complementaria acerca del acristalamiento y la iluminación de la cripta arqueológica.

La aprobación del proyecto de integración por parte de la Comisión de Patrimonio Histórico surge después de que los operarios de la empresa constructora, Construcciones García Maireles, acometieran la limpieza del recinto en el que se descubrieron estos restos de la antigua Híspalis romana.

De hecho, la conservación de estos restos arquitectónicos implica la supresión de plazas de estacionamiento en el aparcamiento subterráneo proyectado por la empresa promotora, que prevé acristalar el suelo de la planta baja para permitir la visibilidad de estos restos descubiertos a 3,5 metros por debajo de la cota cero del inmueble.

Los restos fueron descubiertos el pasado otoño motivando que la firma constructora contratase a un equipo de especialistas, dirigido por la arqueóloga Mariló Martínez, para acometer las catas arqueológicas correspondientes a este proyecto de construcción de un nuevo hotel. Las excavaciones posteriores sacaron a la luz toda una serie de restos arquitectónicos que conforman los vestigios de unas termas romanas que podrían haber sido construidas en torno al siglo II después de Cristo dentro de un edificio de mayores dimensiones, pues los restos descubiertos ocupan una superficie de entre 25 y 40 metros cuadrados.

Tras las inspecciones de los arqueólogos de la Consejería de Cultura, la Comisión provincial de Patrimonio Histórico una dictó orden de conservación de los restos, que incluyen muros de hasta 1,5 metros de altura y se dividen en dos partes diferenciadas en su grado de conservación.