La Junta aumenta la protección de la Villa Romana de Río Verde al declararla zona arqueológica
El conjunto de mosaicos de gran calidad técnica es el principal atractivo de este Bien de Interés Cultural, ubicado en San Pedro La zona arqueológica delimitada ocupa 8.083 metros cuadrados
El Gobierno andaluz ha querido blindar la Villa Romana de Río Verde, una de las joyas del patrimonio 
histórico local declarada en 1987 Bien de Interés Cultural (BIC). El Consejo de Gobierno de la Junta ha ampliado la protección de este vestigio, que data del siglo I, al declararlo zona arqueológica. Durante los últimos 15 años, colectivos culturales -como la Asociación Cilniana-, asociaciones vecinales y partidos políticos en la oposición denunciaron en reiteradas ocasiones la nefasta gestión de los vestigios, entre ellos, este asentamiento costero, desarrollada por los equipos de gobiernos del GIL.
histórico local declarada en 1987 Bien de Interés Cultural (BIC). El Consejo de Gobierno de la Junta ha ampliado la protección de este vestigio, que data del siglo I, al declararlo zona arqueológica. Durante los últimos 15 años, colectivos culturales -como la Asociación Cilniana-, asociaciones vecinales y partidos políticos en la oposición denunciaron en reiteradas ocasiones la nefasta gestión de los vestigios, entre ellos, este asentamiento costero, desarrollada por los equipos de gobiernos del GIL. Ahora la administración andaluza, que tutela estos restos arqueológicos, da un paso más en la preservación de este asentamiento costero que, al parecer, alcanzó su mayor esplendor en el siglo II. El singular conjnto de mosaicos de gran calidad técnica es, sin duda, el principal atractivo de este BIC.
La zona arqueológica delimitada abarca una extensión de 8.083 metros cuadrados y constituye uno de los escasos ejemplos de villas señoriales tardorromanas conservadas en el litoral andaluz. Hasta ahora, las excavaciones efectuadas en la zona se han limitado a la parte central del área residencial que, a tenor de los restos documentados, se completaría con una factoría de producción de salsas de pescado y elaboración de tinte de púrpura, muy cotizados en la época. Las estancias residenciales descubiertas sobresalen por sus mosaicos, datados a finales del siglo II y principios del siglo III. Entre estas piezas, destacao uno de temática culinaria, bicolor y decorado con representaciones de utensilios y comida que se van sucediendo a modo de friso. Además, se han hallado objetos de adorno y un fragmento de escultura de mármol, así como monedas que apuntan a que el asentamiento quedó deshabitado en el siglo IV.
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