22 de agosto de 2006

Alcalá - Sevilla

La huella de Roma asoma en Alcalá
 
 
La huella que la civilización romana ha dejado en toda Andalucía, asoma a poco que se remueva la tierra. Recientemente, las donaciones de dos ciudadanos al Museo han vuelto a poner de relieve que la presencia de Roma debió ser más fuerte de lo que se conoce hasta ahora y a reclamar estudios y excavaciones en un suelo que rebosa historia a poco que se mueva su tierra. Y es que ha pesar de muchos testimonios y hallazgos dispersos sobre la época imperial, este periodo histórico es en Alcalá una época sobre la que siguen faltando datos que determinen la importancia de la misma.
Además, las dos donaciones realizadas al Museo abren dos hipótesis de sumo interés. Una de las piezas es un trozo de capitel romano, procedente de una pilastra, posiblemente adosada a la pared, de estilo corintio, tallado un mármol blanco y localizado en la zona denominada Cerro del Moro. Una persona la encontró al realizar obras en su vivienda. Pero, aunque la pieza se ajusta a lo que debió ser una construcción residencial de cierta importancia, no existen testimonios de la ocupación humana de este cerro en épocas pasadas.
Tal vez, donde no lleguen los datos, pueda aportar algo de luz el sentido común. La interpretación del técnico municipal de Cultura, Francisco Mantecón, resulta sumamente interesante. Parte de la posible interrelación de esta zona, con el gran monumento romano con que cuenta la ciudad. Las galerías subterráneas que llevaban el agua a Sevilla a través de los mal llamados Ca?os de Carmona tienen su origen en época romana, según se ha demostrado en las últimas investigaciones sobre las mismas. A esta galería se le ha atribuido desde siempre su papel como suministradora de agua a Sevilla. Sin embargo, antes de partir hacia la capital, realizan un sinuoso trazado por el actual casco urbano de Alcalá, una parte del cual bordeaba la zona del Cerro del Moro, donde se ha producido el hallazgo. Parece mucho trabajo para dar solución a los problemas de agua de un asentamiento reducido o de poca importancia.
También parece mucha molestia para una población de poca entidad la construcción del sólido y ancho puente romano sobre el Guadaíra que todavía hoy soporta el tráfico de salida del casco urbano hacia Dos Hermanas. La teoría que habla de bases romanas en varias de las torres del Castillo ocupadas luego por árabes y cristianos, a?ade interés a la investigación de la presencia romana en el actual casco urbano de la ciudad.
Las otras donaciones también despiertan interrogantes, que ya fueron planteados en su día. Se trata de una colección de monedas que han sido halladas a lo largo de los a?os por personas que han vivido o que han «andado» mucho por la zona de Pelay Correa, donde se encuentra el último de los molinos alcalare?os en dirección a Sevilla. El conjunto de monedas, que han sido halladas por separado, recoge un total de doce piezas con cronologías que van desde el siglo I hasta 1833. Hay maravedíes y una «blanca» del reinado de Enrique IV (454-1474). Pero destacan por su valor el conjunto de piezas romanas.
Pues bien, en la zona de Pelay Correa a principios de los a?os sesenta la lluvia descubrió en la zona un hermoso mosaico romano. Se iniciaron entonces excavaciones dirigidas por el doctor Carriazo. Sin embargo, el hecho llamó mucho la atención y cientos de curiosos tesela a tesela se llevaron la práctica totalidad del mosaico. Pero además se descubrieron restos de muros, una escalinata, un trozo de estatua, restos de mármoles veteados, vidrios, utensilios caseros y un moneda de Filipo el Árabe. Pero ahí quedó la investigación sin que se volviera a saber mucho más del yacimiento, aunque todavía puede verse sobre la tierra restos de muros.
El estudioso de la historia local, Francisco García Rivero, que conoció lo ocurrido, aporta además una interesante hipótesis que recoge en su libro «Crónicas y memorias de Alcalá de Guadaíra». Movido por el testimonio del pintor local, Pepe Recacha, acudió a la zona para investigar unos extra?os agrupamientos de piedras en la ladera del río. Lo más sorprendente es que en la orilla contraria se observan justo enfrente similares agrupamientos de piedras perfectamente cortadas y que denotan trabajo de cantería. Es fácil pensar en lo que pudiera ser un puente.
García Rivero se dedicó a investigar y halló un interesante testimonio. El profesor Joaquín González Moreno cuenta que Romero Murube había visto en El Cairo un documento de los árabes en el que se decía que en Alcalá hubo un puente de barcas. García Rivero lanza la hipótesis a la espera de nuevos datos.
Donde sí está probado con claridad la presencia de un asentamiento romano de entidad es fuera del casco urbano de Alcalá, en el entorno de Gandul. En este lugar, los hallazgos han sido muchos, hay tumbas prehistóricas e incluso los restos de un mausoleo circular de época romana que debió servir de lugar de enterramiento para alguien importante. La base de esta construcción fue recrecida en parte hace décadas, sin que el proyecto de reconstrucción quedara concluido. Toda la zona, en la que trabajo con denuedo Jorge Bonsor, ha aportado interesantes piezas al Museo Arqueológico .
La excavación sistemática de esta zona es una vieja reclamación de investigadores y arqueólogos que advierten de la importancia de lo que allí podría hallarse y que reclaman intervenciones que pongan fin a la rapi?a de los «piteros» y de los buscadores de restos.

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