J. Pastoriza / VIGO
La ara funeraria de la época romana encontrada en Areal puede aportar mucha información sobre el Vigo de los siglos II y III después de Cristo. El director xeral de Patrimonio Cultural, Felipe José Arias, la considera una "pieza excepcional". El hallazgo, que ya ha despertado expectación en la comunidad investigadora, se expone en el vestíbulo del edificio administrativo de la Xunta hasta el 4 de mayo.
- ?Cuál es la singularidad que hace especial esta pieza respecto a otros restos hallados?
- Tiene varias. Aparece en un contexto arqueológico concreto, con estratos analizados y documentados, lo cual no es habitual en hallazgos con inscripciones. Luego la ara está completa. Tiene la parte para afincar en tierra, el campo epigráfico con el epitafio dedicado a los dioses Manes, y la parte decorativa, con un rallado muy característico de otras aras de la fachada atlántica gallega. Posee también un valor como documento histórico que puede informar de muchos aspectos -lengua, religión, onomástica, procedencia de los personajes...- del Vigo romano y del resto de Gallaecia; y un valor patrimonial que permitirá a la sociedad disfrutar de su origen. Es una pieza histórica de primera magnitud que nos dará muchas pistas.
- Es un altar de una familia politeísta. ?Qué sabemos de Iulia Ovia tras un primer estudio?
- Es una familia pagana, lo cual es normal en el contexto del siglo II. El cristianismo en Galicia no empieza a entrar hasta el siglo III, y sólo en determinados ámbitos. Es una familia viguesa romanizada, aunque no podemos establecer si era latina o romana por el hecho de que la lápida esté en latín o por que el nombre Iulia también lo sea. Pudo haber sido una asimilación. Es una persona acomodada: por cada ara había cien enterramientos sin lápida.
- ?Qué datos nuevos existen sobre el Vigo romano tras los últimos hallazgos?
- Las excavaciones nos hablan de una diversificación de funciones. Hay zonas de salinas, viviendas, algunas pobres y otras no, necrópolis... Hablamos de un núcleo urbano con una importancia económica grande y una sociedad dinámica y emergente.
-?Cuál era su importancia en la Gallaecia y la fachada atlántica?
- No tenemos constancia de que Vigo fuese una civitas, pero sí que constituía un núcleo importante. A lo mejor dentro de 20 a?os tenemos una idea más clara de esa configuración física. Esta nueva pieza es un eslabón más para ir atando cabos.
- ?Sus habitantes vivían fundamentalmente del mar?
- Estaban vinculados al mar, pero también al comercio y la agricultura puesto que se han encontrado molinos. La actividad estaba diversificada, y también había servicios: personas dedicadas a la recaudación de impuestos, cultos religiosos, etcétera.
- ?Cree que quedan muchos tesoros arqueológicos ocultos del Vigo romano?
- Hay aún muchos escondidos de esta época, a tenor de la tradición de restos hallados. Queda mucho patrimonio por rescatar.
- ?Cómo se va a recuperar?, ?existe algún plan específico?
- El plan es seguir trabajando con excavaciones y estudios, y la investigación arqueológica debe ir en paralelo al desarrollo urbanístico. La sociedad también tiene que asumir que está ante un patrimonio y una documentación que no puede dejar perder.
El ara de la «romana viguesa» Iulia Ovia se expone en la Xunta
El hallazgo encontrado por los arqueólogos en Areal está muy bien conservado
El altar se mostrará al público durante quince días en el edificio
La furia constructora se llevó por delante un edificio racionalista en el número 16 de la calle Areal; un inmueble que cualquier arquitecto con dos dedos de frente querría conservar. No pudo ser, pero al menos, los arqueólogos han podido sacar algo de provecho a la obra. Hace un par de semanas, el equipo de expertos de la empresa Anta de Moura que estaba trabajando en la rica excavación descubrió un yacimiento en pleno centro de la ciudad, con varios restos romanos de los siglos II y III, entre los que se encontró un hallazgo sin?gular: un ara funeraria de base cuadrada, de 40 centímetros de ancho por 180 centímetros de alto.
Los arqueólogos se encontraro con un ara funeraria (un altar de piedra normalmente consagrado a una divinidad), en un extraordinario estado de conservación, con la siguiente inscripción en latín: «Consagrada a los dioses Manes. La puso Iulia Ovia para su hijo, Iulio Ensio, de 32 a?os, y también para su queridísimo Duribdi Enepti».
Cuando presentaron el descubrimiento, el arqueólogo de la Consellería de Cultura, Xulio Carballo; el arqueólogo jefe de la excavación, Xurxo Constela, y la delegada provincial de la Consellería de Cultura, Marta Souto, anunciaron que el altar de piedra encontrado se expondría durante 15 días en la entrada de las dependencias administrativas de la Xunta en Vigo para que el público pueda verlo. Y allí está desde ayer por la tarde, para que quien tenga curiosidad por el pasado romano de la ciudad, se acerce a uno de los objetos más evidentes de esta herencia.
A Castrelos
Los expertos también encontraron ánforas, fragmentos de cerámica negra común de cocina, fragmentos de vidrio y cobre, y una veintena de monedas, una de ellas muy bien caracterizada, de Constancio II de 337 e 354 después de Cristo. Los especialistas seguirán estudiando todas las piezas, que se trasladarán al Museo de Castrelos, y creen que el ara forma parte de la necrópoli viene siendo una parte de la misma que se encontró hace a?os en la misma zona.
Tres personas que vivieron en la ciudad hace 1.800 a?os
http://www.lavozdegalicia.es/ed_vigo/noticia.jsp?CAT=111&TEXTO=4662069
La importancia de este hallazgo se inscribe dentro del contexto de los descubrimientos realizados en distintas zonas de la ciudad que documentan el pasado romano de Vigo. El altar se puede situar cronológicamente entre los siglos II al V de nuestra era. Su singularidad radica en sus dimensiones, de 1,80 metros. Según aseguran los arqueólogos, «normalmente tienen cuatro líneas de epígrafe y la hallada tiene once. El ara nos desvela los nombres de tres personas que vivieron hace 1.800 a?os en Vigo, de apellidos poco comunes en la Hispania romana, así como peque?os aspectos de su vida privada. Puede que tardemos veinte a?os en encontrar algo así». En los a?os 50, las excavaciones realizadas entre Pontevedra e Inés Pérez de Ceta, permitieron sacar a la luz una colección de veintinueve estelas, algunas funerarias, por lo que el descubrimiento de esta ara permite confirmar la existencia de una necrópolis.
El solar está situado en el arranque de la población tardorromana que continuaba hasta el Casco Vello. El núcleo comenzaba en la intersección de las calles Pontevedra y Areal hacia el Casco Vello, mientras que en la otra dirección, hacia la calle Oporto, se situaría el cementerio romano. Mientras tanto, los arqueólogos siguen sin saber cuál era el nombre de Vigo en esta época. Apuestan por la denominación Vicus Helleni, por los helenos que habitaban en las construcciones castre?as. Tratando de explicar el pasado, los especialistas parecen estar contando exactamente la misma realidad viguesa de hoy en día: «las referencias a Vicus como aldea no tienen tanto que ver con que el asentamiento urbano fuera más grande o más peque?o, sino por no tener capitalidad o entidad administrativa», indicaban hace unos días. Hace dos mil a?os ya estábamos con las mismas.
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