Que en el subsuelo se conservan grandes secretos nadie lo pone en cuestión. La Catedral de León fue construida sobre el solar de unas termas romanas del siglo II, que fueron convertidas en palacio real por Ordo?o II en el siglo X. Este palacio, según cuentan los historiadores, se donó luego a la Iglesia para erigir una basílica, pero no fue hasta el siglo XIII cuando comenzó la construcción del templo actual.
En la zona donde se pretende actuar existen ya unas peque?as termas excavadas. La idea es continuar esos trabajos en una superficie de unos 100 metros cuadrados, según fuentes del Cabildo. Dependiendo de los resultados de la excavación, la zona descubierta podría incluirse después en la ruta romana que preparan conjuntamente el Ayuntamiento de León y la Consejería de Cultura.
El arquitecto Melquíades Renilla, que redacta para la Consejería el plan romano, visitó ayer la Catedral para elaborar un estudio minucioso sobre la zona donde se pretende excavar. Renilla aseguró que «hasta que no se realicen los trabajos» no se podrá determinar la importancia de los restos que se encuentre. «No sabemos qué puede ser. Creemos que serán termas, pero también podemos encontrarnos restos románicos también; es un enigma», a?adió en declaraciones a EL MUNDO / LA CRONICA.
Estas termas se completan con las existentes junto al Obispado, que serán abiertas definitivamente en Semana Santa.
'Principia', termas... un rompecabezas que empieza a encajar
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Poco a poco León va conociendo su pasado romano. Los legionarios leventaron el primer campamento para contener las revueltas en la zona astur (Legio VI Victrix) y posteriormente, mediado el siglo I d. C., mediante un campamento con muros más sólidos, para consolidar el control de las vías hacia la Cordillera Cantábrica y los montes de Galicia (Legio VII).
Los restos descubiertos en el solar de San Pelayo se corresponden con una peque?a parte de la zona trasera de los Principia, el complejo logístico y sagrado del contingente romano. Era un edificio rectangular, totalmente porticado, con un gran patio central donde supuestamente se pasaba revista a las tropas. El de León podría ser muy parecido al que ocupó la Legio X en Nimega (Holanda, antigua Germania inferior).
Las dependencias militares y administrativas se repartían a lo largo de todo el perímetro. Y al fondo se encontraba el Aedes, el templo, donde cada legión depositaba las ense?as que la distinguían, generalmente animales, y las banderas de las centurias. A este complejo se accedería desde la actual Calle Ancha o quizás un poco más hacia el norte.
La epigrafía, tégulas con inscripciones de la Legio VII y un corte estratigráfico que desvela el tramo de opus signinum que coincidiría con la parte sobreelevada del templo, así como la ubicación, en el entronque de la Vía Principalis con el eje norte-sur que conformaban la Vía Decumana y la Vía Praetoria, apenas dejan lugar a dudas. El suelo de la zona noble del templo estaba compuesto de capas de ladrillo triturado con mortero de cal. El aspecto blanquecino que apareció en el corte realizado en la finca apuntan a la zona sagrada.
El complejo, de unos 7.000 metroscuadrados, estaba situado según la estructura campamental entre las termas (en el entorno de la plaza de Regla) y la zona de barracones del Cid. Restos de los contubernia aparecieron recientemente junto al antiguo restaurante Fornos, ya desaparecido. Las termas de la Catedral formarían parte de ese entramado, en un lugar destacado.
La 'sorpresa final' de la ruta para conocer el León romano
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El Ayuntamiento de León quiere poner en valor el pasado romano de la ciudad. Durante muchos a?os, la Catedral, San Marcos y San Isidoro polarizaron, y de hecho siguen polarizando, la belleza monumental de la capital. Nadie lo ha puesto nunca en duda. Sin embargo, sorprende que León nunca haya mirado para el principio de su historia. Ahora, gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura se está ultimando un estudio sobre los restos romanos de la ciudad para organizar una ruta romana. En ella se incluirían los contubernia de Santa Marina, los 'Principia', las tres criptas —las dos en la calle Cascalerías— y la de la Catedral —que se abrirá en Semana Santa al público—, la parte de la muralla romana y, como 'guinda', la termas de la Catedral, las ya descubiertas y las que se pretende excavar. Para Melquíades Renilla, las termas de la Catedral serían la «sorpresa final» de esa ruta romana. «León tiene un gran potencial romano. Fue uno de los grandes campamentos romanos y eso es importante que lo conozcan nuestros visitantes».
El mayor inconveniente: la financiación para las excavaciones
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El canónigo administrador de la Catedral de León lo adelantó recientemente en las entrevistas COPE-EL MUNDO / LA CRONICA: «Hay muchas cosas que están ocultas en la Catedral. Merecería la pena contar con medios económicos suficientes para sacar a la vista las termas romanas que hay debajo de la Catedral». Como siempre a la hora de hablar de la Catedral de León, el tema económico afecta, y de qué manera, a cualquier proyecto. Logrados los fondos económicos para las vidrieras y actuaciones urgentes por el mal de la piedra, el proyecto de las termas estaría pendiente de buscar fórmulas de financiación. El coste, según algunos expertos consultados, no sería muy alto y, sobre todo, «sería muy importante». «Estamos hablando de algo que presumimos que existe, pero que desconocemos». En el Cabildo esperan que el interés que despiertan todos los temas relacionados con la Catedral sirva para lograr, también en este caso, el dinero necesario para solucionar, quizá, el último enigma oculto, al menos bajo el suelo.
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