4 de abril de 2006

Ibiza - Baleares

Las excavadoras destruyen un extenso yacimiento arqueológico junto al hipódromo de Sant Jordi
 
 
Ex arqueólogos de MAB aseguran que eran estructuras «únicas en Eivissa» y contradicen el informe del Consell, que sigue restándole importancia. Denuncian que «no había sido terminado de excavar»

Sant Jordi | Joan Lluís Ferrer
Las máquinas excavadoras de MAB destruyeron ayer por la tarde, justo antes de que la Plataforma y arqueólogos fueran a mostrarlo a la prensa, un amplio yacimiento arqueológico que se extiende sobre varios miles de metros cuadrados y formado por estructuras de edificios, cubetas para la posible salazón de pescado, cisternas púnicas de agua, sistemas de calefacción subterránea romanos, abundante cerámica púnica -sobre todo, ánforas- y otros vestigios que entre ayer y hoy quedarán totalmente arrasados. La destrucción del yacimiento había sido autorizada por el Consell Insular y por su jefe de Arqueología, Joan Ramon, autor de un informe que asumía íntegramente las tesis de la constructora de la autovía del aeropuerto.
El yacimiento de Can Pere Arabí abarcaba al menos 2.000 metros cuadrados, y coincide con el trazado de la variante de Sant Jordi de la autovía del aeropuerto. Según ex arqueólogos de MAB que fueron despedidos por esta constructora hace un a?o y medio, los restos hallados «no estaban nada mal conservados. Estaban tan bien como el yacimiento de sa Caleta o el de Cala d´Hort», indicó José María Garí. Este arqueólogo recordó que un yacimiento hallado hace a?os junto a la desembocadura del río de Santa Eul?ria, en Can Fita, «era peor que este y fue conservado debajo del edificio».
Este experto no albergó ninguna duda de que este yacimiento «merecía conservarse, porque es una factoría industrial y dentro de su tipo era único en Eivissa». Entre los restos encontrados figuraban «unas cubetas, como piscinitas, que ya no podrán ser analizadas porque se han destruido», a?adió. Mientras hacía estas declaraciones, los obreros iban amontonando grandes cantidades de ánforas fragmentadas cerca de las excavadoras.
Entretanto, miembros de la Plataforma reunidos allí anunciaban que las máquinas acababan de dejar al descubierto un nuevo muro, correspondiente a otro edificio. «Ahora está más claro aún que era una industria importante», dijo entonces Garí, quien recalcó que el yacimiento se destruye «cuando aún no se había terminado de excavar». Además, se declaró perplejo por el contenido del informe del arqueólogo del Consell, Joan Ramon, que sirvió de base para autorizar la destrucción del yacimiento.
Entre los vestigios arrasados figura un caldarium o hipocausto romano del siglo I dC, consistente en un conjunto de seis losas que servían para calentar un suelo situado encima de ellas. De este elemento no se conserva actualmente ninguno en Eivissa, según Garí.
Joan Ramon «huye de su obligación, que es defender el Patrimonio, no una obra pública. Debería obviar el resto y defender el Patrimonio», reiteró.
Por su parte, el jefe del servicio de Arqueología del Consell se ratificó en su informe de la semana pasada y dijo que «el yacimiento no es excepcional». Consideró como lo más probable que «se trate de una villa romana, y de éstas existen muchas en Eivissa».
Ramon indicó que tanto él como otros arqueólogos de la isla han investigado «exhaustivamente» la zona durante meses y que él personalmente la ha vistado «unas quince veces». «No somos infalibles», admitió el jefe de Arqueología del Consell, pero reiteró su convicción de que otros yacimientos, como el de sa Caleta, son más importantes que el de Sant Jordi.
En cuanto al motivo por el cual fueron conservados restos mucho más modestos y menos importantes hallados en Can Fita, junto al río de Santa Eul?ria, aseguró desconocerlo, «porque aquello fue cosa del Govern balear».

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