La factoría romana de salazones descubierta en la capital gaditana en 1995 abre al público el miércoles
La consejera de Cultura, Rosa Torres, inauguró hoy la recuperación como recinto arqueológico del yacimiento de la factoría de salazones de Cádiz descubierta hace diez a?os y que desde el próximo miércoles se podrá visitar de manera gratuita y en la que la Junta ha invertido un total de 185.344 euros.
Con la apertura al público de estas instalaciones concluyen las actuaciones iniciadas en 1995, cuando se localizó en el solar del antiguo Teatro Andalucía de la capital gaditana las huellas constructivas de una industria pesquera y conservera romana, que resultaron ser los restos de una factoría destinada al proceso de limpieza, troceado y salado del pescado para la fabricación de salazones y salsas.
Este complejo industrial tiene su origen en el siglo I a.C., momento de crecimiento y esplendor de la ciudad auspiciado por los Balbo, y mantuvo su actividad hasta principios del siglo IV a.C.
El proyecto de consolidación y acondicionamiento de accesos al yacimiento arqueológico promovido por la Consejería de Cultura se inició en 2003 --redactado por el arquitecto Francisco Reina-- y se sitúa dentro del Conjunto Histórico de la ciudad de Cádiz, siendo declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1998.
Torres se?aló a los periodistas que con este proyecto la Junta "recupera" para Cádiz un lugar "emblemático" del Gadir romano y "una de esas peque?as joyas que componen las se?as de identidad de la ciudad", a?adiendo que la intervención arqueológica ha permitido "no sólo asomarnos al corazón físico de la ciudad del siglo I a.C., sino también, y lo que es más importante, conocer cuáles eran los modos de vida de la época y las relaciones sociales y económicas".
Así, la consejera mostró su "satisfacción" por hacer "posible" que el uso industrial que la factoría tuvo en el pasado "continúe hoy, en el siglo XXI, generando riqueza a través de otra forma de industria como es el turismo" y aseguró que la Junta "seguirá invirtiendo en el riquísimo patrimonio gaditano" para garantizar su "adecuada" conservación y "puesta en valor para usos culturales y turísticos".
UN AREA EXCAVADA DE 330 METROS CUADRADOS
El área excavada del yacimiento ocupa una extensión de 330 metros cuadrados, de manera que la factoría estaba distribuida de manera clásica, con piletas alineadas alrededor de un patio cuadrado que debió tener un pórtico enlosado. El desnivel existente desde las piletas hacia el centro del patio posibilitaba la recuperación de las aguas de lluvia y las depositaba a través de las canalizaciones en las cisternas ubicadas bajo el suelo del patio central.
Las piletas, algunas de las cuales se pueden observar en el yacimiento, se ubicaban a ras de suelo del patio para facilitar su relleno y asegurar también una mayor resistencia al empuje de las masas de pescado y sal. Asimismo, los ángulos interiores de las piletas funcionaban con cordones hidráulicos que facilitaban su relleno y evitaban posibles fisuras.
En una de las paredes de las cisternas, ubicadas bajo el patio de la factoría y construida en piedra ostionera, se localizó una pintura en la que figura una torre escalonada con 12 cuerpos, con entrada abovedada en el primer piso y que cuenta con escaleras en cuatro de ellos y varios haces de luz en la parte superior. Esta representación aparece reflejada en los textos árabes como uno de los pocos edificios preexistentes del pasado romano y que se identifica como el Faro de Gades.
Con la apertura al público de estas instalaciones concluyen las actuaciones iniciadas en 1995, cuando se localizó en el solar del antiguo Teatro Andalucía de la capital gaditana las huellas constructivas de una industria pesquera y conservera romana, que resultaron ser los restos de una factoría destinada al proceso de limpieza, troceado y salado del pescado para la fabricación de salazones y salsas.
Este complejo industrial tiene su origen en el siglo I a.C., momento de crecimiento y esplendor de la ciudad auspiciado por los Balbo, y mantuvo su actividad hasta principios del siglo IV a.C.
El proyecto de consolidación y acondicionamiento de accesos al yacimiento arqueológico promovido por la Consejería de Cultura se inició en 2003 --redactado por el arquitecto Francisco Reina-- y se sitúa dentro del Conjunto Histórico de la ciudad de Cádiz, siendo declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1998.
Torres se?aló a los periodistas que con este proyecto la Junta "recupera" para Cádiz un lugar "emblemático" del Gadir romano y "una de esas peque?as joyas que componen las se?as de identidad de la ciudad", a?adiendo que la intervención arqueológica ha permitido "no sólo asomarnos al corazón físico de la ciudad del siglo I a.C., sino también, y lo que es más importante, conocer cuáles eran los modos de vida de la época y las relaciones sociales y económicas".
Así, la consejera mostró su "satisfacción" por hacer "posible" que el uso industrial que la factoría tuvo en el pasado "continúe hoy, en el siglo XXI, generando riqueza a través de otra forma de industria como es el turismo" y aseguró que la Junta "seguirá invirtiendo en el riquísimo patrimonio gaditano" para garantizar su "adecuada" conservación y "puesta en valor para usos culturales y turísticos".
UN AREA EXCAVADA DE 330 METROS CUADRADOS
El área excavada del yacimiento ocupa una extensión de 330 metros cuadrados, de manera que la factoría estaba distribuida de manera clásica, con piletas alineadas alrededor de un patio cuadrado que debió tener un pórtico enlosado. El desnivel existente desde las piletas hacia el centro del patio posibilitaba la recuperación de las aguas de lluvia y las depositaba a través de las canalizaciones en las cisternas ubicadas bajo el suelo del patio central.
Las piletas, algunas de las cuales se pueden observar en el yacimiento, se ubicaban a ras de suelo del patio para facilitar su relleno y asegurar también una mayor resistencia al empuje de las masas de pescado y sal. Asimismo, los ángulos interiores de las piletas funcionaban con cordones hidráulicos que facilitaban su relleno y evitaban posibles fisuras.
En una de las paredes de las cisternas, ubicadas bajo el patio de la factoría y construida en piedra ostionera, se localizó una pintura en la que figura una torre escalonada con 12 cuerpos, con entrada abovedada en el primer piso y que cuenta con escaleras en cuatro de ellos y varios haces de luz en la parte superior. Esta representación aparece reflejada en los textos árabes como uno de los pocos edificios preexistentes del pasado romano y que se identifica como el Faro de Gades.
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