La Carisa: la otra Galia
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Monte Curriechos fue uno de los escenarios bélicos más sobrecogedores y sorprendentes de la antigüedad, símbolo de la resistencia de los ástures contra la invasión romana
RUBÉN ESPINIELLA/GIJÓN
El yacimiento de La Carisa, situado entre los concejos de Aller y Lena, está llamado a figurar entre los más sobresalientes de nuestro mundo antiguo, entre otras cosas, porque sus vestigios han obligado a revisar el conocimiento que tenemos de la historia de Asturias y de su integración en el mundo romano.
Gracias a los trabajos de excavación llevados a cabo en los últimos a?os por los arqueólogos Jorge Camino, Rogelio Estrada y Yolanda Viniegra, brillantemente plasmados en el libro 'La Carisa: ástures y romanos frente a frente', que acaba de editar Cajastur, se sabe que allí tuvo lugar la primera batalla entre las tropas romanas, «enviadas por Octavio Augusto para culminar la conquista de Hispania», y las tribus ástures, «magníficas conocedoras del terreno y compuestas en su mayor parte por infantes ligeros que empleaban procedimientos propios de la guerra de guerrillas». Y, lo que es más importante, que aquellos pobladores indígenas ofrecieron una fuerte resistencia -equiparable a la desplegada en la Galia vecina- en un vano intento por frenar la invasión de la todopoderosa Roma.
De aquella campa?a, conocida como 'Bellum Asturicum' o 'Guerra de los ástures', poco o nada se sabía de su desenlace, ya que hasta entonces se carecía de testimonios que constatasen que la conquista de la actual Asturias por los romanos había tenido lugar por medio de las armas.
El mismísimo Jovellanos llegaría a sugerir una conquista por vía de acuerdos con los ástures trasmontanos, puesto que Roma solía fomentar esas negociaciones con los pueblos indígenas para facilitar la imposición de su dominio. Sin embargo, en los últimos a?os del siglo XX y a raíz de la cascada de hallazgos arqueológicos -primero en Cantabria y luego en Asturias, en concreto, en el teatro bélico de La Carisa-, se ha modificado el conocimiento de esas guerras y se ha concluido que el sometimiento al ejército invasor se produjo tras una serie de batallas, la primera de las cuales tendría lugar en torno al a?o 29 antes de Cristo.
El escenario bélico
A partir de las informaciones arqueológicas obtenidas en los trabajos de excavación llevados a cabo en las campa?as de 2003 y 2004 se ha podido hacer una reconstrucción de los hechos. En ella, el ejército romano tendría como misión alcanzar el mar Cantábrico y asegurar las comunicaciones entre la Meseta y la costa. El asentamiento del pico Curriechos, situado a 1.728 metros de altitud y adonde Roma había enviado 5.000 legionarios para invadir el territorio ástur, podría ser uno de los destacamentos que aseguraría y apoyaría en época estival el tránsito de fuerzas procedentes de las tierras leonesas.
Por su parte, los ástures, precisamente ante la amenaza romana, habrían fortificado los accesos a las tierras trasmontanas en un lugar próximo, conocido como El Homón de Faro, con el propósito de repeler la invasión. Ésta probablemente se produciría una vez dominada la Meseta. Como los pasos estarían fuertemente cubiertos y defendidos, los romanos seguramente mejorarían y utilizarían rutas secundarias -entre ellas, la vía Carisa- para evitar emboscadas, asegurar las comunicaciones por otras vías alternativas y cubrir los flancos de las principales.
Se estima que el desenlace final llegó cuando la barrera ástur fue rebasada en un ataque acometido por los flancos o la retaguardia, en apariencia más vulnerable que la barrera frontal.
Fue, según los expertos, una guerra especializada de monta?a en la que fueron fundamentales los recursos estratégicos.
Los antecedentes
El comandante de artillería Elías García-Tu?ón y Quirós, en un folleto publicado en 1858 con el título 'Memoria sobre las guerras que los romanos hicieron en Asturias', brindaba ya pistas reveladoras acerca de la importancia de los vestigios arqueológicos presentes en La Carisa.
Posteriormente, en concreto el 26 de febrero de 1976, en una conferencia ofrecida en el antiguo Ateneo Oviedo, José Manuel González Fernández-Valles, a quien tanto debe el conocimiento de la romanización en Asturias, incorporaría una nueva vía romana al repertorio de las ya inventariadas en la región: la vía Carisa.
En octubre de 2001, miembros de la Asociación de Amigos de La Carisa darían cuenta de que aquello no era un simple poblado, sino «uno de los asentamientos militares romanos mejor conservados de Europa».
EL YACIMIENTO
En La Carisa tuvo lugar la primera batalla entre romanos y ástures, la 'Bellum Asturicum', hacia el a?o 29 antes de Cristo.
El enclave, situado entre Aller y Lena, a 1.728 de altitud, comprende el campamento romano del monte Curriechos, la fortificación ástur de El Homón de Faro y la vía Carisa, construida para invadir Asturias.
El primero en dar cuenta de la existencia de este yacimiento fue el comandante de artillería Elías Tu?ón y Quirós en 1858.
La vía Carisa fue descubierta en 1970 por José Manuel González Fernández-Valles y dada a conocer por él mismo seis a?os después.
10 de julio de 2005
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