Astorga - León

Pan, circo y, por supuesto, vino

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LEON.— Ayer arrancaron en Astorga las jornadas gastronómicas de la cocina astur-romana, que recuperarán los sabores y platos más típicos de la época con el punto personal y moderno de los restaurantes maragatos.
La presentación de las jornadas, que tuvo lugar en el día de ayer en el edificio de La Ergástula, contó con varios representantes de la Asociación gastronómica y cultural El Borrallo, que son los encargados de la organización de un evento que se está convirtiendo en un clásico de las fiestas astur-romanas. Además, múltiples autoridades políticas de la ciudad y sobre todo muchos astorganos que ya disfrutan de su semana más histórica, y acudieron caracterizados de romanos y astures llenando de colorido y magia la presentación.

Para la ocasión, los restaurantes de El Borrallo prepararon una comida para todos los asistentes, en el que se pudieron degustar algunos de los platos que se podrán disfrutar, hasta el próximo domingo día 31, en varios restaurantes de la ciudad. Los once restauradores que pertenecen a la asociación y que participan en la iniciativa, ofrecerán menús degustación con precios que oscilarán entre los 16 y los 25 euros, según cada local, que además estarán decorados con motivos astur-romanos .

Además de la buena comida, también cobrarán protagonismo los buenos caldos que tendrán una importancia superlativa en todos y cada uno de los menús ofrecidos. Muchos de los vinos que se podrán degustar, han sido elaborados de manera específica para esta semana, a?adiéndoles miel, especias o pétalos de rosa, tal y como se hacía en la antigüedad cuando estos caldos se utilizaban también con fines curativos.

Para destacar el papel que van a jugar los buenos vinos en estas fiestas, Julio Vidal, arqueólogo territorial de la Junta en la provincia de León, participó en la puesta de largo de las jornadas haciendo un interesante recorrido por la historia de un manjar líquido que ha acompa?ado al hombre desde hace siete u ocho mil a?os. Diferentes culturas han convertido esta bebida en uno de los elementos centrales de sus celebraciones, incluso su papel sagrado ligado a los cultos religiosos lo convirtieron en símbolo imprescindible en antiguas ceremonias y también en ritos más modernos.

Cada uno podrá elegir su menú y su modo de tomar los caldos, aunque ahora sólo el menos sabio en la materia verterá agua o gaseosa en un buen vino.