23 de mayo de 2005

San Lorenzo de El Escorial - Madrid

Este fin de semana un contubernio de la romana Legio VIIII Hispana invadió las calles de San Lorenzo de El Escorial mezclandose con soldados napoleonicos con motivo del acto celebrado en relación con el concurso de miniaturas militares León Rampante.

Los miembros de la Legio VIIII Hispana además de informar sobre sus actividades de reconstruccionismo histórico, dieron unas magistrales clases de historia luciendo sus uniformes de campa?a y entrenamiento en una serie de demostraciones sobre el desarrollo de una carga romana, lucha con gladius y entrenamiento de esgrima con rudis.

San Lorenzo de El Escorial es una población madrile?a acostumbrada a que una vez al a?o sus calles se llenen de soldados de diversas epocas, pero esta vez era la primera que veian pasear a legionarios romanos lo cual causó no poca admiración y bastante curiosidad.

Las actividades de la Legio VIIII Hispana están patrocinadas por la Asociación Cultural Provincia Hispania Novae Romae que pretende, con actos como este, dar a conocer al gran publico la historia de la antigua Roma y promocionar la cultura romana en el mundo actual, con especial hincapié en cuanto ata?e a la peninsula Iberica.

Los integrantes de la Legio tratan de revivir el esplendor del ejército romano en todas sus épocas, contribuyendo a propagar el conocimiento de los grandes logros de la cultura clásica latina entre los jóvenes y público en general. Ello posibilita también la realización de acciones de arqueología experimental solos o en vinculación con estamentos universitarios.

Su intención es reconstruir todas las épocas posibles, desde la monarquía hasta el bajo imperio. Por el momento han empezado con la época republicana, época coincidente con las campa?as que acabaron con la completa conquista de Hispania. Por lo tanto el equipo que emplean es el del legionario republicano posterior a la reforma de Mario.

www.nrhispania.org

La Historia de la Legio VIIII Hispana

La primera noticia que tenemos de la Novena es que acompa?ó a Julio César en la invasión de las Galias en el a?o 58 a.C. La menciona en su relato de la batalla contra los Nervios.

Durante la guerra contra Pompeyo luchó en Hispania en la batalla de Ilerda, 49 a.C. Posteriormente la legión fue trasladada a Placentia. En la primavera de 48 a.C. sirvió en Dyrrhachium. Estuvo presente en Pharsalus, 9 de agosto de 48 a.C.

Después de esta batalla los soldados fueron enviados a Italia para recibir su pensión pero en el 46 la legión participó en la campa?a africana de César. Algunos veteranos fueron instalados en Picenum, otro en Histria.
Octavio volvió a alistarla en el a?o 41 para enfrentarse a Sexto Pompeyo en Sicilia, pues su ocupación de la isla ponía en peligro el abastecimiento de grano a Roma. Una vez vencido Pompeyo, la legión fue enviada a los balcanes, donde recibió el sobrenombre de Macedónica.

Con el inicio de la guerra entre Octavio y Marco Antonio, la novena participó en la batalla de Actium y posteriormente fue enviada a la Hispania Tarraconensis, donde participó en las campa?as de Octavio, ya Augusto, contra los cántabros, desde el 25 hasta el 13 a.C.

En esta campa?a luchó junto a la I Germanica, la II Augusta, la IIII Macedonica, la V Alaude, la VI Victrix, la X Gemina, la XX Valeria Victrix y otra que quizás fuese la VIII Augusta.
Parece que la VIIII se distinguió especialmente en la campa?a del a?o 24, momento en el que posiblemente recibió el sobrenombre de Hispana.

Es posible que algunas unidades de la legión fueran enviadas al Rhin el a?o 20 a.C. y participaran en la invasión de Germania por Agripa, al a?o siguiente, pero no está comprobado. Otra posibilidad es que estuvieran en las campa?as de Druso en la orilla derecha del Rhin. No sabemos donde estaban ubicadas concretamente.

La legión fue trasladada a Panonia poco después de la desastrosa derrota del bosque de Teoteburgo en el a?o 9 d.C.donde permaneció hasta el a?o 43 d.C. excepto por una expedición para ayudar a la III Augusta en su lucha contra los guerreros tribales de Tacfarinate en Mauretania (20-24 d.C.)
En el a?o 43 d.C. el emperador Claudio invade Britania con la II Augusta, la IX Hispana, la XIV Gemina y la XX Valeria Victrix. La novena fue estacionada en dos campamentos en Longthorpe y Newton-on-Trent.

Durante la revuelta de Boadicea algunas fuentes dicen que sufrió graves pérdidas, cercanas al 60% de sus efectivos. Pero dado que su comandante Quintus Petilius Cerialis siguió su carrera política normalmente, quizás el desastre no fue tan grave. De todas formas tenemos constancia del envío de refuerzos desde Germania.

En el a?o 65 d.C. la legión fue reagrupada en un campamento en Lincoln, pero seis a?os después fue transferida a York para proteger la frontera norte de Britania, reemplazando a la II Adiutrix.

Cerialis, que había vuelto a Britania después de una importante campa?a en el Rhin contra una rebelión de los Batavos en el a?o 69, tomó de nuevo el mando de la VIIII Hispana y en el a?o 78 luchó contra Venucio, el líder de los Brigantes. Con la ayuda de la XX Valeria Victrix comandada por Gneo Julio Agricola, Venucio fue vencido cerca de Stanwick.

La última actuación de esta legión que podemos fechar con seguridad en Britania es la construcción de una fortaleza en York en el a?o 108.

No está claro lo que sucedió después de esto. Algunos investigadores sostienen que la legión fue destruída por los pictos en el a?o 117 o 118 d.C., lo que llevó al emperador Adriano a construir el famoso muro para proteger el Imperio de los ataques de los bárbaros del norte.

Pero al parecer, la legión o un destacamento de la misma estuvo destinado después del a?o 121 en Noviomago(Nijmegen), en la Germania Inferior. Al mismo tiempo la VI Victrix fue trasladada desde Germania Inferior a Britania, lo que hace pensar que pudo tratarse de un intercambio.

En una inscripción de la época de Marco Aurelio (161-180 d.C.) con la lista de las legiones, la VIIII no aparece, lo que hace pensar que fue destruída o desmovilizada antes de ese momento.

Por lo tanto pudo ser destruída en la revuelta judía de Simon Ben Kosiba 132-136, en Capadocia en 161 o en una revuelta en el Danubio en 162.

En las inscripciones conservadas se utiliza tanto la grafía IX como la VIIII, siendo más utilizada esta última.

Siendo una legión creada por Cesar, su animal totémico pudo ser el toro.

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