1 de marzo de 2005

Palencia

La Olmeda, redescubrir un tesoro
TEXTO: RAÚL GONZÁLEZ FOTOS: ABC/

http://www.abc.es/abc/pg050228/prensa/noticias/CastillaLeon/CastillaLeon/200502/28/NAC-CYL-112.asp

«Noli me tangere». Este latinajo da nombre al ambicioso proyecto de reforma y adecuación de una villa romana hasta ahora poco promocionado y que se convertirá en un auténtico museo, y en la mayoría de casos por falta de información, lo cierto es que joyas como son en lo monumental San Martín de Frómista o en lo natural la Montańa Palentina se encuentran en un segundo plano en cuanto a referencia turística.

En esta lista de injusticias derivadas del poco reconocimiento ocupa un lugar destacado la Villa Romana de La Olmeda. Y es que pocos yacimientos arqueológicos romanos conservan mosaicos de la calidad y cantidad de los que existen en esta gran mansión del Bajo Imperio Romano (siglo IV d.C.), situada en Pedrosa de la Vega, a unos sesenta kilómetros de la capital. Descubierta en 1968 por un agricultor, Javier Cortes Álvarez de Miranda, mientras labraba unas tierras, La Olmeda pasó a manos de la Diputación de Palencia que, en 1984, decidió exhibir al mundo los restos arqueológicos del yacimiento. Veinte ańos después, el número de visitas asciende a un millón.

«Noli me Tangere». Estas tres palabras del latín (algo así como «no me toques») encierran el proceso que tiene que convertir a la Villa Romana en una referencia cultural y turística. Es la denominación que los arquitectos Ignacio García Pedrosa y Ángela García de Paredes eligieron para el proyecto que resultó ganador del concurso de ideas convocado por la Diputación para la reforma y adecuación del yacimiento. La apuesta es fuerte tanto en inversión -6,5 millones- como en plazo de ejecución. Si todo discurre según lo previsto la villa tendrá un aspecto bien distinto a finales de 2007 o principios de 2008. Según el presidente de la institución provincial, Enrique Martín, «es el proyecto cultural más ambicioso de la historia de la Diputación».

Centro museístico

La reforma de La Olmeda propone una transformación profunda tanto del exterior como del interior de la villa para, sin obviar la protección de unos mosaicos ya de por sí bien conservados, convertir al yacimiento en un centro museístico propio del siglo en que nos encontramos. La primera actuación que contempla el proyecto es la demolición de la actual cubierta, tarea que dejará paso a la construcción de un edificio nuevo que albergará en su interior el yacimiento arqueológico. En una tercera fase, el trabajo se centrará en el exterior de la villa mediante la urbanización de los entornos.

«Noli me tangere» contempla la construcción de una cubierta pretendidamente ligera, formada por bóvedas de cańón metálicas y apoyadas en pilares igualmente ligeros y metálicos. Como seńala García de Paredes, «el objetivo es que aparezca como una construcción bastante ligera en la cual se perciba la forma ondulada de la cubierta, una forma que recuerda el perfil de las choperas que salpican el entorno de Pedrosa de la Vega, logrando así la integración en el paisaje». Un segundo elemento nuevo consistirá en un gran talud vegetal de césped que irá arropando el perímetro de la nueva construcción. Por último, el cerramiento de la construcción, compuesto por unas celosías de metal perforado, muy ligeras y que tendrá como objetivo impedir la entrada de polvo.

Unos mosaicos que están perfectamente conservados por la actual cubierta, por lo que no son el objetivo principal del proyecto de adecuación. Sí lo es para los arquitectos encargados del mismo lograr un espacio amplio. Allí se ubicarán los complementos necesarios en un museo actual, desde salas de audiovisuales, exposiciones y conferencias, hasta una cafetería.

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