El poblado de la Oruńa tendrá un centro de interpretación
Ya se cuenta con la mitad del presupuesto para avanzar la excavación
NATALIA HUERTA VERA DE MONCAYO 30/01/2005
La localidad de Vera de Moncayo contará antes de marzo del 2006 con un centro de interpretación del poblado celtíbero de la Oruńa, una vez que se realice un proyecto de intervención previsto por el ayuntamiento. Esa actuación tendrá un presupuesto inicial de 90.000 euros, y el consistorio cuenta ya con una ayuda del Programa Leader Plus a través del grupo Asomo de 48.000 euros, destinado expresamente a esa finalidad.
El plan esta incluido dentro del programa Paisajes de la Celtiberia promovido por la Asociación IberKeltia y en la que también colaboran la Comarca de Tarazona y el Moncayo, la Diputación Provincial de Zaragoza y el Centro de Estudios Turiasonenses. Ese programa nació con la intención de desarrollar a las comarcas de la Espańa interior
El proyecto de intervención pretende, según los historiadores que van a desarrollarlo, investigar el yacimiento para conocer sus fases de ocupación y el porqué de su abandono, analizar el funcionamiento interno del poblado y el desarrollo de su actividad metalúrgica. Paralelamente se plantea llevar a cabo un estudio de poblamiento que aclare su relación con el resto de asentamientos cercanos en el conjunto de Celtiberia.
EN LA CAMARA AGRARIA
Este estudio se completará con la construcción de un centro de interpretación de la Cultura Celtíbera en el Moncayo, que se ubicará en un edificio municipal que antes ocupaba la Cámara Agraria. En la parte trasera, se hará un mirador hacia el monte de la Oruńa, en el que se crearán accesos para las visitas.
Según los historiadores, el yacimiento de la Oruńa es un importante asentamiento de la época celtíbera situado en un pequeńo cerro. Se trata de un extenso poblado cuya cronología se extiende desde el siglo IV aC. al I dC. De hecho, y como apuntan, podrían encontrarse hasta tres poblados de diferentes épocas, construídos uno encima de otro tras ser arrasado el anterior.
Una pequeńa parte del yacimiento ya fue excavada a principios del siglo XX por monjes del Monasterio de Veruela cuando se extrajeron diversos materiales entre los que se encontraban armas de hierro. Esas piezas fueron llevadas por los religiosos a distintos puntos de la comunidad total. Más recientemente, la Escuela Taller del Monasterio de Veruela hizo una nueva excavación donde se vislumbraron viviendas rectangulares de una y dos habitaciones, imagen que ahora es la que se visita.
Para los historiadores encargados del proyecto, "la importancia del yacimiento radica en la calidad en que desarrollaban estas gentes su principal actividad económica: la explotación de las afloraciones de hierro del Moncayo así como la elaboración de armas y herramientas de hierro que ya algunos autores clásicos elogiaban".
De hecho, y como apuntan, el nombre romano del río Queiles, Calibs, es dado por el color blanco que la cal daba a las herramientas del hierro al ser templadas en sus aguas, una muestra de la importancia de estos artesanos en la zona.
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