29 de enero de 2005

Mieres-Asturias (II)

Ujo erigirá un monumento a un militar astur que sirvió al Ejército de Trajano
Gaio Sulpicio Úrsulo, general de los Symmachiarii, alcanzó gran prestigio en la guerra dácica en el siglo II
Ujo (Mieres),
José A. ORDÓŃEZ
El equipo de gobierno de Mieres mostró ayer su total apoyo al proyecto de un grupo de vecinos para erigir en Ujo una estatua en honor de Gaio Sulpicio Úrsulo, un guerrero asturiano que alcanzó gran prestigio en el Ejercito romano en tiempos de Trajano. Su nombre aparece en una lápida funeraria hallada en la localidad, que, en la actualidad, se encuentra en el Museo Arqueológico de Asturias. Según el presidente de la asociación de vecinos, Gabriel Hernando, la iniciativa surge a propuesta de Ricardo Luis Arias y Leovigildo Saiz y quiere poner de manifiesto la importancia de Ujo como emplazamiento romano.
Según Hernando, en los próximos días tendrá lugar una asamblea de los distintos colectivos sociales de Ujo con el objetivo de explicarles el proyecto y solicitar su apoyo para la financiación de una estatua que, en principio, se colocará en el campo de la iglesia. El alcalde de Mieres, Luis María García, comprometió ayer la colaboración del Ayuntamiento con el proyecto a través de la preparación del terreno y la construcción del pedestal.
Ujo tuvo una importancia capital en el proceso de invasión y romanización de la Asturias transmontana. La vía Carisa, ruta de penetración de las legiones, concluía en una localidad en la que está documentada la existencia de un campamento imperial. Además, junto a la lápida de Gaio Sulpicio Úrsulo, se encontraron otras dos piezas similares.
Guardia imperial
Gaio Sulpicio Úrsulo, que, según los historiadores, no sólo residió en Ujo sino que podría haber nacido en la localidad, alcanzó gloria militar como general de los Symmachiarii Asturum en la guerra dácica, al servicio del emperador Trajano (98-117). A lo largo de su larga carrera formó parte de la cohorte pretoriana, la guardia imperial, y de la Legio IV Augusta, que estuvo destinada en África. Su hijo, ya romanizado, dedicó una lápida votiva a Ninmedo Seddiago, el dios astur que adoraba su padre.
Los Symmachiarii eran tropas irregulares integradas por elementos no romanos que pelaban con sus propias armas y tácticas bajo el mando de un oficial del imperio. Tras la conquista romana, numerosos astures integraron estas unidades de caballería montando los conocidos ponis asturcones.

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