23 de septiembre de 2009

Mérida - Badajoz

Las obras de la carretera de Proserpina hallan enterramientos y una villa romana


Los trabajos de seguimiento del Consorcio de la Ciudad Monumental descubren cinco puntos de interés arqueológico


Las obras de la carretera de Proserpina aportan más información sobre la hasta ahora desconocida ocupación del entorno del embalse romano. Los trabajos que está llevando a cabo la Confederación Hidrográfica del Guadiana, con el seguimiento arqueológico del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, han descubierto varios restos de enterramientos y de lo que parece una villa rural, en ambos casos de origen romano.
Según indica Gilberto Sánchez, coordinador de Arqueología del Consorcio, se ha identificado cinco puntos en los que será necesario acometer una excavación más profunda: tres en el tramo desde la carretera de Montijo a la rotonda del Ancla (que corresponde a la ampliación de la calzada que acomete Gévora Construcciones) y dos en la nueva variante de la presa (que forma parte del contrato adjudicado a Carija y Magenta). La investigación se encuentra en una fase inicial.
Los vestigios más destacados se encuentran en el último tramo de la carretera a su llegada a la urbanización de Proserpina, entre el denominado 'alto de la cruz' y la primera entrada a la zona de chalés.
Villa rural
Entre los restos que han despertado más interés resalta lo que en principio se identifica como una villa rural, a pocos metros de la entrada a la urbanización. Los trabajos previos de desbroce del terreno han sacado a la luz el arranque de una pared de un importante grosor, por lo que se considera un muro de carga o el cerramiento de un edificio.
A partir de esta estructura, en dirección a la carretera se aprecian cuatro estancias colocadas en batería, lo que da a entender que la construcción tendría continuidad bajo la calzada actual. También se han encontrado restos de derrumbe, lo que para Gilberto Sánchez muestra un buen estado de conservación, y hay indicios del arranque de otras habitaciones.
Apenas se cuenta con material suficiente, pero sí se conserva restos de una decoración estucada con pintura azul y roja, lo que permite estimar que se trata de una edificación de época alto-imperial, del siglo III o IV de nuestra era.
Varios enterramientos
Unos metros más arriba, cerca del 'alto de la cruz', ha aparecido un área de enterramientos a ambos lados de la carretera. Los primeros trabajos llevan a una datación entre el siglo IV y V. No tendrían nada que ver con el yacimiento anterior, pero demuestran una ocupación continuada en esta zona rural de la antigua Emerita Augusta. «Se trata de un área importante, pero se debe concretar», apunta Sánchez.
Por el momento, las labores de excavación han permitido identificar dos tumbas y un canal que podría estar relacionado con un edificio, bien una villa rural o bien una construcción de origen religioso. En esta zona el desbroce se ha interrumpido para poder seguir adelante con la investigación. En todo caso, los trabajos sólo se llevan a cabo en el trazado de la nueva calzada y no pueden adentrarse en las fincas colindantes.
En cuanto a los descubrimientos en la construcción de la nueva variante, corresponden a un tramo de la conducción romana de agua desde Proserpina a Emerita Augusta y a un edificio de carácter agropecuario.
Datos desconocidos
Estos descubrimientos demuestran la ocupación de esta zona rural de la antigua colonia romana, un dato que hasta ahora se desconocía, pero que ya se preveía por parte de los especialistas. «Estos restos nos van a permitir ampliar la carta arqueológica de Extremadura en el tramo desde la ciudad hasta Proserpina», resalta el coordinador de Arqueología del Consorcio.
Gévora Construcciones acomete las obras de refuerzo y ampliación de la carretera de Proserpina, con una duración estimada de ocho meses y una inversión de 1,6 millones de euros; mientras que Carija y Magenta trabajan en la rehabilitación del entorno de la presa (lo que incluye la variante), con 3,2 millones de euros de presupuesto y nueve meses de plazo.
En este último caso, la arqueología también jugará un papel importante, ya que está previsto que el Consorcio adecue tres catas-museo (dos de 9 por 3 metros y una más grande de 30 por 5 metros) en el espaldón de la presa que permitirán mostrar a los visitantes el sistema constructivo del embalse.

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