4 de diciembre de 2007

Guipuzkoa

El paso de los romanos por Gipuzkoa

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2007/12/03/vecinos/donostia-auzoak/d03don26.830069.php

Los romanos sí estuvieron en Gipuzkoa. Es lo que revelan los últimos hallazgos de las excavaciones que se han llevado a cabo. Los relatos de los conquistadores describen a los habitantes que encontraron. Perfilan un territorio con su propia forma de vivir

lA explotación de los recursos mineros, el suministro de soldados para sus ejércitos, el cobro de tasas y las rutas de comunicación marítimas y terrestres hicieron de Gipuzkoa un territorio atractivo para los romanos. La aplicación del patrón urbano romano supone cambios en la arquitectura, en la ordenación del conjunto edificado, en las actividades económicas y en la mentalidad de los guipuzcoanos de hace más de 2.000 años.

Julio César pacificó las Galias con un saldo de más de un millón de muertos. Sobradamente conocidos son los métodos de conquista violentos de los romanos. "No admitían ningún tipo de oposición ni resistencia", explica Mertxe Urteaga, directora del museo Oiasso de Irun. Conspiraciones, asesinatos políticos y brutalidad eran para los romanos medios habituales para acceder al poder.

Pero como consecuencia del hábito de dejar por escrito las crónicas de sus luchas y cruzadas, existe un legado de información que reflejan las costumbres y modos de vida de los guipuzcoanos de la época. "Nos introdujeron en la historia y escribieron nuestra forma de vida desde su punto de vista", destaca Urteaga.

POCO CIVILIZADOS

Cerveza, bellotas y festines

Los romanos se encontraron en lo que actualmente forma parte del territorio guipuzcoano con un pueblo de costumbres poco civilizadas, de sencillos modos de vida.

La forma de ser de los guipuzcoanos se la achacaban a la hostilidad del clima y a lo apartado del territorio. Narran en sus relatos que la mayor parte del año se alimentaban de bellotas, que apenas consumían vino y que bebían cerveza. Los guipuzcoanos, según cuentan los romanos, vestían atuendos simples, en sus festines comían en grupos, usaban embarcaciones rudimentarias -muestra de una navegación incipiente- y sus cultos eran primitivos.

Sin embargo, citan una vía de comunicación que venía desde Tarragona y llegaba hasta los últimos pueblos vascones de la costa: a Irun. Más adelante - a mediados del siglo I-, las fuentes de la época hablan ya de la existencia de ciudades fortificadas. El trazado de la actual N-I se traza sobre una ruta histórica, y muy cerca de la misma marcan su territorio los vascones.

TRES TRIBUS
Diferentes formas de vida

Los romanos, cuando se referían a los habitantes de las tierras que hoy conforman Gipuzkoa, hablaban de los vascones, várdulos y caristios. Según explica el arqueólogo Xabier Peñalver en El hábitat en la vertiente atlántica de Euskal Herria en la época prerrománica, existían dos realidades culturales distintas y contemporáneas.

Una se expresa a través de círculos de piedras de carácter funerario: los crómlech. El área de los crómlech se interrumpe bruscamente en el valle de Leitzaran. Se desarrolló entre este punto y las estribaciones de los Pirineos, cerca de Andorrra. "Parece que la muga del territorio de los vascones estaba cerca de Leitzaran", explica Urteaga. Se piensa que reflejan la existencia de los vascones, ya que la muga de Leitzaran no está lejos del límite occidental de esta tribu, si se tienen en cuenta las menciones de la época romana.

Los poblados fortificados bordeaban la franja en la que se han encontrado crómlech, tanto en Gipuzkoa como en Lapurdi, Behe Nafarroa o Zuberoa. En Gipuzkoa se situaban en Intxur, en Albiztur; Buruntza, en Andoain; Basagain, en Villabona; Muñoandi en Azkoitia-Azpeitia; Murugain en Aretxabaleta-Arrasate-Aramaio, ...

Gipuzkoa, además, era un punto de contacto entre los confines de varios ámbitos culturales: Aquitania, el valle del Ebro, el mundo pirenaico y el Cantábrico.

El Bidasoa marcaba el límite con los pueblos de Aquitania. Entre este río y el Leitzaran se extendían los crómlech que se prolongan hacia los Pirineos, coincidiendo con el dominio vascón. Limitando con ellos se encontraban las poblaciones fortificadas a las que se les suponen conexiones meridionales con el mundo celtibérico.

Por el Oeste, el Deba separaba a los várdulos de los caristios, que se extendían hasta el Nervión. Ambos pueblos prolongaban sus dominios hacia el Sur, alcanzando la cuenca del Ebro.

HALLAZGOS

Irun, Mutriku, Zarautz, Tolosa, Donostia, Leintz-Gatzaga...

Los romanos también crearon ciudades o polis en territorio guipuzcoano; según avancen las investigaciones arqueológicas, será probablemente mayor las información que haga referencia a ellas y se podrá dar fe de más asentamientos.

Uno de los grandes hallazgos es el emplazamiento de Oiasso, en Irun, una gran ciudad que suponía la única salida al mar de la tribu de los vascones.

La polis de Tritium Tuboricum, hipotéticamente bañada por el río Deba, la interpretan relacionada con el término de Mutriku por su similitud fonética.

La excavación de la colina de Arbiun, una pequeña elevación que domina la ensenada de Zarautz, ha puesto de manifiesto la existencia de una ocupación humana ligada a la industria del hierro que se desarrolló en el siglo IV y que se relacionaría con los hallazgos de época anterior de Getaria.

Además, se han encontrado objetos romanos en Urbia (en la sierra de Aizkorri). Los investigadores también han reconocido depósitos romanos en Leintz-Gatzaga, asociados al manantial de agua salada.

En ciertos cascos urbanos también han encontrado objetos romanos, como en Eskoriatza, Donostia o Tolosa. Los hallazgos se encuentran formando parte de depósitos pertenecientes a fases modernas de la ocupación de la población.

MAYOR CLARIDAD

En busca de más datos

La hipótesis de que los romanos no conquistaron Gipuzkoa cae con las excavaciones y los hallazgos que éstos aportan. Cada vez hay más datos y la historia se va escribiendo mientras los expertos remueven la tierra para mirar e interpretar los rastros que dejó el pasado.

"Hace 20 años sólo conocíamos cuatro cosas y ahora tenemos una gran plataforma para seguir investigando. En doce años podemos tener alguna explicación para el misterio del euskera, por ejemplo", vaticina Urteaga.

La directora del museo Oiasso de Irun es positiva y apuesta claramente por continuar con las investigaciones y excavaciones. Pero también es crítica, dice que hay que trabajar mucho para trasladar los últimos datos a la sociedad: "Todavía hay profesores que dicen que los romanos no estuvieron en Gipuzkoa". Para saber más siempre se puede acudir al museo Oiasso de Irun.

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