Descubren en Villena las termas de una villa romana del siglo I
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Los restos arqueológicos se hallan en un estado de conservación «óptimo»
L os trabajos arqueológicos que se vienen realizando desde el verano por encargo del Ayuntamiento de Villena han permitido sacar a la luz los restos de unas termas romanas del siglo I después de Cristo. El yacimiento se encuentra en un estado de conservación «óptimo» y los expertos creen que estos baños formaban parte de una villa romana de grandes proporciones, propiedad de una familia adinerada de la época Alto Imperial. También han aparecido fragmentos de cerámica.
Hasta el momento se ha excavado una superficie aproximada de cien metros cuadrados en una zona que, décadas atrás, ya fue objeto de prospecciones por parte del prestigioso arqueólogo villenense José María Soler.
La ubicación del yacimiento no va a ser revelada públicamente hasta que el Ayuntamiento disponga en la zona de suficientes medidas de seguridad para evitar daños o expolios.
La alcaldesa de Villena Celia Lledó y el concejal de Cultura Francisco Abellán ya han visitado las termas y se han entrevistado con los responsables de las excavaciones. Cabe recordar que éstos trabajos se iniciaron a instancias del actual equipo de gobierno popular siguiendo las indicaciones que dio en su día José María Soler. La alcaldesa ha destacado la relevancia del hallazgo «por su enorme valor histórico y su buen estado de conservación».
Las termas romanas eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También se les consideraba lugares de reunión y a ellos acudían las clases sociales que no podían permitirse tenerlos en su casa, como los plebeyos y los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para disfrute de la población más humilde. Aunque los restos termales romanos más antiguos de los que hay constancia se encuentran en la ciudad italiana de Pompeya y datan del siglo II antes de Cristo, su uso se generalizó a partir del siglo I cuando se concibió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente. Desde entonces la utilización de este tipo de baños, tanto privados como públicos, se difundió desde Italia a toda Europa y, en este sentido, España fue un lugar preferente.
Los restos arqueológicos se hallan en un estado de conservación «óptimo»
L os trabajos arqueológicos que se vienen realizando desde el verano por encargo del Ayuntamiento de Villena han permitido sacar a la luz los restos de unas termas romanas del siglo I después de Cristo. El yacimiento se encuentra en un estado de conservación «óptimo» y los expertos creen que estos baños formaban parte de una villa romana de grandes proporciones, propiedad de una familia adinerada de la época Alto Imperial. También han aparecido fragmentos de cerámica.
Hasta el momento se ha excavado una superficie aproximada de cien metros cuadrados en una zona que, décadas atrás, ya fue objeto de prospecciones por parte del prestigioso arqueólogo villenense José María Soler.
La ubicación del yacimiento no va a ser revelada públicamente hasta que el Ayuntamiento disponga en la zona de suficientes medidas de seguridad para evitar daños o expolios.
La alcaldesa de Villena Celia Lledó y el concejal de Cultura Francisco Abellán ya han visitado las termas y se han entrevistado con los responsables de las excavaciones. Cabe recordar que éstos trabajos se iniciaron a instancias del actual equipo de gobierno popular siguiendo las indicaciones que dio en su día José María Soler. La alcaldesa ha destacado la relevancia del hallazgo «por su enorme valor histórico y su buen estado de conservación».
Las termas romanas eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También se les consideraba lugares de reunión y a ellos acudían las clases sociales que no podían permitirse tenerlos en su casa, como los plebeyos y los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para disfrute de la población más humilde. Aunque los restos termales romanos más antiguos de los que hay constancia se encuentran en la ciudad italiana de Pompeya y datan del siglo II antes de Cristo, su uso se generalizó a partir del siglo I cuando se concibió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente. Desde entonces la utilización de este tipo de baños, tanto privados como públicos, se difundió desde Italia a toda Europa y, en este sentido, España fue un lugar preferente.
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