León

Defensa continúa despreciando los tesoros mineros romanos del Teleno

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Hace un año se revelaron como los mayores restos arqueológicos del mundo de la minería romana y la mayor parte estaban incluidos en el campo de tiro. El Ministerio se comprometió a realizar estudios arqueológicos y medioambientales para garantizar su conservación, pero hasta ahora no ha hecho públicas sus conclusiones ni ha llamado siquiera al autor de los descubrimientos. El callado trabajo arqueológico de a pie del ingeniero leonés Roberto Matías Rodríguez sobre el campo de tiro militar del Teleno se convirtió hace justo un año, en octubre de 2006, en un obús contra la supervivencia misma del recinto de prácticas militares al dar a conocer en el transcurso del III Congreso de Obras Públicas Romanas la presencia en el Teleno del mayor conjunto a nivel mundial de minería del imperio.
Un año hace de la campanada que reabrió el debate, con mayor fuerza de la que nunca tuvo, respecto a la lógica de seguir disparando con fuego real munición militar sobre un recinto que acoge al menos 75 evidencias vitales de extracciones mineras romanas, a lo largo de una extensión de 38 kilómetros, en el triángulo formado por las localidades de Corporales, Castrocontrigo y Molinaferrera, la mayor parte de los cuales se enmarcan sin duda alguna dentro del recinto militar, y algunos en zonas empleadas desde hace años como lugar de caída de la munición.

Pero lo que fue desde el principio un profundo debate, lo que dio alas a las esperanzas de los contrarios al polémico campo de tiro, lo mismo que hizo temer a sus defensores por el mantenimiento del recinto de prácticas militares, un año después duerme el sueño de los justos.

El Ministerio de Defensa encargó de inmediato, y así lo anunció, un informe arqueológico supuestamente pormenorizado que estaría acompañado de otro, más avanzado, de carácter medioambiental, para conocer el real impacto de la actividad militar en el Teleno y sus ricos valores.

Del segundo ya se dio a conocer, poco tiempo después, la conclusión de que lejos de que las prácticas de tiro afectaran al valor ambiental de la sierra, las restricciones de acceso que impone el campo de tiro o la falta de especulación convertía el área en excelentemente conservada. Fue en concreto un polémico informe del director de la Ciudad de las Ciencias de Valencia, Manuel Toharia, el que incidía en este aspecto. Las conclusiones fueron aireadas ampliamente.

Muy al contrario ha pasado con el informe arqueológico. El Ministerio de Defensa no ha informado públicamente a este periódico, pese a su insistencia, sobre quién elabora el estudio de los restos romanos o de castros del Teleno, con qué estudios cuenta como referencia, ni tampoco ha concluido resultados definitivos, al menos que haya aireado públicamente. Únicamente el ministro de Defensa, el leonés José Antonio Alonso, ha realizado declaraciones verbales sobre «las primeras conclusiones» del supuesto informe nunca visto, en las cuales incide en que los restos que se pueden considerar más valiosos ni corren riesgo alguno ni han sufrido jamás daños por proyectiles.

Alonso declaró en abril que «no se han detectado evidencias de destrucción provocadas por la actividad del Ejército», entre otras cosas porque «la mayoría de los vestigios de minería están fuera de la zona de tiro o bien en zona de tiro prohibido o de maniobras». Desde entonces, ni una palabra ni mucho menos un documento más que corrobore estas conclusiones.

En todo este año sí hay una cosa que permite sospechar del proceso. Y es que Roberto Matías no ha recibido ni una simple llamada de teléfono del Ministerio de Defensa ni de nadie que trabaje contratado por aquél para siquiera echar un vistazo a su profundo estudio, aquel que descubrió lo que nadie conocía hasta entonces, el incalculable valor arqueológico de época romana de los restos mineros.

«No ha habido nada de nada, la Junta sí se dio prisa en pedirme todo el trabajo y los informes pero desde Defensa nadie ha contactado conmigo en todo este tipo», certificaba a este periódico el propio experto. «Anuncié públicamente que estaba abierto a colaborar de cualquier manera, como quien conoce esto sobre el terreno, a acompañarles si era necesario, pero veo que se trata de una cuestión de enfoque y lo que para mí es una cosa ellos lo tienen por un simple montón de piedras».

Matías no ha desfallecido en su intento por desentrañar el enorme valor patrimonial del Teleno, coincida o no con el campo de tiro, y de hecho ha vuelto un verano más a adentrarse en la zona de caída de proyectiles y avanzar en su investigación por debajo de los 1.400 metros de altitud, ya que fue sobre esta cota donde halló sus sorprendentes novedades, justo donde nadie se había adentrado hasta entonces.

El ingeniero y experto en obras hidráulicas de época romana, de las cuales hay según él auténticas joyas en el Teleno (por ejemplo un acueducto de 330 metros de longitud), se considera «defraudado» por los partidos políticos, a los que censura su «pacto de silencio» en este asunto. «Curiosamente, se han visto muchos trabajadores de Tragsa (empresa de obras públicas) por los pueblos de la zona, realizando mejoras en los pueblos, y por su parte respeto que no alcen mucho la voz, porque tienen que pensar en sacar el máximo partido» a cambio de los destrozos y molestias del campo de maniobras, pero ataca a las instituciones, y sobre todo no entiende cómo Defensa puede hablar de estar profundizando en el estudio arqueológico sin hablar con el único que lo tiene.

En febrero, este periódico reclamó a Defensa todo tipo de información sobre el informe arqueológico del Teleno cuya elaboración había sido aireada en repetidas ocasiones pero a día de hoy, y pese a recientes insistencias, nada conoce de esta documentación, ni autoría, ni metodología ni mucho menos conclusión alguna.

El Teleno en Wikipedia