12 de mayo de 2006

Toledo

Los consejeros de Vega Baja reafirman su confianza en la integración tras pisar el terreno
 
Juan Manuel Rojas y Eduardo Aragones informaron al grupo sobre la dinámica del control arqueológico y sobre la modificación «puntual» a desarrollar en el trazado del colector
Como si de una ruta turística se tratara, los miembros del Consejo de Administración de la Empresa Municipal Vega Baja (EMVB) realizaron una visita guiada -por el arqueólogo Juan Manuel Rojas- por los acotados terrenos de Vega Baja que, por las obras del colector y los trabajos de excavación, presentan en las últimas semanas una importante actividad ayer incrementada por el grupo de políticos y técnicos allí congregados.

José Manuel Molina, Eduardo Aragoneses, gerente de la EMVB, y el arqueólogo encargado del estudio y control del entorno de los viales encabezaron una comitiva que recorrió la zona a urbanizar y que fue informada del acuerdo de mantener ‘in situ’ los restos arqueológicos siguiendo las indicaciones de los expertos. Por ello, y debido a la aparición de una estructura romana en el vial por que discurre el colector, se acordó realizar una modificación «puntual» en el trazado que supone más una peque?a desviación de un cambio en la trayectoria prevista. Los consejeros también fueron puestos al día de las observaciones y consultas emitidas por los adjudicatarios de las parcelas a la gerencia.

La visita -denominada como «privada» por el gerente de la empresa- ha servido para contemplar sobre el terreno la importancia de los restos hallados que, para los socialistas, reafirman su teoría de que son perfectamente encajables los vestigios más relevantes con los proyectos de urbanización planificados. Por ello, y con la garantía de un control arqueológico exhaustivo -exigido por la Dirección General de Patrimonio- los consejeros atendieron con atención las explicaciones de Rojas para concluir que desde el punto de vista arqueológico son pocas las zonas que se pueden conservar.

Esta afirmación denota la imposibilidad de vuelta atrás en un proyecto urbanizador cuyo primer paso importante fue la autorización de la primera obra civil -la del colector- por parte de Patrimonio.

Así, y tras analizar la importancia real de los hallazgos documentados en Vega Baja, las reflexiones insisten en afirmar que los restos son de gran valor histórico, lo que no implica que también lo sean en el aspecto arqueológico. Es decir, la zona agrupa trazas de asentamientos y estructuras civiles y religiosas que son importantes para conocer los usos y costumbres de la civilización visigoda pero que no poseen el valor monumental suficiente como para conservarlos impidiendo la construcción.

La estrategia a seguir, que ya quedó clara en la intervención del director general de Patrimonio, Enrique Lorente -al confirmar el «imparable proceso de urbanización» en Vega Baja-, apunta a la inexistencia de vestigios de relevancia como para concluir que Vega Baja deje de ser un proyecto urbanizador, por lo que se van a poder construir viviendas si los restos lo permiten, y eso será en el 90 por ciento de los casos, según se?alaron algunos de los miembros del Consejo.

Sobre las sorpresas anunciadas por Lorente, referidas a la aparición de piezas que serán depositadas en el Museo de Santa Cruz, los técnicos aseguraron que la datación, documentación y conservación de las mismas son de vital importancia histórica.

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