Hallan restos de un edificio de época romana en un solar de la Plaça Verdaguer
El inmueble se construyó entre los siglos I y II d.C., en el núcleo de la trama urbana de Tarraco
Carles Gosálbez | cgosalbez@diaridetarragona.com
Las excavaciones arqueológicas que se llevan a término en un solar situado en la confluencia de la Plaça Verdaguer con la calle August han puesto al descubierto restos de época romana de gran importancia por su potencia y ubicación. Hace tres semanas se hallaron enterrados de tres a cinco esqueletos humanos, cuya datación no ha trascendido.
Las diversas estructuras que han aparecido podrían pertenecer a diversas épocas. En algunos sectores del solar hay obra superpuesta, que indica la evolución del edificio en períodos cronológicos no coincidentes.
Una fuente extraoficial consultada por el Diari informó que los muros -algunos de más de dos metros de altura- podrían corresponder a dos edificios superpuestos o ser resultado de la evolución del inmueble original a lo largo del tiempo.
El último edificio que se construyó en el solar donde han aparecido los restos arqueológicos de época romana data del siglo XIX. En la casa, demolida el pasado verano, nació en 1893 el historiador y genealogista Josep Gramunt i Subiela, como recordaba una placa que en su día fue colocada en la fachada por el Ayuntamiento.
Buen estado de conservación
Una valla levantada en el perfil del solar impide desde la calle observar los restos del edificio romano que han aparecido más de dos metros por debajo del nivel de la Plaça Verdaguer. Los muros presentan un excelente estado de conservación y hacia la zona central se intuye la presencia de una canalización.
La conservación o destrucción del yacimiento arqueológico está ahora en manos de la Comissió Territorial del Patrimoni Cultural de la Generalitat, que deberá elevar un informe.
El Departament de Cultura ha obligado en más de una ocasión a preservar los restos en el interior de edificios de nueva planta, como ha sucedido en inmuebles localizados entre las calles Jaume I y Francesc Bastos.
Con independencia del futuro que espera a los restos, su localización permitirá documentar de forma fiel cómo era la trama urbana de la ciudad romana en el siglo I. En este período Tarraco experimentó un crecimiento espectacular.
El edificio se localiza a menos de doscientos metros de distancia del trazado de la Via Augusta y de las gradería del Circo, que se construyeron en el espacio que actualmente ocupa la Rambla Vella.
?Termas públicas?
La edificación de un inmueble de nueva planta en la calle Sant Agustí, en sustitución de un bloque localizado cuatro casas más arriba de la que vio nacer a Josep Gramunt i Subiela, sacó a la luz peque?os fragmentos de pavimento de época romana.
Las obras se llevaron a cabo a mediados de la década de los noventa. Una de las hipótesis que se barajaron que podría tratarse del pavimento de unas termas públicas. También apareció un tramo de cloaca. La cronología de las estructuras era muy amplia: entre el período augustéo y el siglo III, según informó una fuente arqueológica.
Los restos se encontraban por debajo del actual nivel de la calle, como sucede con los aparecidos en la confluencia de August con Verdaguer.
Carles Gosálbez | cgosalbez@diaridetarragona.com
Las excavaciones arqueológicas que se llevan a término en un solar situado en la confluencia de la Plaça Verdaguer con la calle August han puesto al descubierto restos de época romana de gran importancia por su potencia y ubicación. Hace tres semanas se hallaron enterrados de tres a cinco esqueletos humanos, cuya datación no ha trascendido.
Las diversas estructuras que han aparecido podrían pertenecer a diversas épocas. En algunos sectores del solar hay obra superpuesta, que indica la evolución del edificio en períodos cronológicos no coincidentes.
Una fuente extraoficial consultada por el Diari informó que los muros -algunos de más de dos metros de altura- podrían corresponder a dos edificios superpuestos o ser resultado de la evolución del inmueble original a lo largo del tiempo.
El último edificio que se construyó en el solar donde han aparecido los restos arqueológicos de época romana data del siglo XIX. En la casa, demolida el pasado verano, nació en 1893 el historiador y genealogista Josep Gramunt i Subiela, como recordaba una placa que en su día fue colocada en la fachada por el Ayuntamiento.
Buen estado de conservación
Una valla levantada en el perfil del solar impide desde la calle observar los restos del edificio romano que han aparecido más de dos metros por debajo del nivel de la Plaça Verdaguer. Los muros presentan un excelente estado de conservación y hacia la zona central se intuye la presencia de una canalización.
La conservación o destrucción del yacimiento arqueológico está ahora en manos de la Comissió Territorial del Patrimoni Cultural de la Generalitat, que deberá elevar un informe.
El Departament de Cultura ha obligado en más de una ocasión a preservar los restos en el interior de edificios de nueva planta, como ha sucedido en inmuebles localizados entre las calles Jaume I y Francesc Bastos.
Con independencia del futuro que espera a los restos, su localización permitirá documentar de forma fiel cómo era la trama urbana de la ciudad romana en el siglo I. En este período Tarraco experimentó un crecimiento espectacular.
El edificio se localiza a menos de doscientos metros de distancia del trazado de la Via Augusta y de las gradería del Circo, que se construyeron en el espacio que actualmente ocupa la Rambla Vella.
?Termas públicas?
La edificación de un inmueble de nueva planta en la calle Sant Agustí, en sustitución de un bloque localizado cuatro casas más arriba de la que vio nacer a Josep Gramunt i Subiela, sacó a la luz peque?os fragmentos de pavimento de época romana.
Las obras se llevaron a cabo a mediados de la década de los noventa. Una de las hipótesis que se barajaron que podría tratarse del pavimento de unas termas públicas. También apareció un tramo de cloaca. La cronología de las estructuras era muy amplia: entre el período augustéo y el siglo III, según informó una fuente arqueológica.
Los restos se encontraban por debajo del actual nivel de la calle, como sucede con los aparecidos en la confluencia de August con Verdaguer.
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