16 de febrero de 2006

Toledo

Los arqueólogos solicitarán cuatro meses más para seguir excavando
 

El equipo dirigido por Rojas considera que la investigación debe completarse llegando a niveles más profundos en los sondeos
LT
Todo está en el aire y los implicados en Vega Baja comienzan a impacientarse tanto por el posible incumplimiento de los plazos ?pactados? como por la verdadera importancia de los restos arqueológicos hallados en el lugar. Ya han sido dos las reuniones mantenidas entre los expertos -Lauro Olmo y Ángel Fuentes- y los técnicos de la Consejería de Cultura y las conclusiones oficiales siguen sin llegar a pesar de que el jueves pasado este comité visitó el terreno y contempló en directo el estado de las excavaciones.

La necesidad de profundizar en los sondeos actualmente ejecutados propiciará la petición, por parte de los propios arqueólogos, de una prórroga de cuatro meses para continuar trabajando en las zonas de los viales y, sobre todo, en los puntos ya confirmados como esenciales. En este sentido el detalle se extremaría en el entorno de los restos de la torre, de la antigua vivienda romana, del hipocausto y de las trazas de la villa aparecida en una zona que estaba destinada a zona verde.

Los últimos análisis efectuados en lo que parecía un torreón disociado de otra construcción -localizado en un vial cercano al futuro Hipercor- parecen inclinar ahora la teoría a considerar que más que de una torre como tal puede ser un elemento de acceso a un complejo palatino, circunstancia de peso que justifica una amplia y concienzuda excavación en su zona de influencia, entorno en el que se ha encontrado un peque?o conjunto de al menos cinco tumbas protegidas por una bóveda confeccionada con tejas.

Por ello, y ante los nuevos hallazgos que asemejan el lugar a la ciudad visigoda de Recópolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara), es aconsejable que la profundidad de la prospección llegue a alcanzar los cinco metros con el fin de verificar la verdadera importancia de los vestigios descubiertos.

Así, y dando la razón a los especialistas que ya alertaron de la superficialidad de los sondeos, todo parece indicar que los trabajos arqueológicos van a continuar en los viales y en las parcelas a las que se ha autorizado la entrada de los equipos, ya que existen otras en las todavía no se ha entrado. Esta situación, junto a la falta de una concreta unidad de acción de todos los grupos allí localizados, requeriría de una mayor control tanto en la metodología como en la puesta en común de los retos hallados. Y es que no hay que olvidar que los viales están siendo estudiados por un equipo y las parcelas por otros.



Lo que queda. Aunque ahora todas las miradas se fijen en los terrenos de Vega Baja, los expertos tratarán de evitar futuros problemas en las zonas de La Peraleda y San Bernardo, puntos planificados por el Plan de Ordenación Municipal (POM) y que constituyen un espacio digno de investigación arqueológica. Y lo son porque es posible que allí estuviesen localizados los monasterios visigodos, edificios que albergaron los Concilios de la ciudad y cuya aparición sería el mayor de los éxitos.

Hay que destacar que el aprovechamiento residencial de la Peraleda establece 2.662 viviendas colectivas, siendo destinado San Bernardo a campos de golf, hotel y la posibilidad de viviendas unifamiliares.

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