Lugo

La muralla de Lugo necesita un «lifting» en su zona romana

Comenzaron los trabajos de consolidación de un cubo situado junto a la puerta Mi?á, la más antigua del monumento Patrimonio de la Humanidad.

 

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Los arqueólogos y especialistas en la muralla de Lugo siempre destacan que el monumento está en continua transformación o, por lo menos, que necesita de una conservación permanente para que su estructura permanezca consolidada y además pueda mantener el título de Patrimonio de la Humanidad que le concedió la Unesco hace cinco a?os.

Desde que a inicios del siglo IV finalizó la construcción de la Muralla, ésta sigue expuesta a numerosos riesgos. Los peligros del 2006 no son las invasiones guerreras, los edificios anexos o las ansias de expansión urbanística. La Muralla sufre con las filtraciones de agua que entran por su adarve, con el nacimiento de malas hierbas (se llegaron a catalogar 70 especies diferentes de plantas), con el tráfico de vehículos, con el aumento de los turistas y hasta con los terremotos.

Fisura en un cubo

La Consellería de Cultura, que junto con el ministerio aporta los fondos del plan director de conservación de la Muralla, anunció ayer las obras de consolidación de un cubo ubicado junto a la puerta Mi?á, el acceso de origen romano que se conserva con menos modificaciones. Una fisura en la estructura del cubo presentaba un riesgo para la estabilidad del monumento.

La empresa Resconsa se encarga de la reparación y mejora de esta parte. Las obras están dirigidas por el arquitecto del plan director, Ignacio López de Rego (que lleva más de 20 a?os restaurando el monumento), y por el arqueólogo Enrique Alcorta.

Por la ma?ana se desarrollaron los sondeos para localizar los niveles del suelo romano. Una vez que se hallaron parcialmente estos niveles, durante la tarde prosiguieron las catas arqueológicas. Alcorta se?aló que todavía es prematuro saber hasta qué punto está da?ado el cubo y el motivo por el que se produjo la fisura. «Estamos limpiando la parte superior de la Muralla para ver cómo está y a partir de ahí veremos hasta dónde debemos desmontar el cubo».

El arqueólogo recuerda que los rellenos de tierra que se realizaron en los últimos siglos en el adarve y en las escaleras originales del monumento provocan que ahora «se empape todo de agua y empuje hacia afuera». Por este motivo, se eliminarán los rellenos modernos, causantes de la inestabilidad, y se hará la consolidación del cubo.

Los trabajos en la zona romana y junto al antiguo burgo medieval ya tienen su historia.

Informe de 1781

En 1781 un informe de dos maestros de obras apuntaba que sólo en el tramo entre las puertas Mi?á y Nova había 15 grietas, la mayor parte grandes y peligrosas. Su reparación necesitaba de 5.600 reales. En el siglo XIX se derribó el cuerpo de guardia de la puerta Mi?á, incluida su escalera de acceso, y en 1870 se pensó sustituir la puerta actual por otra. La mala situación económica municipal no lo permitió. Eran otros tiempos.