http://www.ideal.es/jaen/pg051202/prensa/noticias/Local_Jaen/200512/02/JAE-LOC-149.html
La arqueóloga Antonia González sacó ayer varios esqueletos de un solar en el número uno de la calle Nú?ez de Balboa, cerca del Pilar del Arrabalejo. «Romanos, sin duda», asegura. Estaban en una «tumba en tégula», un enterramiento hecho con tejas típico de la época romana, aunque en el yacimiento hay también varios cuerpos en un nivel superior con otros sistemas de dar tierra a los difuntos posteriores en el tiempo. Pero la arqueóloga no tiene duda de que esa es una necrópolis romana.
La literatura especializada ya apuntaba a que en esa zona de la ciudad estaba el cementerio donde los habitantes del Jaén de los romanos enterraban a sus difuntos. Sólo que, indica la arqueóloga directora de la excavación, no se había precisado el lugar exacto. La certeza de que en la zona hay restos arqueológicos bajo los bloques de pisos hizo a la administración andaluza dar al barrio el nivel de protección B, que obliga a excavar antes de hacer una obra nueva. En el número uno de Nú?ez de Balboa se siguió este procedimiento y han salido tumbas y huesos.
La muralla romana y la árabe posterior estaban a pocos metros. «Es lo lógico. Las necrópolis siempre se situaban extramuros», dice la especialista. Las características de los restos encontrados también encajan con lo que se podía esperar.
Sin embargo, unos enormes sillares perfectamente cortados encontrados junto a las tumbas siguen siendo la incógnita principal de la excavación. Por su tama?o, debían de ser parte de una construcción de gran tama?o. Pero la literatura arqueológica no habla de ningún gran edificio en esa zona.
La literatura especializada ya apuntaba a que en esa zona de la ciudad estaba el cementerio donde los habitantes del Jaén de los romanos enterraban a sus difuntos. Sólo que, indica la arqueóloga directora de la excavación, no se había precisado el lugar exacto. La certeza de que en la zona hay restos arqueológicos bajo los bloques de pisos hizo a la administración andaluza dar al barrio el nivel de protección B, que obliga a excavar antes de hacer una obra nueva. En el número uno de Nú?ez de Balboa se siguió este procedimiento y han salido tumbas y huesos.
La muralla romana y la árabe posterior estaban a pocos metros. «Es lo lógico. Las necrópolis siempre se situaban extramuros», dice la especialista. Las características de los restos encontrados también encajan con lo que se podía esperar.
Sin embargo, unos enormes sillares perfectamente cortados encontrados junto a las tumbas siguen siendo la incógnita principal de la excavación. Por su tama?o, debían de ser parte de una construcción de gran tama?o. Pero la literatura arqueológica no habla de ningún gran edificio en esa zona.
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