Mara - Zaragoza

EL PUEBLO REVIVIRA MA?ANA DOMINGO UNA VICTORIA DE LOS SEGEDANOS FRENTE A ROMA

Mara ultima La Vulcanalia

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"En Segeda buscamos las gentes y los modos de vida de los celtíberos, qué comían, quiénes podían acceder al mineral, cómo eran sus casas..." El arqueólogo Francisco Burillo, que excava Segeda en el término de Mara desde 1997, destacaba ayer la importancia que tiene para la historiografía cualquier hallazgo en este yacimiento, que es la gran urbe celtíbera abandonada en el a?o 153 antes de Cristo, la única, que aflora a primera vista, sin asentamientos posteriores superpuestos. Las excavaciones van revelando formas de industria vinícola o metalúrgica prerromanas de interés internacional.

"Numancia no da pistas porque tiene tres ciudades superpuestas, como Tiermas o Uxama y los estratos excavados son fundamentalmente romanos. Segeda es la única en que la nueva ciudad no se construyó encima, sino al lado, como ocurrió en Belchite en el siglo XX".

Francisco Burillo presentó ayer en Zaragoza, acompa?ado del alcalde de Mara, Roberto Ibarra, y del diputado Juan Antonio Sánchez Quero, un folleto ilustrado con el título Segeda: La ciudad celtibérica que cambió el calendario del que es autor el propio Burillo. También se presentó la IV edición de la fiesta denominada La Vulcanalia, que tendrá lugar ma?ana domingo en Mara, en la comarca de Calatayud.

La victoria de los celtíberos sobre los romanos, que atacaron para evitar que Segeda se ampliara y se construyera una muralla es la base de esta fiesta que se inicia a las 11.00 horas en la plaza Mayor y discurre en diversas actividades durante todo el día.

Habrá talleres, puestos dedicados a reproducciones históricas, así como grupos especializados en la difusión del patrimonio histórico y arqueológico. A las 12.30 la Fundación Segeda hará entrega a los ni?os nacidos en Mara durante el presente a?o de una inscripción conmemorativa del nataliciop. A las 13.30 en la plaza de Mara se celebrará el IV Concurso de gastronomía de Tradición Celtibérica abierto a todos los que quieran participar.

El centro de la fiesta es la representación histórica en la que intervienen 50 personas, que recrea las negociaciones prebélicas en el a?o 153 antes de Cristo, el abandono de la ciudad por los celtíberos y la escaramuza entre segedenses y romanos en las cercanías de Numancia. Por la tarde se celebrarán juegos celtíberos-romanos con presencia de reproducciones de armamento utilizado en la época por ambos bandos.

Como explica Francisco Burillo en el folleto presentado ayer, "vestirse para interpretar el pasado no es disfrazarse de celtíbero o romano, es vestirse". Desde la primera Vulcanalia se han establecido talleres para confeccionar vestidos y adornos y el grupo Arqueódromo ha fabricado el armamento.

En este a?o se ha abierto a otros grupos esta actividad al celebrarse en Mara el primer concurso internacional Fundación Segeda de recreación histórica antigua. Esta fundación se constituyó en el 2004 con el patrocinio de la Diputación de Zaragoza. Este a?o cuenta con una dotación de 60.000 euros, en tanto que la DGA cubre un apartado importante de la excavación con 36.000 euros, que completa el Inaem con otros 30.000 euros.

Asimismo, la DPZ ha aportado hasta el momento 90.000 euros para comprar fincas a propietarios particulares, evitando la vía de expropiaciones. Se han adquirido 90.000 metros cuadrados. Por convenios europeos, han llegado a Mara 70.000 euros para excavaciones.

"No declaró Roma la guerra por haber construido la muralla, sino porque era una gran ciudad".Burillo se?aló que hay que remontarse al siglo IV antes de Cristo para ver en el surgimiento de ciudades el nacimiento de una nueva forma política de vivir. Segeda fue, antes del surgimiento de Bílbilis, la primera ciudad estado de la zona de Calatayud.

Estaba situada en el centro del camino que vertebraba un amplio territorio. Bílbilis, más tarde, llevaría el camino junto al Jalón. Segeda tendría 3.500 habitantes y dominaba un amplio territorio. La ciudad tenía, antes de su ampliación frustrada por Roma, 7,5 hectáreas (el gran Sagunto no llegaba a las diez).