3 de marzo de 2005

Cordoba

La esperanza de vida de los habitantes de la Córdoba romana apenas rozaba los 40 ańos, según revela un estudio

http://cordoba.abc.es/cordoba/pg050303/prensa/noticias/Cordoba/Cultura/200503/03/COR-COR-016.asp

Los habitantes de la Córdoba romana -Corduba- apenas si superaban el umbral de los 40 ańos y el índice de mortalidad infantil era muy elevado. Estos datos aparecen en un estudio del catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba Desiderio Vaquerizo que ha analizado el abundante material epigráfico hallado en las zonas funerarias de la ciudad vigentes entre los siglos I y V.

El estudio detalla que eran más longevos los hombres, cuya esperanza de vida media ronda los 40 ańos, si bien existen apuntes epigráficos que aportan datos sobre habitantes de sexo masculino que vivieron por encima de los cien ańos. Es el caso del «magister grammaticus» -maestro de escuela- Domitius Isquilinus Graecus que alcanzó los 101 ańos en pleno siglo II, o Valerius Fortunatus, un artesano de la piedra, cuya inscripción funeraria refleja que vivió hasta los 98 ańos.

Si la mayoría de los hombres frisaban la cuarentena, las mujeres apenas si superan los treinta ańos. El estudio de Desiderio Vaquerizo detalla que buena parte de las mujeres que habitaron la Córdoba romana perecían en edad fértil. Los problemas vinculados al embarazo o los propios partos provocaron la muerte a un buen número de mujeres con una edad comprendida entre los 15 y los 30 ańos. Los ciclos de mortandad, que regoge el estudio del catedrático de la Universidad de Córdoba, reflejan un importante crecimiento de fallecimientos femeninos en este período, circunstancia que sería extensible a otras zonas de la Península Ibérica entre los siglos I y V. El informe refleja que la mujer más longeva de este período fue Alethia, que llegó a cumplir 80 ańos, y Publica Martia, con 71 ańos.

La singularidad de una ciudad populosa como Corduba tiene reflejo en este estudio sobre la esperanza de vida de sus habitantes, toda vez que existen numerosos hombres que fallecen en el tramo de edad comprendido entre los 20 y 30 ańos que, sin duda, rebaja considerablemente el período de vida medio de este segmento de la población. El motivo de esta mortandad entre los jóvenes hombres de la Córdoba romana se debe a la abundante presencia de epigrafía de gladiadores que acudían al anfiteatro de la ciudad. Pese a que estos nombres eran personas admiradas que se cuidaban para dar espectáculo sobre la arena y se formaban en un «ludus» -una suerte de escuela que sólo existía en Corduba y Roma-, muchos fallecían tras los combates -no era lo habitual, puesto que eran profesionales del entretenimiento, sólo se ajusticiaban en el anfiteatro los condenados por delitos de sangre-.

Un dato de sumo interés que aporta el estudio de Desiderio Vaquerizo es la importante mortalidad infantil que se registra en la Córdoba romana. En concreto, el análisis revela que hasta un 20 por ciento de los bebés fallecían por diversas causas y circunstancias. Así, existen bebés que nacían muertos o perecían en el propio parto. La desnutrición y las infecciones son otros motivos que provocan el elevado índice de mortandad de nińos.

El análisis sobre la esperanza de vida en Corduba se sustenta en el exhaustivo estudio de cerca de trescientas inscripciones funerarias recopiladas en el Corpus Inscriptionum Latinarum, desde la llegada del poder de Roma a la ciudad y hasta el siglo V. Además de datos vinculados a la edad de los fallecidos, Desiderio Vaquerizo extrae datos curiosos entre los que figura la importante presencia de gladiadores muertos, la longevidad del matrimonio compuesto por la mujer Fabia Helpis -70 ańos- y su esposo Lucius Vibius Polyanthus -90 ańos- y que en aquel tiempo ya existieran dos habitantes que superaron el siglo de vida.

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