1 de diciembre de 2004

VIAJAR: CANTABRIA

Desde la cuna del río Ebro

A ambos lados de la carretera que conduce al corazón natural de Cantabria se arremolinan los bosques de hayedos, casi ya olvidados del otońo y dispuestos, una vez más, para un invierno frío a hasta el extremo. Zigzagueantes caminos de asfalto, perturbadores rayas que peinan con cierto descaro la naturaleza, vaivenes...
... que llevan a uno de los rincones de Espańa donde aún es posible mecer la ternura al ritmo que marca el sonique cautivador de la naturaleza. Y es ese el camino el que lleva, sin dejarse tentar por los desvíos que conducen a la costa, al nacimiento del río Ebro, a la pequeńa localidad de Fontibre. La aldea es un bello entramado de casitas de piedra, tejados de roja teja y ventanas remachadas en madera, que se apilan como si quisiesen abrazarse para mejor así pasar el invierno. Todas buscan la caricia del llanto infantil del Ebro nińo. De ahí que las balconadas teńidas de verde, azul... busquen cualquier escusa para mirar, aunque sea de refilón, esas primeras aguas. Fontibre se encuentra enmarcada dentro del término municipal de Campoo de Suso, a unos seis kilómetros de la ciudad de Reinosa y a otros tantos de una de las estaciones de esquí más populares de Cantabria, la del Alto Campoo. Quizá, si no fuera por el nacimiento del Ebro, Fontibre se escaparía de la ruta de los viajeros que buscan rincones donde descansar. Incluso, si no fuera por el río, seguramente Fontibre no tendría una de las casas rurales con más encanto de estas lindes (la Posada Rural Fontibre), ni una de las casas de comidas más sorprendentes (Restaurante Fontibre) y, por supuesto, no existiría una pequeńa ruta que recorre las lindes del nacimiento del Ebro. Un agradable paseo entre árboles frondosos, en el que los patos que juguetean revoltosos entre las aguas, y que se tropieza al comienzo con una reproducción de la Virgen del Pilar, acompańada de los escudos de todas las comunidades bańadas por el río. Impresionante es ver que al lado de la pequeńa escultura, que viene a ser el recordatorio de que el río bańa la ladera donde se erige la Basíliaca del Pilar en Zaragoza, hay un pequeńo altar en el que, muchos de los caminantes y excursionistas, abandonan sus peticiones, ofrecendas y cintas con oraciones para la Virgen. Desde Fontibre dirección a Palencia (pero sin abandonar las lindes cántabras), el camino deja atrás el castillo de Argüeso, una construcción de los siglos XII y XIV, en el que se sabe que habitó la madre del marqués de Santillana; y, camino de Santander, se descubre el impresionante embalse del Ebro, en la localidad de Arroyo. Las carreteras que serpentean las montańas cántabras entran y salen, con cierto capricho, de la provincia, como jugueteando con sus lindes geográficas. Así, desde Fontibre se llega a Reinosa, a Matamorosa, a Barruelo de Santullán (Palencia), a Mataporquera, más abajo a Aguilar de Campoó (Palencia), a Salces, a La Mińa, a Argüeso, a Villacantid y a Paracuelles. Cada punto son descubridoras rutas por las entrańas más rurales de Cantabria. Sin embargo, hay dos paradas en el camino imprescindibles cuando uno se aventura a perderse, aunque sea un fin de semana, por el corazón terruńo del norte de Espańa. Dos lugares de esos a los que ir por su curiosidad, por su historia, por su belleza: Cervatos y Retortillo. ROMÁNICO SEXUAL. Es en la localidad de Cervatos, situada a unos siete kilómetros al sur de la ciudad de Reinosa, donde se encuentra una de las maravillas arquitectónicas de Cantabria. Para llegar al pueblo tiene que seguir la carretera nacional 61, dirección a Palencia, una desviación, que viene seńalizada a la derecha, conduce directamente al pequeńo rincón natural de Cervatos. Un pequeńo pueblito de construcción muy parecida a las tradicionales aldeas cántabras, de callecita empedradas que ascienden con vértigo hacia la cumbre, de muros de piedra que cubren las lindes de cada hogar, de prados en los pacen con cierta parsimonia las vacas... Y justo en lo alto, como inclinando su historia hacia el abismo, se encuentra una de las joyas de estas tierras, la colegiata de San Pedro de Cervatos. El edificio fue declarado Monumento Nacional en el ańo 1895 y desde entonces, este monasterio que parece ser que fue fundado en el 999, es una de las muestras del romántico norteńo que más visitas recibe. Durante el verano, siempre encontrará alguna guía que le explicará cada detalle (y son muchos) de la colegiata. En invierno, pregunte a cualquier vecino por la llave de la iglesia para poder verla por dentro y la posibilidad de que una guía les acompańe. En cualquier época del ańo pida que se la enseńen, es una delicia la explicación de la guía del pueblo. La primera maravilla de la Colegiata de San Pedro es su colección de canecillos, donde se pueden observar múltiples figuras de animales y representaciones humanas con fuertes connotaciones sexuales. Escenas provocativas que se repiten en las bóvedas, los capiteles y en el frontón. Algo bastante normal dentro del románico, pero bastante sorprendente en estas tierras cántabras. Se sabe que antes de ser colegiata, el edificio era un monasterio, fundado por el Conde Sancho de Castilla. Hoy, la muestra se encuentra en perfectas condiciones y llena de leyendas. No deje de observar la puerta que lleva tímpano y dintel decorados con relieves vegetales y hojas entrelazadas. En las enjutas hay relieves incrustados con temas bíblicos: Daniel entre los leones, Adán y Eva, San Miguel Arcángel, la figura de un obispo, etc. El interior ha sido muy modificado en las bóvedas de la nave, que fueron fabricadas muy posteriormente a la edificación románica. Lo puro de este estilo está en el arco triunfal y en el ábside. De Cervatos, se retoma la carretera, que comienza a pincelar las laderas de las montańas que ya forman parte del término municipal de Campoo de Enmedio. En este trocito de Cantabria se encuentra la pequeńa localidad de Retortillo. En lo alto de un promontorio, vigilante de uno de los laterales del gran embalse del Duero y del valle extenso y de un verde inmaculado que rodea la localidad, se encuentra entre Reinosa y Arroyo. HUELLAS ROMANAS. Retortillo no es más que una pequeńa localidad, cuyas casas también se amontonan unas con otras, dejando tan sólo que el aire invernal que sopla a esas alturas se entretenga con un laberinto de callecitas que suben y suben, y alguna vez bajan por la ladera. Quizá lo más espectacular del pueblo se encuentra justo a la entrada. En el mismo momento que llegas a Retortillo, se asoma otra de las joyas arquitectónicas cántabras, la Iglesia de Santa María. Fue construida en el siglo XI y lo que hoy aún se conserva son varias piezas decorativas del cercano románico palentino. Ya en el exterior se ve un tímpano muy laborioso y un campanario al que se accede por una vertiginosa escalera de piedra. Desde lo alto de estas escaleras, se tienen las mejores vistas del valle y de las ruinas romanas que descansan a los pies de la Iglesia. Parece ser que esta zona de Cantabria fue uno de los principales enclaves romanos del norte de Espańa. Buena prueba de ello son estas ruinas de Retortillo. Fueron descubiertas en el ańo1768. Parece ser que en total había unas treinta construcciones, que formaban parte de una antigua ciudad romana. Sin embargo, hoy sólo se puede ver, percibir, una una hectárea. La han bautizado como Ciudad romana de Julióbriga, y están perfectamente explicadas a través de paneles aclarativos. En ellos se seńalan cada parte del poblado, las zonas de pastoreo y los rincones más lúdicos de la antigua civilización. Destacan los restos arqueológicos de las casas de patio central de tipo mediterráneo y las viviendas de bloque con corrales adosados, de tradición indígena. La ciudad cuenta, además, con un centro público, un pequeńo foro, lugar de culto y sede de las instituciones del gobierno local, y un hábitat concentrado. Esta conjunción de elementos, que era tan normal en las antiguas construcciones de ciudades hispanorromanas, es absolutamente desconocida en la arqueología romana de Cantabria y es lo que hace de Julióbriga un caso fuera de lo normal. Después de la visita, que es gratuita y al aire libre, vuelva de nuevo a la Iglesia. Justo al lado, donde se encuentra el aparcamiento, y al lado de éste tiene el mejor mirador al embalse del Ebro. El embalse, que fue construido en el ańo1913, es hoy el espacio de agua dulce más grande de Espańa. Desde ese especialísimo mirador se descubre un pequeńo puente romano que traza de extremo a extremo el embalse. La Cantabria de interior, de los valles, ríos y embalses de la zona de Campoo, regresa de nuevo al lugar donde surgió esta ruta, a Fontibre. A los paseos entre hayedos, a los amaneceres bajo una tenue luz invernal y a las noches melosas envueltos en la lumbre tendenciosa de una chimenea.

BITACORA

COMO LLEGAR Desde Madrid, por la N-1 hasta llegar a Burgos. Luego encontrará una desviación para ir a Santander. Tome la carretera que indica a Aguilar de Campoo. Esta le conducirá directamente a Reinosa. Desde Reinosa hasta fontibre hay unos seis kilómetros. Tiene que entrar en el pueblo y pronto encontrará un desvío hacia el pueblo.
DONDE DORMIR Posada Rural Fontibre (El Molino 23. 39212. Fontibre. Tfno: 942 77 96 55 / 639 32 00 40). Es un preciosa casona montańesa del ańo 1870, que acaba de ser rehabilitada y acondicionada como posada rural. Las habitaciones son acogedoras y todas tienen vistas al nacimientos del río Ebro. El precio por la habitación doble ronda los 53 euros (precio equivale a la temporada baja).
DONDE COMER Aunque la Posada Fontibre no tiene restaurante, cuando se lo piden con tiempo, prepara unos huevos de corral maravillosos. Restaurante Fontibre (Tfno: 942 77 95 41). Es uno de los mejores de la zona. Un lugar donde se puede degustar la cocina tradicional cántabra, con la incorporación de algunos platos de nueva cocina, pero siempre con productos de la zona. Además, su sala tiene unas hermosas vistas al nacimiento del río Ebro.
INFORMACION Puede encontrar información sobre todas las zonas de Cantabria, incluida la de Campoo, en Internet: www.turismo.cantabria.org Oficina de Turismo de Reinosa (Tfno: 942 755215). Información sobre la Estación invernal de Alto Campoo (Tfno: 942 77 92 22).

Geografía: Fontibre se encuentra dentro del término municipal de Campoo de Suso, en la comarca de Campoo, entre Reinosa y la estación de esquí de Alto Campoo. A unos 7 kilómetros al sur de Reinosa, siguiendo la N-611, dirección a Palencia, se encuentra Cervatos. Desde la propia Reinosa y desviándose al sureste, en lo alto de promotorio se encuentra la histórica localidad de Retortillo.

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