Tarazona, balneario de emperadores
El último número de la revista "Caesaraugusta" sostiene que Turiaso fueconocida en todo el Imperio Romano por las propiedades de sus aguas. Hastael gran Augusto acudió allí para sanar una herida de guerra.
NORA BERMEJO. Tarazona
Tarazona, en época romana, fue un enclave importante, tanto que incluso el gran emperador Augusto recurrió a las aguasdel municipio para sanar unas heridas provocadas en sus batallas contra loscántabros. Así lo asegura el último número de la revista "Caesaraugusta",una publicación especializada con más de 50 ańos de existencia que dedicapor completo su último número a las aguas sagradas del entonces llamado "municipium Turiaso". La tesis fundamental que defiende la obra -prácticamente un libro, con sus420 páginas- es que Augusto, tras luchar contra los cántabros, estuvo apunto de morir. El emperador se curó en Tarazona gracias a las frías aguasdel río Queiles y a la ninfa Silbis. "Desde entonces, Turiaso se convirtióen un espacio impresionante dedicado al agua, con templos, áreas paracambiarse, piscinas y sitios donde se hacían las ofrendas", afirmó durantela presentación de la obra Javier Bona, director del Centro de EstudiosTuriasonenses (CET).
También Tiberio
En el resto de la revista se analiza la importancia de Turiaso en épocaantigua, destacando las monedas, las decoraciones, la relación condiferentes emperadores -sobre todo con Augusto y con Tiberio- y loscontactos con .Tarraco y Caesaragusta, las capitales de las que dependía la ciudad. "Pareceque Turiaso, durante los tres primeros siglos después de Cristo, seconvirtió en un lugar de encuentro, de culto y de cura parecido a lo que enla actualidad puede ser Lourdes", comentó Bona.El CET ha trabajado estrechamente con los autores de la revista,proporcionándoles información, fotografías y datos del descubrimiento quehubo en el ańo 1980. Este monográfico, elaborado por la Institución deFernando el Católico de la DPZ, está acabado desde hace meses, pero sudirector, Miguel Beltrán, quiso realizar la presentación en Tarazona. "Estelibro confirma, 25 ańos después de los descubrimientos en el colegio JoaquínCosta y de numerosas investigaciones, que Tarazona en la época romana fue unlugar muy importante en Hispania que estuvo relacionado con Augusto, el másgrande de los emperadores", explicó entusiasmado Bona.
La cabeza de Augusto
Lo cierto es que cuesta imaginarse el pasado romano de Tarazona como unaciudad desarrollada en torno a los poderes curativos de sus aguas. Sinembargo, ese hallazgo de 1980 así lo atestigua. Un lunes cualquiera, unjoven Bona y otros compańeros amantes de la arqueología descubrieron restosromanos en unas excavaciones que se estaban realizando en el colegio JoaquínCosta.El más importante de todos fue la cabeza de Augusto. "Uno de los arqueólogosla encontró, no dijo nada, se la metió al bolsillo y fue al hotel Brujas deBécquer a limpiarla. Al darse cuenta de la importancia que tenía, se locontó a un compańero de excavación y la llevaron a Zaragoza", recordó el quefue uno de los protagonistas de aquella experiencia."Pudimos salvar algunos restos, pero otros, desgraciadamente, estánsepultados en la escombrera bajo toneladas de deshechos", lamentó Bona.Afortunadamente, las pistas que han quedado con el paso del tiempo iluminanel gran pasado de Tarazona y permiten adivinar que el municipium Turiaso fueun enclave importante en la historia romana de la Península.
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