Hallan restos romanos, visigodos y árabes bajo el Alcazar de Toledo
Las excavaciones hechas para el futuro Museo del Ejército sacan a la luz vestigios «espectaculares»
Cisternas romanas para abastecimiento de agua, sillares visigodos, una muralla árabe y un 'jardín colgante' del siglo IX considerado precursor de las soluciones ecológicas de la arquitectura actual son algunos de los restos aparecidos en el Alcázar de Toledo con motivo de las obras para ubicar en esta antigua fortaleza el nuevo Museo del Ejército o de Historia Militar de Espa?a. Atrás quedan ocho a?os de investigación y de excavaciones minuciosas en las que se han removido 30.000 metros cúbicos de tierra. El director de los trabajos arqueológicos, Juan Zozaya, asegura que estas excavaciones han sido «de las más complejas de las realizadas hasta ahora en Espa?a». Todo lo descubierto se integrará en el futuro museo y podrá ser visitado por el público cuando abra sus puertas a finales de 2007 o principios de 2008.
Cuando los ministerios de Defensa y Cultura decidieron trasladar el Museo del Ejército desde Madrid a Toledo sus previsiones indicaban que hacia 2004 podría abrir sus puertas. Sin embargo, la importancia y variedad de los restos arqueológicos que fueron apareciendo en la fachada norte del Alcázar donde se situará la entrada, han ido retrasando la fecha. «Se ha tenido que hacer una auténtica obra de ingeniería porque, a medida que aparecían restos, había que modificar el proyecto arquitectónico y mover los pilares que sujetan la plataforma de entrada. Además, hay que tener en cuenta que esta plataforma deberá soportar desfiles de carros de combate», se?ala Juan Zozaya, experto en arqueología medieval. «De los restos arqueológicos encontrados prácticamente se conservará el 100%, aunque también ha habido que cortar tramos de muralla para hacer rampas para minusválidos», a?ade el arqueólogo, para quien estos hallazgos son «espectaculares».
El 'jardín colgante'
El equipo de investigadores ha encontrado, entre otros elementos, fragmentos cerámicos y restos de un desagüe romano, una dovela y dos sillares decorados de la época visigoda, restos de una muralla musulmana de finales del siglo VIII, numerosas muestras de cerámica árabe vidriada y sin vidriar, y un 'jardín colgante' del a?o 802 que los árabes idearon al convertir la cantera de la que extraían las piedras para el Alcázar en un espacio verde dotado de un eficaz sistema de abastecimiento aprovechando la lluvia.
«Es un ejemplo de precedente ecologista que hoy parece lo más moderno en arquitectura y que ya los árabes utilizaron», subraya Zozaya, quien asegura que «estamos ante el primero documentado de la Península Ibérica y ante un ejemplo de cómo los musulmanes sabían sacarle rendimiento al agua de lluvia. Con muy poca y manteniendo la humedad, garantizaban la supervivencia de los jardines».
Cuando los ministerios de Defensa y Cultura decidieron trasladar el Museo del Ejército desde Madrid a Toledo sus previsiones indicaban que hacia 2004 podría abrir sus puertas. Sin embargo, la importancia y variedad de los restos arqueológicos que fueron apareciendo en la fachada norte del Alcázar donde se situará la entrada, han ido retrasando la fecha. «Se ha tenido que hacer una auténtica obra de ingeniería porque, a medida que aparecían restos, había que modificar el proyecto arquitectónico y mover los pilares que sujetan la plataforma de entrada. Además, hay que tener en cuenta que esta plataforma deberá soportar desfiles de carros de combate», se?ala Juan Zozaya, experto en arqueología medieval. «De los restos arqueológicos encontrados prácticamente se conservará el 100%, aunque también ha habido que cortar tramos de muralla para hacer rampas para minusválidos», a?ade el arqueólogo, para quien estos hallazgos son «espectaculares».
El 'jardín colgante'
El equipo de investigadores ha encontrado, entre otros elementos, fragmentos cerámicos y restos de un desagüe romano, una dovela y dos sillares decorados de la época visigoda, restos de una muralla musulmana de finales del siglo VIII, numerosas muestras de cerámica árabe vidriada y sin vidriar, y un 'jardín colgante' del a?o 802 que los árabes idearon al convertir la cantera de la que extraían las piedras para el Alcázar en un espacio verde dotado de un eficaz sistema de abastecimiento aprovechando la lluvia.
«Es un ejemplo de precedente ecologista que hoy parece lo más moderno en arquitectura y que ya los árabes utilizaron», subraya Zozaya, quien asegura que «estamos ante el primero documentado de la Península Ibérica y ante un ejemplo de cómo los musulmanes sabían sacarle rendimiento al agua de lluvia. Con muy poca y manteniendo la humedad, garantizaban la supervivencia de los jardines».
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