Hallados treinta enterramientos y ajuares en el solar de Acacias
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En las tumbas, fechadas entre el siglo I y el II d.C., han sido localizados ungüentarios, espejos, lucernas, jarras y un guerrero de terracota
Cádiz. Las excavaciones arqueológicas preventivas que se está realizando en el solar de la calle Acacias, 25, donde se erigirá en un futuro próximo la sede del Colegio de Ingenieros, ha continuado deparando el hallazgo de diversos restos romanos que no sólo sirven para fechar su edad, sino que hablan del pasado de la ciudad. A la treintena de enterramientos localizados de diversas tipologías se suman los diversos objetos personales que, a modo de ajuares, acompa?aron a los difuntos en su último viaje. Así, los arqueólogos han localizado ungüentarios, espejos, lucernas, jarras, un collar de cuentas y hasta una terracota de un guerrero ibérico que fue encontrado en una tumba infantil. Los restos, que ya han sido trasladados y depositados en el lugar preceptivo, se fechan entre la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II d.C., y bajo ellos se han hallado vestigios de la prehistoria reciente.
La excavación del solar comenzó el día 16 de mayo. Desde entonces, los arqueólogos Paloma Bueno Serrano e Isaac Legupín Tubío, de la empresa Arqueogades S.L. y directores de los trabajos, han recuperado diversos restos pertenecientes a la necrópolis romana. En concreto se han podido contar ya hasta una treintena de tumbas de distintas tipologías, respondiendo "por lo general a dos rituales de enterramiento diferentes: la inhumación y la incineración, predominando el primero sobre el segundo", explica la arqueóloga Paloma Bueno.
La mayoría de los enterramientos de inhumación que han sido excavados hasta el momento –un total de diecinueve– se realizan en fosa simple, "depositando los cadáveres envueltos en sudario, decúbito supino la mayoría, aunque también aparecen decúbito lateral derecho", indica. Sobre las incineraciones, la arqueóloga comenta que la mayoría responden al tipo bustum, "es decir, el cadáver se quema directamente sobre la arena, apareciendo los huesos quemados junto a los ajuares y los restos de las maderas que sirvieron para prender fuego".
Entre los tipos de enterramientos hallados, además de los hechos en fosa simple, se encuentran otros en cistas de sillares, en cistas fabricadas con tegulae (tejas) y cubiertas también de tegulae a dos aguas o en urnas de plomo cubiertas con ánforas. Y aunque la mayoría de estas tumbas alojaron a personas adultas, también se encuentran algunos enterramientos infantiles. En uno de ellos apareció la terracota de un guerrero ibérico, como parte de un ajuar que no fue el único localizado. "En la mayoría se han recuperado objetos de uso personal que fueron enterrados junto a los difuntos, como ungüentarios, espejos, lucernas, jarras y terracotas", explica la arqueóloga, quien a?adió además que varias de las tumbas aparecían expoliadas.
Los encargados de los trabajos indican que los restos permiten, "en una primera aproximación y siempre con la debida cautela hasta que finalice la excavación", datar este sector de la necrópolis romana entre la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II d.C.
Pero el solar donde se construirá el Colegio de Ingenieros Industriales –que ya plantea, según se ha podido saber, dejar constancia en el futuro inmueble de los restos hallados, tal y como se hizo en el edificio de la Tesorería – también alberga, a mayor profundidad y en otros niveles arqueológicos, vestigios de la prehistoria reciente, como cerámicas realizadas a mano y gran cantidad de industria lítica fuera de su contexto original. El solar, en fin, está deparando hallazgos de interés.
23 de junio de 2005
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