1 de junio de 2006

Fuente Alamo - Cordoba

Hallado en Fuente Álamo un poblado del siglo I a. C.
 
El asentamiento posee estructuras cercanas al modelo ibérico, entre las que destaca una cisterna de agua, y es muy anterior al que se encontró en esta zona

puente genil. Las excavaciones que continúan realizándose en la villa romana de Fuente Álamo no dejan de aportar nuevas sorpresas. Hace tan sólo unas días han aparecido en un estrato inferior a la villa actualmente excavada restos de un asentamiento anterior, posiblemente una villa de la época de Jesucristo.

Según manifestó el director de la excavación, el arqueólogo Luis Alberto López Palomo, "si Fuente Álamo se venía fechando en la época del Bajo Imperio Romano –siglos III al V– , lo que no podíamos ni sospechar, aunque había indicios superficiales de una cronología más antigua, era que hubiese una presencia tangible de gran porte".

Han aparecido unas estructuras de dos metros de altura, bien amortizadas, que corresponden a una etapa muy anterior, concretamente a restos de edificios de finales del siglo I a. C. y principios del siglo I d. C., lo que puede indicar que antes de que se levantara la famosa villa del siglo III ya había otro asentamiento más antiguo. Según López, el dato más relevante es la secuencia cronológica tan larga que está deparando este yacimiento, lo que hace que exista presencia arqueológica de todo el primer milenio.

Por otra parte, una de las estructuras que han salido a la luz en estos últimos días tiene todas las características de las construcciones ibéricas, porque son muros ciclópeos; es decir, hechos con grandes piedras superpuestas sin tallar y sin argamasa. No obstante, Luis Alberto López es prudente y manifiesta que afirmar que hay allí un asentamiento ibérico previo al mundo romano es avanzar demasiado, aunque aseguró que "lo que sí es cierto es que al menos un núcleo de población existía allí cuando llegó el primer romano". Además, es un hecho constatado, al menos en lo que se refiere al urbanismo de las grandes ciudades romanas, que casi nunca los romanos hacían fundaciones ex novo, y se ha demostrado que esta zona tenía una población indígena previa.

Para el arqueólogo, la nueva fase descubierta, que fue sellada por los estratos superiores donde se edificó posteriormente, puede arrancar un mayor interés aún del que está ya a la luz.

Por el momento no ha salido ningún mosaico ligado a esta fase tardorrepublicana, si bien no se sabe aún si podría haberlo. Sí se ha encontrado pavimento de ladrillo cubriendo una cisterna con una capacidad de agua considerable.

Por el momento, el Ayuntamiento de Puente Genil es el que se está encargando del coste de la excavación. Cuenta con un equipo de dos arqueólogos y cuatro obreros, si bien se piensa sumar la colaboración interdisciplinar en posteriores procesos de otros especialistas en palinología (que estudiarán la vegetación de aquella época a partir de los pólenes fósiles) y del departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Córdoba para el estudio de arcillas, estucos y otros materiales.

Los datos que están deparando las excavaciones, aunque son aún modificables ya que el proceso continúa abierto, es que la primera villa del siglo I d.C. podría haber sido abandonada a su suerte.

Es probable que haya una fase de abandono, porque han salido estratos que fueron rellenados con materiales en el siglo II. Posteriormente, en el siglo III, se construyó la villa nueva, que después de ir sufriendo modificaciones se abandonó violentamente a causa de una invasión militar. "Con toda seguridad –sostiene el arqueólogo– fueron los germanos quienes arrasaron esta construcción". Luego, durante la época visigoda y la árabe, se levantaron sobre estos restos otras estructuras más modestas.

 

Una posible residencia veraniega dedicada al cultivo de la vid

http://www.eldiadecordoba.com/eldiadecordoba/apoyo.asp?idart=2877028&idcat=1320

 

El arqueólogo cree que la villa de Fuente Álamo fue una residencia veraniega posiblemente dedicada al cultivo de la vid. Ello se explicaría porque es una casa con toda serie de lujos menos el hipocausto (el sistema de calefacción de las casas romanas), indispensable para combatir los rigores del invierno. Por ello parece ser una residencia de verano, lo que justificaría la presencia de agua en aljibes y otras conducciones. Lo que aún es un misterio para López Palomo es la ubicación del lugar donde se enterraba a los moradores de la villa. En descubrimientos casuales de labradores se han encontrado algunas sepulturas aisladas, pero no se ha podido determinar una ligazón entre éstas y la villa.

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